Los ‘influencers’ están convirtiéndose en las celebridades de las nuevas generaciones. El éxito que están obteniendo en las redes sociales no solo se ha manifestado en una elevada aceptación internacional, sino también en la creación de nuevas oportunidades de negocio online, así como ocurre en el pago que reciben por parte de compañías para la promoción de sus productos y servicios. No obstante, no todo lo que brilla es oro y muchas de las cuentas que tienen un número elevado de ‘followers’ suelen ser, por desgracia, falsos ‘influencers’.
La empresa Mediakix ha realizado un estudio para demostrar que algunos ‘influencers’ han logrado conquistar un elevado número de seguidores bajo pago y no realmente por su atractivo social. Incluso, desde la firma crearon dos cuentas falsas de Instagram con las que lograron superar los 10.000 seguidores y atraer el interés de los departamentos de marketing de algunas empresas de bebidas alcohólicas, trajes de baños, refrescos y de alimentación.
Para lograrlo, los investigadores solo necesitaron tres simples pasos: dotar de contenido las cuentas (un porcentaje incluso extraído de internet), comprar entre 1.000 y 15.000 seguidores diarios (pagando entre 3 y 8 euros por cada 1.000 seguidores) y pagar por comentarios y likes (12 céntimos de dólar por comentario y unos 10 céntimos por 1.000 likes).
Otra de las técnicas empleadas por los falsos ‘influencers’ en la llamada: del espejo. Es decir, las cuentan generan contenido a partir de las informaciones o material multimedia de otros canales. A pesar de que no lo plagian textualmente, hacen una versión propia que busca beneficiarse del trabajo ajeno, atrayendo parte de las visitas para su cuenta sin dar ningún crédito a la cuenta original. En otras palabras, es como el agricultor que lleva a un concurso las zanahorias que ha arrancado de la cosecha del vecino.
La competición por una cuota de mercado en las redes sociales no siempre es transparente. Con más de 700 millones de usuarios en Instagram, por ejemplo, es normal que existan personas que busquen de diversas técnicas que le permitan atraer la atención de las firmas y percibir ingresos de una forma sencilla. Ahora bien, no solo los “simple mortales” son los que inflan sus cifras en las redes sociales, sino incluso algunos famosos.
Así lo evidencia un informe publicado por Apple Tree Communications. Según el estudio, de los 85 millones de seguidores de Taylor Swift en Twitter, un seis por ciento eran fakes, mientras que sólo 28 millones del total eran realmente usuarios activos en la red social. Lo mismo que ocurre con Justin Bieber, que cuenta con 98 millones de ‘followers’ (con un tres por ciento de fakes y solo 16 millones de usuarios activos), y con Katty Perry con 101 millones (tres por ciento de fakes y 9 millones de usuarios activos). Un listado que no ha pasado por alto a Cristiano Ronaldo con su 5 por ciento de cuentas fake entre sus 55 millones de seguidores.
La tecnología avanza, los rastreadores de cuentas falsas están mejorando cada día y cada vez se caen con mayor facilidad las caretas detrás de las que se esconden los falsos ‘influencers’.
Laura Retuerto, profesional del Marketing Digital y Comercio Electrónico.