¿Cuál es la razón por la que el PP nacional limita al señor Mañueco su libertad de decisión para pactar con VOX la formación de un gobierno en Castilla y León, hasta el punto de preferir repetir las elecciones?
Desde que se conocieron los resultados de las elecciones de Castilla y León, el discurso del PP estaba ya diseñado para convertir su victoria pírrica en una victoria absoluta, que le diera eso, la oportunidad de gobernar como si hubieran ganado con más de 41 procuradores, cuando la realidad es que se quedaron a 10 procuradores de llegar a los 41.
Avisados por el anuncio de Santiago Abascal, Juan García Gallardo y distintas autoridades de VOX, de no volver a regalar los votos de los ciudadanos y de que, si sus votos fuesen necesarios para formar gobierno, exigirían lo que la lógica y más importante aún, la voluntad de los españoles que votaron demanda; la incorporación de VOX en el gobierno de Castilla y León.
Pero Pablo Casado y Teodoro García Egea están negados a pactar con VOX bajo ningún concepto, lo avisaron también tan pronto las encuestas reflejaban la caída del PP y la subida constante de los de Abascal. Sabían los azules, que se acercaban a un momento decisivo.
Decisivo para la supervivencia del PP, saben que no pueden pactar el gobierno con VOX, ya que esto solo acentuaría la caída del PP y, sobre todo, la imagen de líder de Casado, bastante mellada ya por sus luchas internas contra Cayetana Álvarez de Toledo e Isabel Díaz Ayuso. Pactar con VOX debilitaría al partido de cara a las elecciones de Andalucía y, así mismo, de cara a unas generales, en las que se tendrá que enfrentar a Santiago Abascal.
Para Pablo Casado y algunos sectores del PP, parece ser preferible pactar con el PSOE que tanto han criticado, ese que pactó con Iglesias, con BILDU y los separatistas catalanes; y, el mismo, con el que Casado y Egea quería renovar el Consejo General del Poder Judicial CGPJ y con el que renovaron, de hecho, el Tribunal de Cuentas el pasado otoño.
Pactar con el PSOE garantiza al PP la continuidad como «el partido de la derecha», y mantendría ese bipartidismo tan deseado por aquellos que siempre han detentado el poder y no aceptan la posibilidad de perderlo.
Pactar con VOX implicaría debatir, asumir responsabilidades y asumir límites que hasta ahora nadie les había colocado. Pactar con VOX implica dar explicaciones, y, sobre todo, mostraría definitivamente a los ciudadanos, que VOX no es el extremismo que el PP y los demás partidos se empeñan en hacer ver a través de una campaña de desprestigio cobarde y chapucera.
Si el señor Casado y el señor Egea desean gobernar solos, que saquen mayoría absoluta -haber modificado la ley electoral cuando tuvieron esa mayoría-.
Casado, haciendo gala de una miopía política de campeonato, se juega el todo por el todo, pero no se da cuenta que su orgullo solo perjudica a España, el discurso chantajista de que ellos o ninguno cada vez cala menos; de hecho, cansa y molesta que nos quiera seguir viendo la cara de ingenuos.
Si Casado y el PP fuerzan a una repetición de elecciones, no alcanzarán las explicaciones que den para reparar ni el daño que le harán a Castilla y León, ni la decepción que esta decisión causará en sus votantes. Allá ellos.
La inmigración violenta, que no se adapta y que no aporta nada buenos a nadie debe acabar
