En la historia tricantina, los primeros asentamientos humanos, en la zona próxima al vértice geodésico Tres Cantos, ocupaban un viejo apeadero del ferrocarril Madrid-Burgos (donde se encuentra la actual Estación), unas cuantas casas donde está el Nudo Sur de la M-607, con un bar conocido como “Descanso del Pinar”, los Estudios Cinematográficos Verona, el Colegio Pinosierra, y el Colegio La Paloma, situado al O. de la carretera. Precisamente en esa zona se realizaba el enganche de un refuerzo de caballerías para ayudar a subir las cuestas a las que tiraban de los carros cargados. De ahí toma el nombre la Av. de los Encuartes. Entre los primeros habitantes está Mariano Aragón García que, con ocho meses de edad, vino en 1934, cuando se trasladó su familia desde Colmenar Viejo a una de estas casas. El primer vecino que vino a residir en la nueva ciudad de Tres Cantos fue Francisco Ramírez en agosto de 1982, con domicilio en una vivienda de la Cooperativa El Madroño.
Entre esas fechas, España sufrió la revolución de 1934, la guerra civil de 1936, la dictadura del caudillo y finalmente llegaría la democracia, pero continuaba el estilo de gobierno que manejaba el poder ejecutivo, y el legislativo y el judicial. Consecuentemente, la gestión pública habría de mantener una sobredosis de autoridad. Entretanto se había producido la masiva emigración del campo a la ciudad. Ello había generado una congestión urbanística y falta de suelo urbanizado en el Área de Madrid que hizo que, en 1971 se hubiera aprobado la delimitación del ACTUR (Actuación Urbanística Urgente) en el término de Colmenar Viejo y algo del de Madrid. Fue voluntad del ministro de la Vivienda Vicente Mortes el que las clases modestas tuviesen la oportunidad de vivir al norte de Madrid.
El proyecto inicial corresponde al Instituto Nacional de Urbanización (INUR), con un trabajo ambicioso y serio, apoyándose en la experiencia de las nuevas ciudades de Inglaterra y de Francia. El proyecto, que posteriormente fue modificado por la escasez de recursos de la crisis económica, tuvo una visión de futuro que es de admirar si comparamos el Tres Cantos de hoy con las realizaciones urbanísticas que vemos en otras partes. Se tuvo la firme decisión de emprender una operación de gran envergadura y que, además exigía la violencia de tener que segregar una parte importante del terreno de Colmenar Viejo. La Memoria Histórica de Tres Cantos habría de reconocer sus orígenes. Puede tomarse como contrapunto de referencia lo que ocurre con la gran “Operación Chamartín” o con la pequeña “Remodelación de la Plaza de España”, y la diferencia es abrumadora.
Después de un tiempo de expropiaciones, en 1976 se pone en marcha la empresa pública encargada de la gestión de la Actuación Tres Cantos. Decisión acertada la creación de TCSA por intentar dar eficiencia empresarial a una promoción pública. La gestión de una ciudad de nueva creación le exigiría realizar funciones de Ayuntamiento y de empresa privada, para realizar las obras de infraestructura, comercializar terrenos, construir el equipamiento social, educativo, sanitario, deportivo, etc. y las tareas de mantenimiento y conservación. Pero empresa pública, al fin y al cabo, habría de actuar con general discrecionalidad y opacidad.
La crisis económica llevó a la paralización de muchas obras y, en 1982 Tres Cantos era un proyecto prácticamente muerto. Las cooperativas de viviendas habían sufrido graves dificultades y el sueño del proyecto inicial se había materializado en un asentamiento de unas 4.000 viviendas, pocas industrias, escaso equipamiento y unas infraestructuras poco utilizadas Fueron escasas las cooperativas que no tuvieron problemas importantes. Algunas desaparecieron antes de empezar a construir, otras dejaron una parte sin edificar, redujeron alturas, bajaron calidades, negociaron su deuda adjudicando viviendas a sus constructoras. Algunas empezaron a construir y después quebraron.
De aquellos tiempos cuenta César Bachiller: “Pocas personas han tenido la fortuna de ver nacer a su pueblo. Por tanto, más que hijos, somos padres de Tres Cantos (….) En el bar Velázquez (hoy B. Santander en la Av. de Colmenar Viejo) se conocieron los primeros colonos, se formaron las primeras peñas, clubes, asociaciones, partidos políticos”…T. Isidro y A. Mingo cuentan que Tres Cantos carecía de representación política local, y dicha carencia la rellenaba la Asociación de Vecinos. Las reclamaciones de esta Asociación ante TCSA y el Ayuntamiento de Colmenar eran constantes.
Los casi mil habitantes de Tres Cantos en 1983, sólo disponían de una línea de autobuses a la Plaza de Castilla. Los servicios sanitarios se limitaban a una clínica privada y no había farmacia. El abastecimiento era muy escaso y la recogida de basuras totalmente insuficiente y hacía necesaria una campaña de desratización. En muchas cooperativas los ocupantes tuvieron que hacer uso de la luz de obra.
Si en 1984 TCSA estaba quebrada y la ciudad llevada dos años semiparalizada, a finales de 1989 su situación económica era boyante. Las previsiones de superávit, una vez finalizada la ciudad, eran de unos 7.000 millones de pesetas. En gran medida concluyó todas las obras de importancia, además de las competencias que habrían correspondido al Ayuntamiento. A partir de 1990, se produjeron cambios sustanciales en la dirección de TCSA, se transfirieron cuantiosos recursos a la empresa ARPEGIO y además, su excelente equipo técnico fue abandonando la empresa.
Por decreto de 21 de marzo de 1991 se aprueba la segregación de una parte importante del término municipal de Colmenar Viejo para crear el nuevo municipio de Tres Cantos. Después se produciría la recepción de todas la obras procedentes de TCSA.
Cabe preguntarse ¿Cómo es posible que no exista alguna calle, plaza, o lugar público en Tres Cantos que evoque a quienes dedicaron su esfuerzo a poner en marcha nuestra ciudad?
Los datos objetivos de estos recuerdos proceden de la excelente obra “TRES CANTOS 20 años de historia (1971-1991)”, cuyos autores Mónica Egea y Donato Fernández merecen mi reconocimiento. Mi gratitud a Sara Izquierdo, cuya memoria es fiel a la historia de Tres Cantos.