La semana pasada tuvimos la noticia del cierre de fronteras de Perú y su militarización por la grave crisis de migrantes que están llegando a ese país como lugar destino o como país de tránsito, migrantes en su mayoría venezolanos.
Por otra parte, en el norte del continente, EE. UU. está generando alianzas con Canadá y España para que asuman a parte de los migrantes que están en su frontera sur y en centros migratorios en México, Colombia y países de Centro América, en miras de hacer frente a otra avalancha de grandes movilizaciones una vez se dé por terminada el “Título 42” de las devoluciones en caliente.
El hilo conductor de ambas crisis, de norte a sur del continente, es la migración venezolana, de la cual deseo dar una pincelada en este artículo para intentar entender la magnitud actual de este problema en la región.
Lo primero que quiero recordar es que Venezuela, hasta hace unos años atrás, era un país receptor de migrantes, en la época de las guerras mundiales recibió a migrantes procedentes de Europa, quienes con sus familias se asentaron en su territorio. Por otra parte, en los años 80´s la migración provenía del mismo continente, con el boom petrolero y la bonanza económica de esos años, fueron los colombianos, peruanos, ecuatorianos, principalmente, quienes emigraron a Venezuela para buscar un futuro mejor.
Ustedes entonces se preguntarán cuándo Venezuela de país receptor de la migración pasó a ser un país emisor de migrantes, a tal escala que ha colapsado los sistemas migratorios de todo un continente.
El primer grupo, aunque pequeño, salió en la época de la presidencia de Rafael Caldera, para ese momento ya se sentía el quiebre de las instituciones democráticas y lo obsoleto de los partidos políticos, por lo que quienes salieron del país fueron jóvenes profesionales que buscaban oportunidades laborales y que se establecieron en EE. UU. y Europa. Algunos solo salieron a estudiar, pero se quedaron establecidos en el extranjero al conseguir buenas opciones laborales y al ver que el país iba en retroceso.
La segunda ola de salida de venezolanos fue en el 98-99 cuando Hugo Rafael Chávez Frías asume la presidencia del país. La causa de esta etapa migratoria fue el miedo a que el país cayera en dictadura, ya algunos habían identificado que el nuevo gobierno sería de destrucción y miseria. Cabe destacar que ese año muchos cubanos residenciados en el país y con hijos/nietos venezolanos salieron corriendo hacia España y EE. UU. al reconocer una “Revolución” que hasta el día de hoy los oprime. Al igual que el grupo anterior eran personas profesionales y de buen estatus social (clase media, clase media-alta, clase alta) quienes emigraban con la diferencia que no había estrato de edad, salieron de recién nacidos hasta ancianos, todo aquel que vio el peligro se fue.
Durante los distintos períodos presidenciales de Chávez la migración venezolana fue a cuentagotas, algunos con la intención de salir a estudiar. Otros a probar suerte en lo laboral/ económico y otros a esperar “un tiempito, mientras la cosa se arregla”. Lo que caracterizó esta fase fue que las oleadas de salidas estaban precedidas por procesos electorales, y vaya que fueron muchos con Chávez, pero el tipo de migrante ya estaba cambiando, no solo eran profesionales de cualquier edad, sino también la clase media trabajadora y los migrantes que estaban residenciados desde las guerras mundiales y el boom petrolero quienes regresaron a sus países de origen o incluso re-emigraron a nuevos territorios.
Pero la guinda sobre el pastel ocurre en la presidencia de Nicolás Maduro Moros, tras recibir un país en ruinas donde la empresa privada fue expropiada y destruida, los campos abandonado y una situación de corrupción incomparable, lo que provocó una crisis humanitaria sin precedentes en el continente, la pobreza extrema aumentó, niños han muerto de desnutrición, desabastecimiento de alimentos y medicinas, los venezolanos pasaron de tener un país rico petrolero a un país en extrema supervivencia. Todo ello fue el inicio de la estampida de venezolanos a otros países y por cualquier medio de transporte: aviones, autobuses, barcos, embarcaciones precarias y el caminar miles y miles de kilómetros hasta su nuevo destino.
Nadie en la región creía la magnitud del problema, desde la época de Chávez se le solicitó a los países y a la “Comunidad Internacional” la ayuda para que la situación interna del país cambiase, pero nadie creía y hasta llegaron a aprovecharse de la “chequera de Chávez” que viajaba por toda américa latina, y a cualquier rincón del mundo, repartiendo o regalando las ganancias del petróleo, no les importó las penurias que los venezolanos estaban viviendo, la falta de alimentos y medicinas por ejemplo, ahora están viviendo en carne propia lo que no previeron y que está “explotando en sus fronteras”.
En la actual ola de migración quienes están saliendo del país pertenecen a un estrato social de clase media baja a pobreza extrema y son los llamados “los caminantes” que recorren a pie caminando desde Canadá hasta la Patagonia, a cualquier lugar donde pueden llegar a pie, cruzando desiertos, selva, montaña y soportando cualquier cambio de clima. Ya no solo viajan personas solas o núcleos pequeños de familias, ahora son grupos grandes o “manadas” que incluyen ancianos, mujeres embarazadas y bebés.
¿Cuántos son y dónde están?
Analicemos los números actuales de la migración venezolana, son más de 7 millones de personas los que han salido del país, cifras que alcanzan a migraciones como la Siria que ha sido motivada por temas de conflictos armados. Recientemente la OIM emitió un informe del año 2022 y principios del 2023 donde se puede ver en cifras la realidad que se vive en las fronteras de los países del continente. Cabe destacar que estas cifras cambian cada día pues es un proceso muy nuevo y que fluctúa dependiendo de los escenarios políticos nacionales e internacionales.
«Tendencias migratorias de las Américas» es el título del informe de la ONU a través de su agencia OIM, informe que refleja cómo está progresando el tema de la migración en el continente americano. En datos resumidos tenemos que durante el 2022 la frontera terrestre entre Panamá y Colombia mostró un aumento interanual del 86%, es decir, que se contabilizaron un total de 248.284 entradas irregulares.
Por su parte, el número en la frontera sureste de EEUU aumentó un 27%, que representa 2.577.669 migrantes en comparación con los datos del año 2021. Durante enero y febrero del 2023 fueron 1800 venezolanos y 1200 nacionales ecuatorianos quienes ingresaron de manera irregular principalmente desde el punto de entrada aéreo la Panamá.
En el 2023 las autoridades panameñas anunciaron que entre enero y el 26 de marzo han transitado de manera irregular por Panamá desde Colombia 78.585 migrantes, de estos 25.166 son venezolanos, 21.804 son haitianos y 13.842 ecuatorianos.
Cuando hablamos de Panamá no podemos dejar de pensar en la selva del Darién. De acuerdo a las cifras que maneja la oficina del Servicio Nacional de Migración de Panamá para el año 2014 fueron 4.000 personas las que atravesaron la selva con miras a llegar a EE. UU., pero ese número subió potencialmente en los últimos años, para el 2021 fueron 133.000, en el 2022 fueron 250.000 y lo que llevamos del año 2023 van 127.000, la gran mayoría de quienes han realizado esa travesía son venezolanos en grande grupos y que poca información sobre su estado se tiene.
En cuanto a las estadísticas de EE.UU se evidencia que entre el 2021 y el 2022 existió un incremento del 22 % en la cantidad de visas de H2B otorgadas a migrantes para empleados relacionados con agricultura, la cifra total pasó de 87.047 visas H2B a finales del 2021 a 106.006 a finales del 2022.
Los venezolanos son los que tienen un papel protagónico en las grandes movilizaciones de las Américas, otras nacionalidades relevantes durante el 2021e inicio de 2023 han sido los haitianos, cubanos, nicaragüenses y ecuatorianos en su ruta hacia América del Norte.
Hasta enero del 2023 el 20% de las residencias registradas en Brasil correspondían a nacionales de la República Bolivariana de Venezuela.
Quiero dejarles un cuadro resumen de los países donde mayor migración de venezolanos han recibido de acuerdo a las cifras que manejan en la Plataforma de Coordinación Interagerencial para Refugiados, y Migrantes Venezolanos (R4V):
País | Población Migrante venezolana |
Colombia | 2.477.588 |
Perú | 1.506.368 |
Estados Unidos | 545.200 |
Ecuador | 502.214 |
Chile | 444.423 |
Brasil | 426.032 |
Argentina | 220.595 |
Panamá | 147.627 |
República Dominicana | 115.283 |
México | 87.152 |
Trinidad y Tobago | 35.314 |
Estas cifras de movimientos migratorios traen su lado económico y a pesar de que hablaremos de este tema en otro artículo les quiero dejar algunos números para que se hagan una idea de la magnitud del dinero que mueve la migración. Desde el 2022 vemos que las remesas a América Latina y el Caribe aumentaron un 9% respecto del año anterior en las últimas estimaciones los países principales en volumen de Sansón en el primer lugar tenemos a México con 60 billones de dólares, le siguen Guatemala con 18 billones de dólares y República Dominicana con 10 billones de dólares. Por su parte cuando la medición se ve en el peso de las remesas en el producto interno bruto de los países tenemos que los tres primero son: Honduras con el 27%, El Salvador con 24 % y Haití con el 22%.
El gobierno venezolano deja sin documentación a sus migrantes
La vulneración de los derechos está muy presente cuando de migración se habla, ya sea migración regular o irregular, legal o ilegal. El estar en otro país y desconocer su sistema legal, social y cultural hace que el migrante “permita” abusos de las autoridades y de los lugareños, en especial cuando se encuentra en situación de ilegalidad pues permiten estos abusos por el temor a ser deportado, a ser despedidos de sus precarios trabajos, etc.
Pero en el caso de los migrantes venezolanos se le suma la continua violación de sus derechos aun estando en el extranjero como migrantes, refugiados, asilados de su propio gobierno al dejarlos sin la posibilidad de renovar sus documentos de identidad.
Esta violación de los derechos humanos por parte de su gobierno deja a los migrantes venezolanos en completa indefensión ante el mundo, pues no poseer una cédula de identidad o pasaporte vigente bloquea la posibilidad de estar legales en el país de acogida, acceso a salud y educación, y el derecho a la participación política a través del voto en el extranjero.
Esta realidad está muy bien reflejada en el informe de CEPAZ sobre movilidad humana. Este informe recaba una muestra de la realidad que viven los migrantes venezolanos en los países de habla hispana y EE. UU., en cuanto al derecho de identidad y que refleja un patrón de vulneración de ese derecho por parte de su gobierno.
Les recomiendo la lectura del informe para que escarben más a fondo sobre este tema, pero concluye que la mayoría de los venezolanos tienen sus documentos de identidad vencidos, los costos de su renovación son muy elevados, lo que imposibilita que un migrante pueda tener acceso al mismo, y quienes pueden cubrir el costo no consiguen la información clara y procesos uniformes de acuerdo a las leyes nacionales e internacionales, en un medio oficial de la cancillería (a través de los consulados), además de los largos períodos de espera para obtenerlos.
Como violación colateral al derecho de identidad CEPAZ identifica el derecho al voto, que se supedita a que los documentos estén vigentes y que además el migrante este en situación regular en el país receptor, para que puedan ejercer su derecho al voto para las próximas elecciones presidenciales. En el caso venezolano la inscripción en el Registro Electoral Permanente (REP) no es automática como en otros países en los cuales al cumplir la mayoría de edad pasan a tener el derecho al ejercicio al voto automáticamente, sino que deben hacerlo personalmente. De acuerdo con el informe de CEPAZ ningún consulado tiene abierto el REP para nuevas inscripciones ni para hacer cambios de los electores ya inscritos. Esto se convierte en «el pez que se muerde la cola» con el único fin de que quienes estén fuera de Venezuela no puedan ejercer su derecho al voto.
Propuestas a los países receptores de migrantes venezolanos
La situación de los migrantes venezolanos ha generado graves crisis fronterizas en el continente americano, los países no estaban prevenidos de que en poco tiempo la movilización fuera tan rápida y a gran escala que no tienen la infraestructura, el personal ni los procesos claros para hacer frente a ello.
A continuación, les quiero dar cinco rápidas recomendaciones a los países receptores de la migración venezolana, para que la puedan aprovechar y convertirse en un país que acepta la migración como parte del cambio social mundial y les dé cabida en su territorio y en su cultura, visto que la situación en Venezuela no mejora y que este fenómeno durará unos cuantos años más:
1) Generar una base de datos: identificar los grupos, segregar la información en sexo, edad, si son miembros de una misma familia, lugar de procedencia y profesión u oficio que realizaban en su país de origen. Cuando tienes información personalizada el panorama es más claro para la elaboración y ejecución de políticas públicas que permitan la integración de los migrantes.
2) Atención de emergencias sanitarias: es importante que se les haga una revisión médica en la misma frontera con el fin de atender los casos de salud que puedan tener, es claro que muchas de las migrantes están embarazadas y es esencial su atención para garantizar la vida de la madre y del bebé. Adicionalmente estos grupos están compuestos por niño y niñas que requieren saber su condición física, brindar la ayuda oportuna y las vacunas que requieran para mantener su salud.
3) Otorgar un documento de identidad provisional: ya hemos visto que los documentos venezolanos en la mayoría de los casos están vencidos y no tienen la posibilidad de renovarlos, por ello es parte fundamental para la seguridad de cada país y los procesos migratorias que tengan algún tipo de identificación oficial y vigente, tanto de los migrantes que están en tránsito como los que se quedarán. Esto permite mayor control, pues permite a las autoridades locales saber dónde se encuentran y qué están haciendo dentro del territorio, poder incorporarlos de forma fácil en políticas públicas y planes sociales, y previene abusos o violaciones de sus derechos humanos por el simple hecho de ser migrantes indocumentados. Así mismo, permite a las autoridades migratorias saber si la persona sigue en su territorio y ha iniciado su proceso de regulación, si han salido de su territorio o si son de quienes integran el grupo de desaparecidos o muertos no identificados en las rutas migratorias de la región.
4) Generar bases de datos de la fuerza laboral: si al cruzar las fronteras se genera una base de datos con la profesión u oficio que realizaban en si país de origen pueden brindarles oportunidades laborales en las ciudades o pueblos donde se requiera ese tipo de trabajadores, permitiendo de esa forma que obtengan rápidamente ingresos por su trabajo y dependan menos de las ayudas gubernamentales o de organizaciones internacionales lo que trae como consecuencia la disminución de situación de calle, desempleo y mendicidad. Esta búsqueda de trabajo debe ir acompañada con una política de vivienda, es decir, ubicarles lugares para vivir cerca de los trabajos que puedan alquilar de acorde a sus ingresos lo que permite el descongestionamiento de los albergues o centros de atención de migrantes fronterizos y ayuda a evitar la despoblación de pueblos o zonas aportando a la economía local y nacional.
5) Inmediata inserción escolar: los niñas, niñas y adolescentes migrantes deben ser incorporados al sistema educativo formal público, aun cuando no tengan la documentación completa de documentos de identidad y/o de títulos académicos, esta política evita que los menores entren en situación de calle, caigan en organizaciones criminales para delinquir o prostituirse, y a la vez permite que inicie su proceso de adaptación en el nuevo país.