Cartas de la diáspora venezolana: Mi emotivo primer año en Colombia

Laura Aires Cabada, inmigrante venezolana en Colombia.
Laura Aires Cabada, inmigrante venezolana en Colombia.

Laura Aires Cabada cuenta a IberoEconomía su proceso de adaptación a la ‘hermana república’ y el reto tanto profesional como emocional que ha supuesto. 

Laura destaca que la experiencia migratoria ha sido “bastante dura emocionalmente”.
Laura destaca que la experiencia migratoria ha sido “bastante dura emocionalmente”.

Laura Aires acaba de comenzar su proceso migratorio. La joven venezolana, que con tan sólo 29 años ya había lanzado en Venezuela su propia marca de accesorios femeninos, ha empacado sus sueños para sembrarlos en la ‘hermana república’ de Colombia. A pesar de que nació en España, la ‘gallega’ (como se llama a los españoles en Venezuela) ha adoptado como hogar la tierra de su actual pareja.  

Esta es su carta desde la diáspora:  

Hola. Me presento, mi nombre es Laura Aires Cabada, tengo 29 años y nací en España, pero viví toda mi infancia y juventud en el país más maravilloso del mundo: Venezuela. Tuve una infancia muy feliz rodeada de familia y amigos los cuales me enseñaron los mejores valores éticos. A pesar que migre hace ya varios meses, allí todavía están mi madre, quien es la persona que ha guiado mi camino, mi abuela, quien también fue pilar fundamental en mi crianza y me dio todo su cariño y  Paco, el perrito más loco y hermoso de todos.  

Venezuela, a través de su gente y lugares, me dio todas las herramientas para desempeñarme en la vida; allí estudié la etapa del colegio y la universidad, me gradué en Diseño Gráfico y Fotografía; también logré adquirir mucha experiencia de la mano de personas extraordinarias que me ayudaron a desarrollar mi carrera profesional y a seguir creciendo personalmente.  Paralelamente al ejercicio de mi profesión también tuve la oportunidad de crear y ver crecer mi propia marca personal de accesorios femeninos elaborados con la técnica de quilling  (filigrana en papel) llamada Aires.  

Mi país me dio la oportunidad de crear lazos de amistad verdadera que me han acompañado por más de 15 años y que aún en la distancia conservo y son parte fundamental de mi vida, también conocí a mi actual pareja quien es un apoyo incondicional para mí… En fin, en Venezuela pasé los primeros 28 años de mi vida rodeada de momentos inmensamente valiosos que han forjado mi carácter y me han hecho la persona que soy hoy en día. 

Hace un año me vi en la necesidad de salir de ese hermoso país que tanto me dio y emigrar a Colombia debido a la complicada situación política, económica y social que está atravesando Venezuela. Al ser mi pareja colombiano, nos planteamos la idea de venir a la que siempre hemos llamado república hermana en búsqueda un mejor futuro, tanto para nosotros como para nuestras familias. Gran parte de mi familia y mis mejores amigos están por todo el mundo también en búsqueda de esas posibilidades que lamentablemente nuestra nación no nos ofrece en estos momentos. 

Laura tuvo la oportunidad de crear su propia marca personal de accesorios femeninos elaborados con la técnica de quilling.
Laura tuvo la oportunidad de crear su propia marca personal de accesorios femeninos elaborados con la técnica de quilling.

La experiencia migratoria ha sido bastante dura emocionalmente ya que uno de mis pilares fundamentales es la familia y estar lejos de ellos sin poder abrazarlos, compartir cada momento, hablar sobre nuestro día a día, etc., creando una soledad familiar, por describirlo de alguna forma, es algo que ha sido muy difícil de sobrellevar. Sin embargo, aquí estoy luchando y dando todo lo mejor de mí, para salir adelante.  

Gracias a Dios he contado con la buena disposición de las personas de nuestro hermano país que me han abierto las puertas sin discriminación y tengo la posibilidad de ayudar a mis seres queridos que aún se encuentran en Venezuela. 

En Colombia he tenido la oportunidad de desenvolverme como freelance, diseñadora en proyectos especiales y actualmente estoy con contrato fijo en una agencia de publicidad. La adaptación ha sido un poco difícil ya que, aunque compartimos muchos aspectos por ser países tan cercanos, cada uno tiene su cultura y su forma de hacer las cosas, pero gracias a Dios tengo mis ángeles y mis parceritos que me han acompañado en este camino y han dado lo mejor de sí para tratar de suavizar los momentos amargos. 

El camino recorrido, aunque se puede decir que ha sido corto pues apenas llevo apenas un año en Colombia comparado con los 28 vividos en Venezuela, ha sido todo un reto, pero me ha ayudado a crecer como persona y a valorar muchas cosas que antes no le daba la valía que se merecían. Esta experiencia me ha llevado a convertirme en una persona más centrada y más consciente de mis responsabilidades y del mundo que me rodea, me siento afortunada de salir de la burbuja en la que vivía y tener la posibilidad de ver el mundo de otra forma. 

Le doy gracias a mi Dios porque, a pesar de que emigrar no es algo que hubiera estado en mis planes antes de verme en la necesidad de hacerlo, ha puesto en mi camino maravillosas personas y herramientas para salir adelante sin dejarme vencer por los infortunios y demostrando que los venezolanos somos gente honesta y luchadora con la cualidad de la resiliencia para seguir adelante.  

Desde lo más profundo de mi ser mi mayor deseo en este mundo es regresar al país que llevo en el corazón y del que estoy orgullosa de decir del que provengo. Deseo poder llevar todo lo bueno que he aprendido en este camino para construir, no la Venezuela de antes ni la de ahora, si no la Venezuela del futuro: próspera, humilde, amorosa, pacífica y compasiva.  

Entre tus playas quedó mi niñez 

tendida al viento y al sol. 

Y esa nostalgia que hoy sube a mi voz, 

sin querer se hizo canción. 

¡TE AMO VENEZUELA! 

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