La Comisión Europea busca la manera de evitar que compañías extranjeras ingresen al mercado europeo con una posición ventajosa respecto a las empresas del continente.
Bruselas pretende contener la entrada en el capital de empresas europeas de compañías extranjeras que accedan al mercado europeo con una posición ventajosa por contar con el respaldo de subvenciones «desleales» de terceros países, una medida pensada sobre todo para frenar la entrada de China en sectores estratégicos en la UE.
En concreto, se trata de que sea obligatorio para las empresas extranjeras notificar al Ejecutivo comunitario toda operación que implique una inversión de al menos 50 millones de euros en una entidad europea cuya facturación supere los 500 millones de euros.
También deberían notificar su participación en concursos públicos abiertos en la UE si el valor estimado de la licitación es igual o superior a los 250 millones de euros.
En ambos casos la operación o la concesión del contrato no podrá producirse hasta que la Comisión concluya su examen –sujeto a plazos cerrados– y se prevén sanciones en caso de que las empresas no cumplan la obligación de notificación o concluyan la operación sin esperar el veredicto de Bruselas.
Además, los servicios comunitarios reclaman poder actuar por iniciativa propia para investigar inversiones en infraestructuras, fusiones o contratos sospechosas aunque se sitúen por debajo de los umbrales previsto.
En los casos en que el resultado del examen lleve a identificar una ayuda pública que «distorsiona el mercado», la Comisión deberá sopesar si su impacto negativo es mayor que los beneficios, en cuyo caso podrá reclamar medidas correctoras o validar concesiones de la empresa para compensar la distorsión.
Bruselas se lamenta de que las ayudas públicas de terceros países no se someten a casi ningún control mientras que las dispensadas por los Estados miembro pasan un examen minucioso, y cree que la nueva regla cubrirá un vacío que dejaba a las empresas de capital europeo en situación de desventaja.
La Unión Europea cuenta ya desde el pasado año con un mecanismo para controlar las inversiones extranjeras en sectores estratégicos de la UE, con un intercambio más fluido de información, pero depende de los Estados miembro y el Ejecutivo comunitario reclama ahora poder actuar por propia iniciativa.
«Si no se siguen las reglas debemos poder actuar. Tenemos que poder intervenir si llegan denuncias», ha defendido el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, quien ha defendido que Europa «es y seguirá siendo un continente abierto, pero pone sus condiciones».
La Comisión plantea las nuevas reglas alertada por el aumento de casos en los que subsidios extranjeros -principalmente desde China– parecen haber facilitado la compra de entidades europeas o falseado decisiones de inversión y el acceso a contratos públicos. En todo caso, la propuesta debe ser aún negociada con los Veintisiete y el Parlamento europeo antes de ver la luz.
NUEVA ESTRATEGIA INDUSTRIAL
El Ejecutivo comunitario ha presentado también este miércoles una propuesta para actualizar la estrategia industrial de la Unión Europea para reforzar su entramado y hacerla más competitiva, pero también con la vista puesta en reducir su dependencia del exterior y en proteger el Mercado Único de las consecuencias de la descoordinación entre Estados miembro.
Una de las principales ideas de esta iniciativa es contar con un instrumento de emergencia que asegure una «solución estructural» que proteja la libre circulación de personas, bienes y servicios entre los Estados miembro incluso en caso de graves crisis como la vivida con el coronavirus.
En los primeros meses de la pandemia, las restricciones impuestas por varios países del bloque complicaron los desplazamientos de los europeos dentro del espacio sin fronteras Schengen, pero también afectaron severamente al transporte de mercancías, incluso de material clave para combatir el virus.
«En algunos momentos hubo que llamar por teléfono uno por uno a los ministros (de los Estados miembro) que restringían la movilidad», ha recordado Breton en una rueda de prensa en la que, sin nombrarlos, ha afeado la conducta de varios gobiernos que frenaron el transporte de mascarillas y otros productos médicos a países socio.
Con ello, el comisario de Industria ha querido poner en valor la necesidad de contar con un mecanismo que permitiera a Bruselas reaccionar con mayor agilidad para proteger la libre circulación, garantizar mayor transparencia y solidaridad y ayudar a encarar la escasez de artículos esenciales.
Otras ideas en la propuesta de Bruselas son reforzar la vigilancia del mercado de los productos apoyando a las autoridades nacionales y movilizar inversiones significativas para apoyar a las pymes.
La Comisión también continúa su examen para tratar de reducir la dependencia estratégica de la Unión Europea, de modo que se identifiquen las producciones más sensibles de las que el bloque depende de proveedores únicos o externos y se actúe para diversificar las fuentes de suministro o para invertir en el desarrollo de producciones alternativas en la UE