Los datos del Ministerio de Economía y del Instituto Nacional de Estadística apuntan a que se han superado las 122.000 empresas.
A falta de contabilizar el mes de diciembre de 2018, según el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, este año se han creado en Chile 122.235 empresas: un nuevo récord histórico que confirma la vitalidad y el buen ambiente de negocio que exhibe la marcha de la economía chilena.
El alza equivale a un 12 por ciento en relación al mismo periodo de 2017. La importancia del aumento en el número de firmas es incuestionable; por lo pronto crean empleos y son decisivas para el crecimiento y avance del país.
La cantidad total de compañías chilenas ya supera el millón doscientas mil. De estas, las pymes generan alrededor del 65 por ciento de los empleos, según el Instituto Nacional de estadística (INE). Esto supone cerca de seis millones de personas de un total de nueve millones de puestos de trabajo.
Muchas de las recién creadas están promovidas por emprendedores focalizados en innovaciones punteras que apuntan a la creación de tecnologías novedosas, constituyendo para sus promotores una manera de mejora personal y profesional.
Noviembre aportó 9.034 a través del Registro de Empresas y Sociedades (RES) del Ministerio de Economía, y 2.443 fueron publicadas en el Diario Oficial, totalizando 11.477.
Entre enero y octubre la cifra mayor de corporaciones constituidas a través del RES, correspondió a sociedades por acciones (SpA) 43.797, seguida de las empresas individuales de responsabilidad limitada (EIRL), 25.582 y las limitadas, 16.204.
Las SpA tienen como rasgo más distintivo su flexibilidad. Los accionistas tienen la facultad de regular libremente la mayoría de atributos de la entidad. Pueden tener uno o más accionistas. Las EIRL son personas jurídicas, formadas exclusivamente por una persona natural, con patrimonio propio y distinto al del titular, que realizan actividades de carácter netamente comercial.
Sin duda, para quienes nos movemos en el mundo de la promoción del comercio y las inversiones, la creación de colectividades jurídicas es uno de los baremos principales para determinar el nivel de laboriosidad y brío de un país, en nuestro caso el de Chile.
Los desafíos generados por esta aldea global en la que habitamos van teniendo respuesta por parte de empresarios y emprendedores vía nuevos proyectos para hacerles frente: este dinamismo convoca a capitales y trabajadores. Asimismo, fomenta la inversión en bienes de capital, la productividad y competitividad de la nación, y posicionamiento en sectores emergentes, por referirnos a algunos de los más visibles.