Calientan los motores para el próximo Consejo Interterritorial. La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) ha enviado una carta a los representantes del Ministerio de Sanidad y de las Consejerías de Salud autonómicas para exponer los 10 motivos básicos por los que España debe contar con la especialidad de Enfermedades Infecciosas y de Microbiología Clínica. En este sentido, serían dos nuevas disciplinas que se sumarían a las 44 que, actualmente, se están ofertando en el modelo de formación sanitaria especializada.
El decálogo destaca que “los infectólogos reducen la mortalidad de los pacientes con infecciones graves y/o complejas. Está demostrado que la atención por un médico especialista en Enfermedades Infecciosas, mejora significativamente el pronóstico reduciendo la morbilidad y la mortalidad de las mismas”. Además, apuntan que, junto a los microbiólogos clínicos y los farmacéuticos, lideran los equipos de los Programas de Optimización del uso de los Antimicrobianos (PROA), estipulados en el Plan Nacional de Lucha contra las Resistencias Microbianas de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps).
Otro de los puntos que destacan es que, junto con los microbiólogos clínicos y los preventivistas, los infectólogos lideran los equipos de control de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (IRAS). Sin pasar por alto su importancia en el diagnóstico y tratamiento de las crisis sanitarias causadas por patógenos emergentes, como los virus de la inmiunodeficiencia humana (VIH), de la gripe aviar, de la hepatitis C, virus Ebola, o más recientemente del virus Crimea-Congo.
José Miguel Cisneros, presidente de Seimc, ha asegurado que “por todas estas razones, pedimos a los responsables del Ministerio de Sanidad y de las Consejerías de Salud de los diferentes territorios, que, en el próximo Consejo Interterritorial del día 21 de junio, tomen la decisión de crear la Especialidad de Enfermedades Infecciosas en España”. En la misma línea apunta que “con esa decisión política, basada en las razones técnicas abrumadoras que la refrendan, cumplirán con su responsabilidad de decidir en función del interés general, en este caso, el de los ciudadanos que tienen o pueden tener una enfermedad infecciosa grave y/o compleja”.
Asimismo, considera que, con la aprobación de la especialidad, se “dejarán, por fin, a un lado los intereses particulares, que desde hace más de treinta años, se oponen a ella, defendiendo un modelo sanitario superado por la creación de las especialidades médicas; reconocerán el profesionalismo de cientos de infectólogos ‘sin papeles’ y con formación autodidacta, que durante estos años, han tratado suplir la falta de especialidad con su trabajo; y acabarán con esta inexplicable diferencia de nuestro país con Europa”.