Este miércoles, el ministerio de Trabajo y Economía Social ha publicado los datos provisionales de siniestralidad laboral. Las muertes en el trabajo se han reducido en enero, mientras las bajas sí han aumentado con respecto al mismo mes del año pasado. Ambas son variables que el Gobierno y los agentes sociales manejan para decidir qué trabajadores podrían jubilarse antes sin perder dinero porque su actividad es de riesgo, como en el caso de los cuidados o la construcción.
Juan Carlos, oficial de primera de albañilería, lleva prácticamente toda su vida en la construcción y le quedan ocho años para jubilarse con pensión completa, pero cada vez le cuesta más hacer su trabajo: «Físicamente, me encuentro bastante mal, se nota mucho. Con 57 años no tienes la agilidad ni la movilidad que antes. Tienes diversas enfermedades: principio de artrosis, hernias discales», explica.
Estos problemas médicos empujan a muchos trabajadores a jubilarse antes de tiempo. En la construcción, hay que añadir los accidentes laborales a estas condiciones. «La mayoría de los accidentes que estamos teniendo son a partir de los 58 años, porque no tenemos las mismas capacidades», dice Juan Carlos de su sector, que es el que registra una mayor mortalidad.
Jubilarse antes de tiempo, conlleva una penalización. Esto lo sabe bien Lourdes, gerocultora de 64 años, que perdería alrededor del 20% de la pensión si decidiera jubilarse ahora. Lleva 19 años trabajando en residencias y nota que, con la edad, los esfuerzos que tiene que hacer son mayores: «Yo físicamente no me encuentro tan en forma como cuando empecé. Veo que el trabajo ya me viene grande, requiere un esfuerzo físico que yo a veces no puedo hacer», comenta Lourdes, que con artritis degenerativa y operada dos veces del hombro, levanta al día el peso de una decena de ancianos.
Tanto Lourdes, como Juan Carlos, piden que se les apliquen los coeficientes reductores como a otros colectivos que ya los tienen, como mineros, artistas, policías locales, algunos bomberos o, recientemente, las mariscadoras. Los expertos dicen que, ahora que tanto se habla de retrasar la jubilación, es necesario fijar unos criterios claros para que más profesiones se puedan retirar antes. Una línea sobre la que está trabajando el Gobierno y los agentes sociales, pero con el foco puesto en evitar que un acceso prematuro a la jubilación de más trabajadores no desequilibre el sistema público de pensiones.
«Vale, subimos la edad —de jubilación—, pero a todo el mundo no. Vamos a ver qué sectores y cómo lo hacemos. Si esa profesión concreta es peligrosa, penosa y puede dar lugar a que esa morbilidad se aumenta, justamente pueden ser esos puestos», explica la catedrática de derecho del trabajo y de seguridad social de la Universidad Carlos III de Madrid, Eva María Blazquez.