Cristiano Ronaldo (37) no gana para disgustos. Al menos en lo que a sus inversiones inmobiliarias se refiere. Y es que el delantero del Manchester United lleva una época en la que algunas de sus propiedades solo le están reportando quebraderos de cabeza. Unas veces por no tener en cuenta los requisitos legales de construcción, mientras que en otras el problema radica en las pérdidas generadas por su venta.

Unas obras ilegales realizadas en su flamante ático de Lisboa, de 300 metros cuadrados y 7,2 millones de euros, dieron el pistoletazo de salida el pasado verano a una serie de polémicas y contingencias con las que el luso ha tenido que lidiar en medio de uno de los años más complicados de su carrera deportiva.

Más tarde, en septiembre de 2021, Cristiano Ronaldo se vio obligado a mudarse de mansión en Manchester debido a los problemas de seguridad que planteaba la propiedad de casi 10.000 metros cuadrados en la que se había instalado. La presencia de un sendero público que atravesaba la finca y de una carretera cercana provocaron que su equipo de seguridad le aconsejara abandonar su residencia. Por no hablar del balido de unas ovejas que molestaba al astro portugués e interrumpía su descanso.

De igual forma, a finales del pasado mes de octubre recibió una notificación para que demoliera, tiene de plazo hasta marzo, una una pista de tenis y un edificio anexo a la mansión que tiene cerca de Geres, al norte de Portugal.

Donald Trump le hace perder mucho dinero

Y el último episodio de sinsabores se ha producido con la ruinosa venta del apartamento que poseía en la Trump Tower de Nueva York desde 2015 y que en su momento adquirió por una cantidad que rondaba los 16 millones de euros.

Según informaba The New York Post hace meses, Ronaldo puso a la venta la propiedad en 2019 por menos de la mitad del dinero que desembolsó, unos 9 millones de dólares, pero sin ninguna oferta, con Donald Trump caído en desgracia y en medio de una pandemia, el futbolista se vio obligado a reducir aún más sus pretensiones. El precio de venta que figuraba desde el pasado 19 de mayo era de ‘solo’ 7.75 millones de dólares, aunque según recogen otros medios el luso ha conseguido finalmente deshacerse de la propiedad.

Eso sí, Ronaldo ha vendido finalmente su apartamento por 7,28 millones de dólares, unos 6,3 millones de euros, lo que implica unas pérdidas de 10 millones de euros. Un varapalo más que asumible para el luso a tenor de su enorme fortuna, pero un revés que a buen seguro no le habrá sentado nada bien.