Nuestra responsabilidad a 50 años de aquella Cumbre sobre el Medio Humano

Blick in den Konferenzsaal der UN-Umweltkonferenz, die am 5.6.1972 in Stockholm, Schweden eröffnet wurde.
La presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmó que en la Conferencia de Presidentes Autonómicos defendería el “autocuidado” personal frente al aumento de contagios por Covid(1), esa declaración recorrió las redes sociales y despertó algunas críticas.
Independientemente el contexto en el que se dio esa declaración, es oportuno destacar que todos los 24 de julio se celebra el día mundial del autocuidado a través del cual se busca recordar que como individuos somos agentes activos en el manejo de nuestra propia salud, bien para prevenir o controlar las enfermedades, por lo tanto, en estos tiempos donde seguimos amenazados por el virus, hablar de autocuidado es hacer un llamado a nuestra propia responsabilidad para mantener o mejorar la salud tanto personal, como familiar y/o comunitaria, tal y como lo señala un reportaje sobre el tema(2).
Quiero enfocar estas líneas a la responsabilidad de cada uno de nosotros frente a los desafíos que enfrentamos como sociedad, pues este año 2022 se celebrarán 50 años de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada entre el 5 al 16 de junio de 1972 y cuyo documento oficial o declaración final(3), inicia recordándonos que somos responsables pues como seres humanos “somos obra y artífices del medio que nos rodea”.
En Estocolmo, hace 50 años, se reconoció que como seres humanos somos capaces de promover progreso social, crear riqueza social, desarrollar la ciencia, la tecnología y transformar continuamente el medio humano con el esfuerzo del trabajo; pero también se alertó que tanto por nuestra ignorancia, como por indiferencia, podemos causar daños inmensos e irreparables al Planeta del cual depende nuestras vidas y nuestro bienestar.
El documento oficial de Estocolmo, fue claro en afirmar que el momento había llegado para orientar nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor cuidado a las consecuencias que puedan tener para el medio; y a tal fin, se reconoció que a través de un conocimiento más profundo y una acción más prudente era posible conseguir, tanto para nosotros, como para las generaciones futuras, una vida mejor en un medio más en consonancia con las necesidades y aspiraciones del hombre.
La responsabilidad de cada uno de nosotros como individuos, está presente en ese documento de 1972 que sirvió de marco para avanzar más adelante en debates y discusiones a los fines de profundizar los problemas medio ambientales, hasta llegar a concretar esas distintas reuniones en lo que hoy conocemos como Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 aprobados por Naciones Unidas en el año 2015.
Naciones Unidas califica la Cumbre de Estocolmo como la primera cumbre para la Tierra, y a partir de ella se han desarrollado otras Cumbres que han ido definiendo con mayor precisión los objetivos y metas para enfrentar los desafíos que ponen en riesgo el medio ambiente impactando nuestra propia calidad de vida.
Los debates y discusiones políticas realizadas en el marco de la ONU han tenido como escenario Nueva York en los años 1997, 2000, 2005, 2008 y 2010; Johannesburgo ha sido sede de una edición de la Cumbre en el año 2002 y Rio de Janeiro ha sido dos veces sede en el año 1992 y 2012.
La primera cumbre, la de Estocolmo 1972 se habló de Conferencia sobre medio humano” y luego 20 años después, en la segunda edición se habló de Conferencia del Medio Ambiente y Desarrollo o Cumbre para la Tierra; en el 2000 se habló de Cumbre del Milenio, en el 2002 se habló de Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible y en el 2012 fue Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible.
Por lo tanto desde 1972 el problema del deterioro ambiental ha estado en la agenda política internacional en el marco de las Naciones Unidas y esa Declaración de hace 50 años, es calificada por la organización SGK Planet(4), como un documento equiparable con la Declaración de los Derechos Humanos orientada hacia la normalización de las relaciones de los seres humanos con el medio ambiente.
Hoy Naciones Unidas, se ve como una suerte de bombero sin agua, o como todas los organismos multilaterales, como organizaciones que no tienen dientes, según afirma su Secretario General Antonio Guterres5; quien en distintos momentos ha alertado sobre la necesidad de profundizar, acelerar y adoptar medidas más ambiciosas para lograr alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible previstas para el 2030.
En ese contexto, debemos recordar, como se afirmó en el año 1972 que la responsabilidad de enfrentar los desafíos que atentan contra el medio humano es de nosotros los individuos y según corresponda a las empresas, industrias y a los propios gobiernos.
Resulta importante que en estos 50 años de aquella Declaración podamos valorar cuán responsable nos sentimos, si bien hay más conciencia o sensibilización que en el pasado, también no es menos cierto, que hoy más que nunca es evidente que somos actores claves y estratégicos para hacer que los avances en la definición de la ruta, encuentren en nuestra conducta o comportamiento el elemento para avanzar con mayor rapidez y ambición que se espera.
¿Cuán responsable nos sentimos y qué mecanismos tenemos en nuestra sociedad para asumir esa responsabilidad cívica a la que nos han llamado desde 1972?
Carlos Romero Mendoza
@carome31
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Director de Asociación Civil Eccos de Paz. Estudioso e investigador de temas locales y de participación ciudadana, con experiencia en docencia universitaria y autor de varios libros y artículos sobre institucionalidad local.