El 26 de mayo 2021, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, MITECO[1], presentó para la audiencia e información pública la orden ministerial, que exige la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética, para activar todos los pasos que deben darse a los fines de concretar la convocatoria a la Asamblea Ciudadana para el Clima.
La idea de instalar esa Asamblea Ciudadana para el Clima que ha sido creada por la nueva Ley encuentra en Francia, Irlanda, Reino Unido, Suecia y Escocia experiencias cercanas de otras Asambleas en material climática y que además, como forma de participación deliberativa también han asumido en otros países fuera del territorio europeo como es el caso de la experiencia en Australia y Canadá.
Precisamente para conocer mejor la historia de esas Asambleas Climáticas que se han realizado en Europa, resulta muy útil la lectura del informe publicado en diciembre 2020 por la Fundación Conama, titulado: Asambleas ciudadanas: el poder de la participación social en la acción climática.
Según el Informe en el 2014 Suecia registra la primera experiencia en Asambleas, que luego reedita en el 2018 que se prepara para su nueva edición en el 2022. Ahora bien todas las demás experiencias datan del año 2019 y 2020.
Estas formas deliberativas de participación, se han caracterizado por lograr reunir un importante número de participantes, que claramente sin una metodología previa y sin disciplina por parte de los participantes, sería muy difícil lograr niveles de debate adecuados y efectivos para alcanzar conclusiones concretas y compartidas al menos por la mayoría; en todos los casos la metodología parte de una pregunta que viene a desarrollar el debate durante las sesiones planificadas.
En cuanto a los participantes, es importante destacar, según nos dice el Informe, que en todos los casos, salvo Suecia en donde participaron voluntarios, todos los demás fueron electos a través de un proceso de sorteo y recibieron una contribución económica por participar.
En ese sentido, el Informe de Conama, nos permite conocer que en Francia la participación fue de 150 personas a razón de unos 80 euros diarios por cada participante; en Reino Unido y Escocia, las sesiones se realizaron los fines de semana, en consecuencia cada participante recibió un aporte económico por su participación durante los fines de semana previstos en la metodología respectiva, en el caso de Reino Unido hubo 108 participantes y una contribución de 166 euros, mientras que en Escocia hubo 105 participantes y un aporte de 221 euros por fin de semana.
En el caso de Irlanda los gastos estuvieron cubiertos de manera que se garantizara la participación de los seleccionados y hubo una participación de 99 personas. Suecia es el país que ha logrado reunir a más cantidad de participantes para un total de 600 personas y fueron voluntarios.
Cada uno de estos mecanismos de participación deliberativa implicó un costo para cada país, en Francia fue de 5,4 millones de euros, en Irlanda 1,5 millones, Reino Unido, 335.000 euros y Suecia 155 mil euros; y en cuanto a resultados que han alcanzado estas Asambleas, es importante destacar que el Informe del 2020 sólo hace referencia a dos casos, el primero es Irlanda, en donde el Informe de esa Asamblea de Ciudadanos se convirtió en proyecto de Ley de Cambio Climático y el segundo caso, es Suecia, en donde el Parlamento ha debatido algunas propuestas e incluso las ha llevado a cabo.
La pandemia tuvo su impacto en estos ejercicios participativos, pues en el caso de Reino Unido, el Informe nos dice que de 6 sesiones previstas, las 3 últimas fueron de manera virtual; mientras que Escocia logró desarrollar una Asamblea 100% virtual.
España ha iniciado el camino para convocar a su Asamblea Ciudadana por el Clima, que aspira como dice la nota de MITECO a convocar a 100 españoles, seleccionados de manera independiente y aleatoria, quienes además recibirán una remuneración, según afirma El País, de 65 euros por sesión que serán realizadas 1 por mes y durante los fines de semana, en total se realizarán 5 sesiones que además serán virtuales según informa MITECO.
Así como en los casos que registra el Informe de Conama, España centrará la metodología en el debate de una pregunta, ella es: «Una España más segura ante el cambio climático, ¿Cómo lo hacemos?» y advierte MITECO, que eso no excluye que concretar ostra temáticas más acotadas y específicas relacionadas con la mitigación y adaptación al cambio climático, mirando hacia el año 2050.
El resultado de esas jornadas, se concretarán en recomendaciones que servirán para el debate a todos los niveles de la Administración, así como a los diferentes actores económicos y sociales, que además, será contenido para el debate en el Congreso de Diputados y valoración de esas propuestas por el Gobierno de España.
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