Nadie escapa de la influencia de las redes sociales en el día a día, algunos han hecho de las redes su trabajo y fuente de ingresos, otros se distraen y divierten, pero la gran mayoría lo usan para la búsqueda de información y en este último grupo se encuentran los migrantes.
La pandemia exacerbó el uso de la tecnología para la búsqueda de información sobre lo que ocurre en el mundo y la información migratoria también ha tenido cabida en esta expansión.
Recientemente me encontré la investigación de la organización Barómetro de Xenofóbia: “Qué comunican los migrantes cuando intentan acceder a políticas de integración?” que hace un estudio sobre las formas de comunicación que usan los migrantes. A pesar de que se circunscribe en el área geográfica del continente americano, específicamente en Colombia y su vecina Venezuela, es fácilmente exportable los patrones identificados a otras regiones, a otro tipo de procesos migratorios y a otras lenguas.
La búsqueda hecha por los migrantes se centra en dos áreas: a) rutas migratorias y; b) información legal o trámites del proceso legal migratorio. Muestra además que las redes que usan para compartir y buscar esta información son los grupos de WhatsApp y Telegram, y las cuentas en Tiktok, Facebook e Instagram.
La plataforma Voice of Venezuela es quien tiene mayor interacción en las redes con los migrantes según el informe y estiman que reciben aproximadamente entre 400 y 600 mensajes mensuales con preguntas sobre lo que implica migrar.
Las redes sociales han dado pauta en la forma como se desarrollan las “Rutas Migratorias”. Un claro ejemplo es la ruta por la selva del Darién, existen cuentas en Tiktok que a través de videos indican paso a paso cómo hacer la ruta, lo que cuesta el cruzarlo, el dinero que deben pagar como “peajes” a las organizaciones criminales que están en la zona, cómo equiparse con alimentos y vestimentas; lo que deben hacer al llegar a México y cómo acceder a las solicitudes de asilo o refugio e EE. UU. En el informe realizaron un análisis de los videos posteados en las redes y consiguieron que los 10 más vistos habían llegado a 93 millones de visualizaciones solo en Tiktok.
A pesar de que he buscado información en el proceso migratorio de las “Rutas del Mediterráneo” no he conseguido datos o relatos sobre este tema, pero recientemente vimos en las noticias que un influencer marroquí llamado Hamza Tarik transmitió por su cuenta de Instagram Patruck Official toda la travesía de llegar a Europa a través de las denominadas «pateras». Por ello podemos homologar los patrones de comunicación con el caso americano al ver que muchas personas que llegar a la frontera sur europea poseen dispositivos móviles de muy buena gama lo que hace suponer que usarán las redes para informarse, informar a otros y para contactar con quienes los cruzarán al viejo continente.
Lo que preocupa de esta situación es que no toda la información en redes es cierta y oficial, muchos usan ese “boom migratorio” para el fraude y la estafa. La falta de veracidad de la información conlleva a victimizar aún más a las personas que están migrando.
La falta de control del contenido que se publican en las redes llega a niveles crudos, crueles e inhumanos en muchos casos pues reflejan la realidad que se vive en las “Rutas Migratorias”. En ocasiones colocan la foto o el video del migrante que no superó la travesía para que sus familiares sepan que está muerto, no lo busquen en las infinitas listas de desaparecidos y coordinen con las autoridades de ese país o de organismos internacionales desplegados en la zona para el rescate del cuerpo.
Las redes hacen honor a su nombre y tejen “estructuras” entre personas que no se conocen y que en la mayoría de los casos no se conocerán, pero son tan potentes que tienen sus propias reglas y se desarrollan a su ritmo y necesidad, para lo bueno y para lo malo. Ejemplo son las “Red de corrupción” que han nacido en el mundo virtual, pues a través de ellas se dan los contactos exactos de las personas que “ayudan” en cada fase de la ruta, como lo demuestra algunos relatos recogidos en el informe.
Todo esto se desarrolla en un mundo paralelo virtual que no tiene ninguna supervisión ni control por parte de las autoridades de los países que componen las rutas migratorias, ni tampoco de quienes son los dueños y macro administradores de las plataformas que componen las “Redes Sociales”.
La obligación de información que tienen los Estados en materia de migración, protección al migrante y acceso a programas, viene suplantada por la misma sociedad organizada o por los mismos migrantes, quienes ya han pasado la penuria del viaje o el proceso legal. Repetimos lo mismo que hemos dicho en artículos anteriores, los gobiernos están improvisando en materia de migración, sus acciones son paños calientes que no dan soluciones concretas, efectivas y eficientes para estas nuevas formas migratorias.
La inacción del Estado en las redes sociales deja la puerta abierta de par en par para que organizaciones criminales lleguen a estos grupos vulnerables y se presenten situaciones como violaciones, trata de personas, tráfico de niños/niñas, tráfico de órganos, prostitución forzada, etc., situaciones que no son denunciadas por miedo a las consecuencias de delatar a los criminales o miedo a ser deportados por su precaria situación legal en el país de tránsito o de destino, dejando en la sobra lo que se conoce como “infra denuncia” que hace aún más difícil su identificación y juzgamiento.
Este método para obtener información deja desprotegidos a los migrantes que muchas veces no tienen la capacidad ni el conocimiento para verificar la información que consumen.
Estados, migración y redes sociales
Como hemos visto la falta de presencia de los Estados en el mundo virtual hace que ese espacio sea ocupado por organizaciones sociales, organizaciones criminales o simplemente por personas que buscan poner su granito de arena en dar a conocer lo bueno y lo malo del proceso de migración.
La información que proporcionan los Estados en las redes sociales es muy básica y esporádica, no generan interacción ni confianza a quienes interactúan en las redes sociales, son información estática, al contrario de las cuentas con cantidad de seguidores o reproducciones, como es el caso de Voices of Venezuela, quienes reciben información, preguntas y dudas y de forma casi inmediata proceden a verificar, responder y aclarar caso por caso. Los Estados deberían incorporar en su política migratoria este servicio de información interactivo generando redes y alianzas con organizaciones internacionales y locales de prestigio que les ayuden con ese contacto directo con la persona.
Para evitar que los migrantes caigan en mensajes engañosos los gobiernos de los países emisores, receptores y de tránsito deben estar en constante supervisión de las redes, generando e implementando mecanismos de acceso fácil para la denuncia, garantizando que se pueda hacer de forma anónima o si desean aportar sus datos no tenga repercusión en su estatus migratorio.
Así mismo, se debería crear una oficina regional con los países que componen cada “ruta migratoria” para recopilar la información de las redes y trabajar en conjunto en la eliminación de información falsa o que conduzca a la estafa y otros delitos, así como a identificar las redes de corrupción y redes de las organizaciones criminales, previniendo que las personas migrantes sean víctimas de estos grupos.
Es importante realizar campañas oficiales en redes y medios de comunicación por parte de los gobiernos y de los organismos internacionales con información oficial, procesos legales, ayudas legales y canales de denuncias, convertir en positivo el uso de las redes sociales y generar programas de integración.