La banda reconoce que la magnitud de la diáspora venezolana ha ayudado en su proceso de internacionalización, llegando hasta los escenarios de Madrid, Londres y París.
“Creo que no es bueno llevar el pasado de compañero en el puesto de al lado”. Aunque la canción de Caramelos de Cianuro, ‘Retrovisor’, advierte que la nostalgia del pasado no siempre es la mejor consejera, también admite que “a todos nos gusta mirar hacia atrás”. También a los seguidores de la banda venezolana alrededor del mundo, ya que encuentran en su repertorio un portal para viajar hasta el pasado, cuando aún se despertaban con el aroma del Ávila, atravesaban el puente del Lago de Maracaibo o nadaban en las playas del mar Caribe.
“Los conciertos de la banda han permitido que la diáspora venezolana se traslada hacia la buena época de Venezuela, esa que tanto echan de menos quienes se encuentran fuera del país”, reconoce Darío Adames, baterista de la agrupación. Una experiencia que asegura “ha sido muy emotiva tanto para el público como para nosotros mismos. Es impresionante que, sin importar a la ciudad a la que vayamos, hay un grupo importante de venezolanos que vienen a vernos con el mismo cariño y receptividad”.
La diáspora venezolana ha ayudado en el proceso de internacionalización de Caramelos de Cianuro. “En los últimos años hemos venido afianzando la trayectoria internacional de la banda, un proceso que considerábamos necesario tras contar con una trayectoria de 25 años”, apunta a IberoEconomía. Sus palabras toman más fuerza cuando, al sonar ‘Verano’ en la Sala MON, se escucha al unísono y con fuerza: “Recuerda bien el sitio donde tú creciste. Porque ahora esa ciudad ya no existe”.
Con la gira ‘Retrovisor’, Caramelos de Cianuro ha logrado “tanto afianza su proceso de internacionalización como aprovechar la apuesta técnica y tecnológica de la gira anterior ‘Tour 8’. Una combinación que, entre abril y mayo de 2018, ha cautivado los escenarios de Estados Unidos, Colombia, Argentina, Chile, España, Francia e Inglaterra. “Esta es la primera vez que tocamos en París o en Londres, por lo que estamos muy satisfechos con el alcance que está teniendo la agrupación”, matiza Adames.
Diversión a la española
El baterista de Caramelos de Cianuro asegura que, para quienes nunca han oído a la banda, sería recomendable escuchar ‘Verónica’, “ya que es uno de los sellos de la agrupación”, pero también ‘La Casa’, “porque les permitirá tener una pequeña noción de aquello que se está viviendo en Venezuela y el sentimiento que se ha generado entre los que han tenido que dejar a su hogar detrás”.
Una recomendación que parece no ser necesaria en España. “Es donde más nos divertimos en el escenario. Puede que sea por su cercanía con África o por su valoración del rock, pero sienten un gran acercamiento y amalgamiento con los sonidos del Caribe”, apunta Adames. Quien no se olvida de que “somos muy parecidos a los españoles y tenemos una historia y cultura el común”. De ahí que sea uno de los países estratégicos de la gira de la banda venezolana, así como una oportunidad para, entre el cansancio de la gira, encontrar un lugar reconfortante que aplaude cada canción como si fuera la última.
Lejos de la autocomplacencia, Caramelos de Cianuro quiere ir “ascendiendo hasta las alturas” para contar “una a una las estrellas”. Un camino para el que, además de una ‘baby cohete’, han tenido que utilizar “la constancia y la dedicación, ya sabes todos esos clichés que se suelen decir”, bromea el batería, quien rápidamente se sincera para admitir que “la capacidad para reinventarnos, tener paciencia y comprender que es un camino duro que al final tiene una recompensa” han sido parte de ese proceso necesario para hacer que el triciclo vuelva a caminar.