La normativa indica que son tres requisitos los que necesita un indocumentado para recibir esta ayuda migratoria
La llamada ley de los 10 años de inmigración es una defensa contra la deportación y no se puede invocar salvo que se tenga una orden de deportación en contra. Pero la manera correcta de llamar este mecanismo es como la cancelación de remoción o expulsión. ¿Cómo funciona?
Los inmigrantes que pueden apelar a este mecanismo legal son aquellos que, como indica el nombre, han residido en el país por 10 años, tienen buen carácter moral, no han cometido ciertos crímenes y, además, tienen familiares que sufrirían extremada y excesivamente si son deportados.
La abogada de inmigración Naimeh Salem explica que es un recurso que sólo puede ser obtenido en las cortes migratorias, pero no es fácil de conseguir.
Si los migrantes que solicitan esta defensa cumplen con todos los requisitos, su orden de deportación es cancelada y automáticamente obtienen la residencia permanente, pero muy pocos lo logran, advierte Salem.
La parte más fácil es comprobar los 10 años de residencia. Tampoco suele presentar tantas dificultades comprobar que se tiene carácter moral y no se cuenta con antecedentes penales. Pero la mayoría de los casos fallan la tercera prueba, advierte Salem.
Para cumplir con el requisito del sufrimiento de familiares, estos deben ser ciudadanos y sólo califican la madre, padre, esposa, esposo, hijo e hija. La familia extendida, tíos, abuelas, primos, cuñados, etc., no aplican.
Pero incluso si los familiares son los adecuados, se debe probar que la deportación del inmigrante en cuestión, los afectaría de una manera muy grave. Ciertas condiciones médicas del familiar pueden ayudar: cáncer, enfermedades del corazón, síndrome de Down, parálisis cerebral, entre otras. Tener muchos hijos ciudadanos, menores de edad, también puede contar a su favor.
Pero no todas las condiciones médicas califican, por más agobiantes que puedan ser para su familia.
Los fraudes son frecuentes y las autoridades están muy atentas. Por ello, Salem aconseja informarse y asesorarse con un abogado de confianza.
“Hemos visto situaciones en que abogados inescrupulosos toman sus casos y buscan la forma de ponerlos en corte de inmigración, con la promesa de conseguirles un permiso de trabajo, para que puedan aplicar para la cancelación de su remoción, pero sin aclararles que si usted no tiene un buen caso terminara siendo deportado de los Estados Unidos”, advierte Salem.