El número de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) aumentó 18.487 trabajadores en noviembre y 40.650 más desde septiembre, según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
El Departamento que dirige José Luis Escrivá ha destacado que esta cifra de 746.900 trabajadores en ERTE «muestra una estabilización respecto a los datos de los meses anteriores, a pesar del incremento de las restricciones administrativas en buena parte de España por la segunda ola de la pandemia».
Asimismo, el Ministerio ha resaltado que esta cifra ha sido compatible con el aumento de afiliación a la Seguridad Social en los últimos meses y que, en comparación con el máximo de trabajadores en ERTE que se alcanzó en abril, los trabajadores en ERTE se han reducido un 80%.
A lo largo de las últimas semanas, el número de personas protegidas por ERTE se ha mantenido estable en torno a los 700.000 trabajadores. La explicación, según Seguridad Social, es que se ha producido un «trasvase» de los ERTE vigentes antes de la última prórroga a los nuevos esquemas incluidos en la nueva regulación que extendió los Expedientes hasta el 31 de enero de 2021.
De esta forma, del total de trabajadores en ERTE con los que se cerró noviembre, 326.296 pertenecen a los ‘antiguos’ ERTE, cifra que supone 379.954 trabajadores menos que los que estaban incluidos en estos procedimientos a finales de septiembre, cuando entraron en vigor los nuevos esquemas de protección.
Por su parte, el número de personas incluidas en los nuevos ERTE, con exoneraciones especiales para sectores ultraprotegidos y cobertura para aquellas empresas afectadas por las restricciones administrativas, totalizó 420.604 trabajadores en noviembre.
De ellos, 218.380 personas pertenecen a sectores ultraprotegidos (de los que 167.917 corresponden al listado de CNAE acordado con los agentes sociales en septiembre y 50.463 a empresas de su cadena de valor), 79.232 se encuentran en un ERTE de impedimento y 117.064 en un ERTE de limitación de actividad.
El decreto de prórroga de los ERTE aprobado a finales de septiembre extendía hasta el 31 de enero de manera automática los procedimientos por fuerza mayor para determinados sectores económicos, y creaba dos figuras, los ERTE de impedimento de la actividad y los ERTE de limitación de actividad, a las que pueden acogerse todas las empresas, con exoneraciones bastante elevadas, que en algunos casos llegan hasta el 100%.
Los ERTE de fuerza mayor con prórroga automática se limitan a las empresas más afectadas por la pandemia cuya actividad se clasifique en alguno de los códigos de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE-09) previstos en la norma, con exoneraciones de cuotas de entre el 75% y el 85%. De estas exoneraciones también pueden beneficiarse aquellas empresas que, aunque no formen parte de dichos sectores, se encuentran en su cadena de valor o cuyo negocio depende en su mayoría de ellos.
En el caso de las nuevas modalidades de ERTE vigentes, a las que pueden acogerse empresas de cualquier sector, se distinguen dos tipos: los ERTE por impedimento de actividad como consecuencia de restricciones adoptadas por las autoridades (por ejemplo, las empresas de ocio nocturno), y los ERTE de limitación de actividad, destinados a las empresas que vean alterada su actividad cuando una autoridad local, autonómica o estatal limite, por ejemplo, los aforos y los horarios.
Los ERTE de limitación de actividad van acompañados de exenciones de cuotas de entre el 70% y el 100%, mientras que los ERTE de impedimento de la actividad contemplan exenciones de entre el 90% y el 100%.
MAYOR CONCENTRACIÓN SECTORIAL
Según el Ministerio, uno de los efectos de la puesta en marcha de los nuevos esquemas de protección ha sido una mayor concentración sectorial de los trabajadores protegidos, pues el 60% de los incluidos en las nuevas modalidades de ERTE pertenecen al sector de servicios de comidas y bebidas o de servicios de alojamiento.
Ambos sectores tienen hoy en los nuevos ERTE a 330.979 trabajadores, concentrando el 45% de todos los trabajadores incluidos en estos sistemas de protección, en contraste con el 35% de finales de septiembre.
Esta variación en el recurso a esta protección también se observa en el número de afiliados en cada sector acogidos al ERTE.
Mientras que los trabajadores protegidos representan el 5% del total de afiliados a nivel nacional, suponen el 62% en el sector de servicios de alojamiento, el 56% en actividades turísticas y agencias de viajes, el 43% en transporte aéreo, el 29% en actividades de juegos de azar y apuestas, el 27% en servicios de comidas y bebidas y el 19% de los trabajadores del sector de actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento.
«Esta concentración sectorial de la protección del empleo ha sido compatible con una progresiva activación en los números agregados de trabajadores, incluso en aquellos sectores que siguen atravesando dificultades y que han tenido que recurrir a los ERTE», ha apuntado el Ministerio.
En cuanto a los ERTE de impedimento y limitación, al ir ligados a las restricciones administrativas y ser estas distintas por territorios, se aprecian diferencias geográficas: en Baleares, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura y Madrid se ha reducido el número de personas en ERTE respecto al mes de septiembre, mientras que en otras, como Asturias, Navarra o Cataluña, el número de trabajadores en ERTE ha crecido respecto al mes de septiembre debido a que en esas zonas las restricciones por la pandemia fueron más intensas.
En cuanto a las prestaciones de autónomos, se contabilizan 346.814 prestaciones reconocidas a cierre de noviembre. De ellas, 117.909 corresponden a la nueva prestación por suspensión de la actividad, también ligada a las restricciones administrativas.
Asturias es la provincia en la que mayor porcentaje de autónomos están percibiendo esta prestación (un 14% del total), seguido de Granada (12%), como consecuencia de sus especiales restricciones administrativas para frenar los contagios de coronavirus.