Quiero mantenerme sano y sé que no lo podré lograr sino llevo una adecuada alimentación. La teoría la conozco a memoria: hacer tres comidas principales y dos meriendas, consumir de 2 a 4 porciones de vegetales y entre 3 y 5 de frutas diarias, que las proteínas de alto valor biológico provengan de los alimentos de origen animal (carne, pollo, pescado, huevos, quesos y leche),que no me debo exceder con las harinas y que debo cumplir con mi requerimiento de omega 3, 6 y 9… Ahora bien, de qué me sirve saber el plan cuando vivo en un país con escasez de alimentos básicos.
Esta es la problemática a la que se enfrenta el 90% de los venezolanos, debido a que no se trata de un problema de poseer el dinero para comprar alimentos, sino que, aún teniendo el poder adquisitivo, no tenemos suficiente alimentos para toda la población.
Los niños y las mujeres embarazadas son los más afectados de esta particular situación. En el caso de los niños, porque la adecuada alimentación garantiza su adecuado crecimiento y desarrollo, lo mismo que sucede con el feto en la mujer gestante. La gravedad de la situación queda demostrada, por ejemplo, en la escasez de leche, cuya ausencia en el menú de los niños venezolanos acarrea menor consumo de aminoácidos (proteínas) y ácidos grasos, esenciales para el desarrollo del sistema nervioso central.
Otro de los problemas reside en la intermitencia del aporte de los nutrientes, el cual al no ser constante causa fuertes desequilibrios en la salud de los niños y adolescentes. Esto se evidencia en el 100% de mis consultas profesionales. A la hora de preguntar la frecuencia de consumo de algunos alimentos para conocer el hábito de alimentación de la persona, las respuestas son siempre las mismas. Cuando se indaga sobre el consumo de lácteos, suelen decir: “Bueno licenciada, cuando consigo, consumo todos los días, pero cuando no tengo, no consumo ni una vez a la semana”. Algo similar a lo que ocurre cuando hablamos del pescado: “pescado, cuando mucho, una vez al mes o casi nunca, está demasiado caro o no consigo fresco”. Una tendencia que se repite invariablemente con otros productos como las carnes rojas y el pollo (que suelen ser consumidos, en el mejor de los casos, tres veces a la semana).
Ahora debiéramos preguntarnos cómo Venezuela logró obtener el reconocimiento “reto del hambre cero” por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Un reconocimiento que no coincide con la tragedia nutricional que afronta el país y que es causada por una escasez que, diariamente, se acentúa. Una situación que, inevitablemente, ha conllevado al aumento de los casos de malnutrición en niños y adolescentes, así como a la tasa de mortalidad infantil y materna, desde el año 2006. Y es que, para decir que un país garantiza la seguridad alimentaria de su población, debe cumplir al menos con tres principios: Suministro suficiente de alimentos, estabilidad en el suministro de alimentos (durante todo el año y uno tras otro) y acceso físico y económico a los alimentos.
¿Qué hacer para sobrevivir, sin morir en el intento?
- Debido a la escasez , cuando consiga alimentos ricos en nutrientes (proteínas, vitaminas y minerales) adquiéralos. Si no alcanza para todo el grupo familiar, lo recomendable sería utilizarlo para la alimentación de los niños, adolescentes y mujeres embarazas de su hogar.
- Almacene adecuadamente los alimentos y calcule bien sus porciones para evitar perder alimentos por putrefacción o sobras después de la comida.
- Evite utilizar la leche, las harinas y los huevos para hacer dulces, úselos para preparaciones más sanas.
- Cuando no encuentre carne roja, pollo o pescado, utilice el huevo y los quesos blancos como fuente de proteínas de alto valor biológico.
- No fría los alimentos: gana en salud y rinde más el aceite.
- No malgaste dinero en alimentos pocos nutritivos, como las chucherías, golosinas, refrescos, bebidas en polvo, snacks, más bien invierta ese dinero en comprar fruta y vegetales.
- Utilice la fruta en jugo natural para rendirlo más en el grupo familiar.
- Las sopas son formas más nutritivas y rendidoras para alimentar a todo el grupo familiar.
Rosisella Puglisi – @Rosisellap