Esta semana ha estado llena de noticias tanto en Venezuela como en España. En Venezuela, la noticia que más ha tenido cobertura a nivel internacional ha sido la celebración de elecciones parlamentarias por parte del régimen autoritario de Nicolás Maduro en aras de escoger una nueva Asamblea Nacional para sustituir a los parlamentarios que fueron electos en las elecciones de diciembre de 2015.
En España, las noticias eran y siguen siendo varias; por un lado, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, con las consecuentes declaraciones de uno y otro lado del espectro político, los unos, felicitándose así mismos por la capacidad de llegar a un acuerdo histórico, por el logro de sacar adelante unos presupuestos con un apoyo mayor al que obtuvieron los presupuestos de Mariano Rajoy; los otros, pues acusando la tragedia que esto significa y lamentándose (creo que esto más que lo anterior), por no haber sido escogidos, ni tan siquiera tomados en cuenta para lograr estos acuerdos.
Mención especial merecen -por cínicas-, las declaraciones del Vicepresidente Segundo del gobierno Pablo Iglesias, que resaltó y elogió el papel democrático de la izquierda abertzale y el independentismo catalán mientras decía tan panchamente -ahora ya refiriéndose a las negociaciones del Consejo General del Poder Judicial-, que el PP (y en este caso toda la derecha española) estaba fuera de la democracia.
Como si esta cascada de noticias no fuera suficiente, está el tema de la inmigración ilegal de Canarias, al que nadie hizo caso a pesar de que desde hace varias semanas llegan noticias y reportajes de los miles y miles de marroquíes en su gran mayoría que han desembarcado sin freno durante este año en el archipiélago canario y que se encuentran en condiciones de hacinamiento.
Hicieron falta más de dos semanas de continuas noticias para que se organizaran lo que al final pareció un tour vacacional de líderes políticos.
Fueron unos tras otros, desde los del gobierno hasta los de la oposición, unos con amigos y familia para aprovechar la playita y el buen clima, y otros de forma formal; pero eso sí, todos pudieron tomar sus fotos y dar declaraciones a los medios de comunicación, estrechar manos y dar discursos.
Todos estos acontecimientos, me hacían dudar sobre qué escribir esta semana, hasta que dos amigos me enviaron unos artículos de prensa sobre actualidad política española y fue ahí; cuando lo vi claro, cuando sentí que debía expresar una de mis ideas más arraigadas, pero que hasta hoy no había comentado de forma pública.
La idea está relacionada sobre el ejercicio del poder político en España, obviamente aquí como en cualquier otro país del mundo este es un planteamiento que no tiene una sola respuesta o por decirlo de otra forma, no tiene una respuesta para nada sencilla.
Siempre que he tenido la oportunidad, he denunciado ante todas las personas que he tenido el placer de conocer o con las que he tenido el gusto de conversar y aprender, sobre la relación de miembros del gobierno dictatorial de Cuba, con miembros de varios gobiernos de América Latina -entre ellos la dictadura venezolana- y el gobierno español.
Entre mis denuncias siempre he dicho que es evidente una relación que va más allá de las funciones de sus cargos, buscan ayudarse entre todos para mantenerse en el poder de forma indefinida; muchos no lo ven -ciertamente no es fácil, nosotros en Venezuela tampoco lo veíamos cuando nos decían que terminaríamos como Cuba-; y otros, sencillamente no lo quieren ver.
El sistema de gobierno español -monarquía parlamentaria- otorga a Su Majestad El Rey Felipe VI, la representación del Estado español a nivel internacional y la representación de la unidad de España. A nivel parlamentario, las Cortes Generales, compuestas por el Congreso de los Diputados y El Senado, son los encargados de aprobar el ordenamiento jurídico que rige nuestras vidas día a día.
En la aprobación de leyes como la Ley Celaá o los Presupuestos Generales del Estado, jugó un papel determinante Pablo Iglesias, capaz de articular el apoyo de la izquierda abertzale y los independentistas catalanes para lograr que el gobierno no necesitara a un socio que no quiere -como el PP-, así como para sacar del equipo a un pseudo socio que tolera dependiendo de las circunstancias, como fue el caso de Ciudadanos que al parecer no se lo podía creer.
Lo cierto es que al ver esto recordé algunos acontecimientos que sólo voy a nombrar para refrescar la memoria:
- El asesoramiento de Iglesias, Verstrynge, Errejón, Monedero y demás ideólogos neocomunistas españoles a la dictadura chavista y otros gobiernos de izquierda latinoamericanos.
- Las acusaciones sobre el financiamiento de PODEMOS por parte de Venezuela e Irán mediante la productora de su programa la tuerca, conducido por Pablo Iglesias.
- La utilización de propaganda chavista en el Parlamento de Cataluña por parte de Anna Gabriel i Sabaté de la CUP.
- El refugio dado por el régimen chavista a terroristas como De Juana Chaos entre otros muchos.
Estos son sólo algunos puntos cogidos al vuelo que me sirven para validar mi opinión, Pablo Iglesias es lo que en Venezuela se diría jocosamente un pimentón -un pimiento- ya que aparece metido en toda clase de “guisos políticos” (negociaciones opacas, triquiñuelas, acuerdos de media noche, negocios extraños, etc, etc, etc).
Pedro Sánchez, por el contrario, es quien efectivamente ostenta el cargo de presidente y como tal ejerce, de eso no cabe duda porque se nota encima que le gusta -sobre todo si tiene que coger el Falcon-, pero quien ha garantizado a través de sus guisos la conformación del gobierno, la aprobación de leyes y presupuestos, quien viaja con el Rey y organiza reuniones con presidentes y representantes de países extranjeros es Pablo Iglesias.
No me cabe en la cabeza que todo este entramado de acuerdos y negociaciones a distintos niveles, sean fruto de alguien que no fue capaz de convencernos -por lo menos a mí no- de la autoría de su propia tesis doctoral.
Insisto, esto puede sacarle alguna risa a alguien, pero es un tema para tomar muy en serio, gran parte de la responsabilidad de lo que sucede en España hoy en día y de lo que pueda suceder es de las actuaciones de Pablo Iglesias, no en vano sus amenazas constantes con tratar de eliminar nuestro sistema político para instaurar una república.
Puede que esto suene a cuento de camino, pero hasta hace un año tampoco creímos que Iglesias sería parte del gobierno, ni de la comisión que controla el CNI, ni mucho menos que lograría poner de acuerdo al PSOE del siglo XXI con los herederos de ETA y los independentistas catalanes para aprobar nada más y nada menos que los Presupuestos generales del Estado; y sin embargo, lo hizo -y no ha parado- así que, por favor, pensar esto con cabeza fría.