El proceso conllevaría a la implementación de un sistema basado en nuevas tecnologías que tendrá su impacto en el comercio exterior.
Colombia podrá aplicar un nuevo régimen cambiario durante 2018. El Banco de la República estudia esta posibilidad, según ha indicado a la prensa local la codirectora de dicho organismo, Ana Fernanda Maiguashca. En este sentido, está previsto que la modificación esté vinculada a la implementación de nuevas tecnologías y una digitalización del proceso.
El cambio en la gestión del mercado de divisas empezaría a aplicarse en el primer semestre de 2018. Como paso previo, el Gobierno del país andino negocia los términos para aprobar un nuevo decreto de simplificación del comercio exterior antes de que finalice el año, el cual ofrecería mayores facilidades, entre otros, a los usuarios de comercio electrónico, según las mismas fuentes.
El nuevo sistema cambiario permitirá “que el Estado no pierda la información sobre las transacciones de importaciones y exportaciones porque las recogemos de forma tal que hay que articular que todos los pagos se hagan mediante los mecanismos formales pero sin tener que hacer un reporte de operación por operación y sobre todo que no tengamos que poner a funcionar el aparato sancionatorio en caso de que haya algún error u omisión, lo cual es normal en el trámite de un negocio”, apuntó la citada dirigente.
El motor de la reforma será la codificación de datos en clave digital, que mejorará la interoperabilidad entre las entidades bancarias en operaciones tan elementales como las transferencias de dinero. En este sentido, el Banco de la República ya ha dado sus primeros avances con la digitalización de los pagarés de garantía o la adopción de la tecnología de cifrado conocida como ‘cadena de bloques’.
Durante el segundo trimestre de 2017, el peso colombiano se depreció un 5,7 por ciento frente al dólar americano, consolidando la tendencia a la debilidad que acusa desde 2012. La disminución de los precios del petróleo es la principal causa, si bien esta involución también está relacionada con la incertidumbre política en Estados Unidos y las preocupaciones en materia fiscal, tal y como destacó la mencionada institución financiera en un informe publicado el pasado mes de julio.