“El sector cinematográfico es como Facebook: hay una imagen muy distinta a la realidad cotidiana que se vive”. Así de contundente es el guionista y director de cine argentino Diego Sabanés. Tantos años de experiencia en Argentina y España le permiten asegurar que “la producción no se puede ver sólo como un negocio”. En concreto, para hacer un cortometraje por la vía oficial, en España se requiere de una elevada inversión inicial que, en algunos casos, puede llegar a ser recuperada a través de las ayudas institucionales y de recompensas económicas obtenidas por medio de un premio. Pero no siempre es así. “Hay una imagen muy extendida de nuestro trabajo que es muy parcial. La vida de glamour, alfombras rojas y trajes de gala dura tres días. Los 362 restantes del año hay que hacer malabares para acceder a la financiación de cada proyecto”.

A pesar de los retos, a Sabanés no le tiembla el pulso, así como tampoco le pasó al apostar por una innovadora estructura temporal en su cortometraje, ‘Los invitados siempre vuelven’. Su última obra, que ha sido galardonada en la Comunidad de Madrid. El éxito no impresiona a este artista argentino que ya con su primer trabajo, ‘¡Ratas!’, conquista el ‘Sol de Oro’ en Biarritz. Con los reconocimientos en el bolsillo, hace las maletas y viaja durante tres meses a Europa, para después afincarse en España gracias a la beca del Programa Ibermedia. Así serían los primeros pasos de un camino profesional que le harían vivir entre dos países, con un océano de por medio.

Dispuesto a aprovechar su presencia en la Península Ibérica, Sabanés participó activamente en largometrajes como ‘Sin noticias de Dios’, ‘Buen viaje excelencia’, y ‘El embrujo de Shangai’. Haciendo equilibrios de tiempo se multiplicaba para, además, ser parte del equipo de algunas series televisivas, entre las que destacan ‘Cuéntame cómo pasó’, ‘Gran Hotel’ y ‘Gran Reserva’.

“Con un ahorro de cada uno de los proyectos empecé a preparar la inversión para rodar mi primer largometraje, ‘Mentiras piadosas’, que está inspirado en varios relatos del reconocido escritor Julio Cortázar”, recuerda.

La amplía experiencia del argentino no queda delimitada a sus obras cinematográficas, sino que se extiende en las clases que imparte en la Escuela de Cine de Madrid (ECAM), Escuela Universitaria de Artes y Espectáculos, y en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (Eictv) de Cuba. Una vertiente académica donde dota de conocimientos y competencias a sus alumnos, al mismo tiempo que les advierte de las dificultades de un sector donde, por ejemplo, las ayudas públicas sólo cubren el 75 por ciento de los costes demostrables de un corto.

“A diferencia de lo que ocurre en Argentina, España cuenta con un sistema de ayudas al cortometraje, tanto a nivel nacional como regional, con convocatorias anuales bastante regulares”, explica. Por lo que destaca que “también existen canales de TV que compran cortos (aunque se trata de un número muy reducido); algo impensable en algunos países latinoamericanos”. Sin embargo, encuentra aspectos a mejorar, ya que “el funcionamiento de estas ayudas sigue las líneas generales que se aplican también a los largos, lo cual a veces genera situaciones un poco ‘kafkianas’, dado el caudal de gestiones que requiere solicitar una ayuda pública. Que un corto tenga que presentar casi la misma documentación que un largo es bastante absurdo…”.

Ahora, en pleno proceso de promoción de ‘Los invitados siempre vuelven‘, Sabanés está pensado los siguientes movimientos sobre el tablero de su trayectoria profesional. Uno de ellos, según ha adelantado a este medio, pasa por llevar al Teatro Español la obra ‘Juguetes rotos’, junto a Carolina Román, con quien viene trabajando desde hace cuatro años en varios proyectos. Esto sin olvidar, por supuesto, la posibilidad de encontrar los fondos que sean necesarios para rodar un nuevo largometraje que le permita destacar en festivales internacionales y disfrutar, aunque sea durante tres días, del glamour y de las alfombras rojas.