“Queremos inspirar y promover que trabajemos juntos, que compartamos conocimientos y experiencias para lograr ser innovadores y exitosos. Sabemos que podemos acelerar la transición a una sociedad más sostenible y social, si tenemos el coraje de aprender unos de otros y encontrar juntos la soluciones”.1
Estas palabras corresponden a Marieke van Doorninck, quien además de introducir el documento Amsterdam Circular 2020-2025, strategy, en su condición de Teniente Alcalde para el desarrollo y responsabilidad territorial de la ciudad de Amsterdam, afirma que como autoridad municipal, quiere liderar y quiere que su gestión sera un ejemplo para los residentes de Amsterdam y para los agentes del sector privado.
Esas últimas palabras son importantes resaltarlas, pues expresa con claridad que para impulsar cualquier políticas públicas, en este caso, orientadas a la transición hacia el modelo circular, es fundamental que la responsabilidad de iniciar el camino hacia ese cambio tiene que venir de las propias autoridades públicas, quienes deben tener plena consciencia que el éxito de la misma dependerá en gran medida del nivel de participación de la ciudadanía en general, pues no se trata de un proceso solitario.
La responsabilidad de las autoridades públicas en impulsar el diálogo, debate y mayor participación de la ciudadanía en los temas de la ciudad es un elemento muy oportuno de valorar en este mes en el cual la ONU nos invita a un Octubre Urbano, en el marco del cual podamos mirar nuestra ciudad y valorar el nivel de consciencia tanto de nuestras autoridades como de la ciudadanía en general de promover espacios para la participación sobre un mejor futuro urbano y la disposición de todos por generar conocimiento en esta materia.
Amsterdam, es una de las ciudades del mundo, reconocidas por su avance hacia el modelo de ciudad circular, tan es así, que un artículo publicado en ACEPRENSA nos dice que la ciudad lleva diez años por delante de los objetivos marcados por la UE en esta materia, y su sistema tiene fama de ser el más eficaz y competitivo del mundo. Además de generar energía por incineración y tener controlada la emisión de gases contaminantes, recupera residuos de metal y arena que se utilizan para la construcción.2
El modelo de ciudad circular, también ha generado el interés en España, tan es así, que ciudades como por ejemplo Salamanca3, Málaga4 y Valladolid5, han presentado en los últimos 3 años proyectos concretos para avanzar hacia una ciudad circular: Salamanca Ciudad Circular en el 2020; eCityMálaga en el 2021 y más recientemente en febrero 2022 el Plan de Acción de Economía Circular de Valladolid con 12 programas, se presenta como una hoja de ruta que promueve el avance hacia el modelo de la ciudad circular.
¿Qué ha pasado con esos proyectos y qué otras ciudades se han sumado en España a la idea de impulsar una hoja de ruta hacia el modelo de una ciudad circular?, la respuesta nos dirá que tan rápido o lento se avanza en esta materia y qué tanto afecta el clima de crisis y el efecto de la inflación en ese proceso.
¿Cuál es la visión que Amsterdam se plantea como ciudad circular?
La respuesta a esa inquietud, obviamente, se encuentra en el documento Amsterdam Circular 2020-2025, strategy, en cuyo contenido se nos presenta una ciudad consciente del impacto de su consumo y producción, tanto dentro como fuera de sus propios límites; y nos plantea, una ciudad que quiere ser reconocida por garantizar una amplia prosperidad, en la cual la riqueza material no sea la única medida para valorar una buena vida, sino que por también se consideren otros elementos como:
- El bienestar.
- El suficiente tiempo libre.
- La buena salud.
- Un entorno de vida agradable.
- Un espacio para el crecimiento personal.
La ciudad quiere ser moderna, próspera e inclusiva para todos, teniendo en cuenta los límites que nos impone el planeta; precisamente para definir esos límites, la ciudad asumió que adoptaría el modelo que ha denominado “economía del dónut”, creado por la profesora británica Kate Rworth de la Universidad de Oxford, quien en su libro :Doughnut Economics: Seven Ways to Think Like a 21st-Century Economist (2017), propone una guía que aspira poder orientar la economía y las políticas hacia un punto ideal en el que puedan satisfacerse las necesidades de todos con los recursos del planeta. Para la mencionada autora los principios rectores del pensamiento económico del Siglo XXI deben ser la sostenibilidad social y medioambiental6.
Para Amsterdam, el modelo de economía circular le permitirá asegurar:
•Una sociedad más justa: mediante la compra de servicios en lugar de poseer productos, todos pueden acceder a productos sólidos y valiosos, ahora y en el futuro.
•Una sociedad más resiliente: al ser menos dependientes, por ejemplo, de materias primas importadas como el fosfato para nuestros alimentos y los metales raros para nuestros productos electrónicos, nos volvemos más autosuficientes y, por lo tanto, mejor protegidos de las influencias que pueden afectar negativamente la importación de materias primas. y materiales
• Una sociedad que contribuye con un mundo más saludable: la reducción de las emisiones de sustancias tóxicas durante la producción, el uso y la eliminación reduce los daños a la naturaleza y la salud.
• Una economía más eficiente: la recuperación local de materias primas y productos en la medida de lo posible conduce a una nueva actividad con menos residuos. Esto crea nuevos puestos de trabajo en varios sectores, como la industria de reparación y procesamiento.
Amsterdam Circular 2020-2025, strategy destaca que las áreas en las cuales se potenciará la circularidad de la ciudad, son las siguientes:
1.- Residuos, que tiene que ver con los desechos orgánicos y de alimentos, se enfocan en cadenas de alimentación cortas, consumo de alimentos saludables y sostenible, así como en el procesamiento de alta calidad de flujos de residuos orgánicos.
2.- Bienes de consumo, parte por el compromiso que la ciudad debe ser la primera en dar el ejemplo de aprovechar al máximo los recursos desechados.
3.- Construcción de un entorno adecuado, que impone que la ciudad tome la iniciativa con el diseño de criterios circulares aplicables a la ciudad, no se trata sólo de abordar con criterio circular la construcción de edificios, va mucho más allá, se extiende a todos los espacios públicos.
La ciudad de Amsterdam se plantea ser 100% circular para el año 2050, está hoja de ruta cuenta con un sistema de indicadores que permitirá evaluar la viabilidad de ese objetivo, que sin duda estará condicionado de los avances y logros alcanzados en esta ruta que se ha fijado para el período 2020-2025.
El tema es muy extenso y complejo como para ponerle un punto final, lo he destacado porque el mismo nos permite enfocar la mirada en una experiencia en donde las políticas públicas se convierten en una herramienta clave y la participación de todos los sectores en una estrategia esencial para alcanzar los objetivos previstos.
Además, en el Octubre Urbano, el documento Amsterdan Circular 2020-2025, strategy, resulta un interesante documento para acercarnos a conocer más sobre ese modelo llamado Ciudad Circular.
Carlos Romero Mendoza.
@carome31