No todo es lo que parece. Esta es la percepción de Daniel, médico costarricense y MIR de Urología de segundo año. El creador del blog Hablando del MIR, nos cuenta cuál ha sido su experiencia tras 1 año de ejercicio en el sistema de residencia española y el proceso que tuvo que pasar para lograr su objetivo.
Lo más frustrante: la homologación
El comienzo de la travesía hacia la formación especializada es realmente frustrante. El proceso de homologación del título de médico es sumamente lento, y en el cual te sientes perdido, ya que no cuentas con medios veraces para conocer el estado de tu solicitud. Yo recomiendo iniciar este trámite cuanto antes y ser muy paciente, ya que, en el mejor de los casos, la resolución favorable no la obtendrás en menos de 9 meses.
En mi web cuento con variedad de entradas dedicadas a la homologación, desde los requisitos para presentarla, así como un foro para evacuar las dudas y compartir experiencias sobre el proceso.
El cupo de extranjeros
Considero que el limite al 4% del total de plazas al año es algo justo ya que España tiene el deber de garantizar la formación de sus especialistas. Además, hay que reconocer que se cumple este objetivo al mismo tiempo que se ofrece formación remunerada al médico extranjero, algo que pocos países ofrecen.
Asimismo, esta regulación no debe ser una preocupación al opositor extranjero, ya que este (al igual que sus compañeros comunitarios) deben enfocar sus esfuerzos en alcanzar el número de orden más alto para conseguir la plaza que desean.
Considero que el secreto para conquistar el examen MIR y conseguir la plaza es concentrarse en una buena preparación, más allá de las «limitaciones» que podamos tener.
La elección de plaza
Así como la preparación al MIR es crucial, también lo es una correcta selección de la plaza. Pasarás los siguientes 4 o 5 años en un centro del que finalmente saldrás como médico especialista, por lo tanto, tú elección debe ser informada.
Dentro de las características más importantes que creo debe tener el hospital que elijas, están: la docencia por parte de los adjuntos, incluyendo un tutor de residentes que verdaderamente vele por tu formación, un buen ambiente entre residentes, consultas monográficas, y ser un centro de referencia que te permita entrar en contacto con toda la patología de la que tú especialidad se ocupa.
Mi experiencia como residente
En pocas palabras, la residencia ha superado mis expectativas en muchos sentidos. Me encuentro en un hospital de referencia y en un servicio docente (y, por lo tanto, exigente). El ambiente de compañerismo entre los residentes facilita mucho la experiencia de la residencia y dichosamente tenemos un gran ambiente de trabajo con lo cual el día a día es más llevadero.
La formación en mi país es muy distinta a la española, y el mayor matiz lo he vivido en la esfera práctica. En mi experiencia, el aprendizaje quirúrgico ha sido paulatino, y considero que esto favorece una formación progresiva, sin ir en detrimento de la seguridad del paciente. Considerando a mis residentes mayores que han acabado, la formación quirúrgica en mi centro nos prepara para los retos quirúrgicos que enfrentaremos en nuestro futuro profesional. Si bien es cierto, el médico formado fuera de España va a notar un gran cambio respecto a su educación previa, veo que el equilibrio en la formación quirúrgica en España es beneficiosa tanto para nosotros como para los pacientes.
Creo que nuestra presencia (como médico extranjero) en el sistema de salud español es muy bienvenida por los usuarios, y nos reconocen no solo por nuestro acento, sino por nuestra calidez en el trato.
Recomendación final
Recomiendo la formación médica especializada en España para toda aquella persona que quiera abrir sus horizontes y su mente a otra manera de practicar la medicina, y que esté en búsqueda de una enseñanza de calidad en un sistema de salud de primer nivel.
Daniel Jiménez Peralt
Médico costarricense y MIR de Urología