Alberto Sánchez considera que el cuadro de exclusiones médicas de las oposiciones del Ministerio de Interior está obsoleto y reclama reconocimientos físicos individuales.
Tras más de dos años de preparación y la primera prueba selectiva superada, el sueño de Alberto Sánchez se desmoronó inesperadamente. Con un paso dentro de las plazas que se ofertaban para funcionario de instituciones penitenciarias, le detectaron diabetes. Un fin trágico para todos los esfuerzos personales y económicos que había realizado.
Ahora bien, lejos rendirse ante el giro inesperado de su vida, el aspirante ha decidido tomar cartas en el asunto y comenzado una recolecta de firmas para solicitar el cambio del cuadro de exclusiones médicas, ese que también afecta a los aspirantes de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía (CNP).
Sánchez explica a IberoEconomía que “el objetivo es demostrar que no se trata tan solo de un caso aislado. Que somos muchas las personas que hemos visto truncada nuestra vocación debido a unas condiciones físicas que, en la realidad, no impiden la capacidad para cumplir con nuestras tareas”. En este sentido, explica que “actualmente estoy en un trabajo que requiere un esfuerzo físico superior al de las instituciones penitenciarias y soy capaz de realizar las tareas igual que cualquier otra persona”.
El aspirante, que asegura haber controlado los niveles de diabetes “en un plazo de tres o cuatro meses”, está a favor de que se implementen unos reconocimientos médicos más modernos y adaptados a los avances científicos. Por ejemplo, “que se realice un análisis individual de cada uno de los aspirantes, lo que permitirá determinar en realidad quiénes están en capacidad o no de cumplir con las funciones de nuevo puesto de trabajo”.
Asimismo, Sánchez explica que los funcionario de instituciones penitenciarias no sólo trabajan en contacto directo con los reclusos o en la zona mixta, sino que también hay un área de labores de oficina, “pero tampoco podemos acceder al área administrativa, ya que la oposición establece un acceso único con esa gran barrera general de la diabetes”. Un obstáculo que había propuesto eliminar el PSOE por medio de la Proposición No de Ley (PNL), pero sobre el que no se han dado nuevos pasos.
Alberto Sánchez no está solo en su lucha. La Federación Nacional de la Diabetes es uno de los grandes aliados en su recolecta de firmas. No obstante, espera que sean muchas más las instituciones y ciudadanos que se sumen a una causa que permitirá “cambiar un cuadro de exclusiones que, a pesar de los grandes avances científicos y médicos, tiene 30 años sin ser modernizado”.
“Es necesario cambiar la exclusión por diabetes. Es una barrera que no está avalada por la ciencia y que destroza las aspiraciones de los opositores. Si nada cambia, podrá ser la piedra con la que tropiecen los niños que, desde pequeños, ya sueñan con ser policías, guardia civil e, incluso, funcionario de instituciones penitenciarias”, sentencia Sánchez.