Tu permiso expreso y sin lugar a duda. Así lo exige el nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea para tratar tus datos personales, por eso ahora el ‘sí’ se pide de rodillas y quizás algún día hasta te den un anillo, porque no se permite suponer o presumir, el consentimiento en lo adelante un factor esencial para que aparezcas en un fichero de datos personales.
En los últimos 20 años pasamos de las agendas telefónicas a los ficheros de datos personales, y aunque en esencia son lo mismo, su conformación ya no puede ser discrecional y ligera, el consentimiento expreso tomó especial relevancia en la nueva legislación europea.
Saber quién eres y dónde estás, tus gustos, preferencias, capacidad económica, entre otros, son datos tras los cuales mucha gente corre y que quien ya los tienes, atesora, y es que las bases de datos nos brindan información objetiva que va más allá de la estadística, la suposición o la apuesta y permite llegar con mayor certeza hasta donde te interesa a la hora de emprender cualquier acción.
Hasta ahora conformar un fichero ha requerido una escasa formalidad, se permitía que te incluyeran y que estuvieras allí hasta que manifestaras lo contrario, ante esa realidad que genera inseguridad, el legislador europeo ha tomado en cuenta la importancia de la privacidad de las personas y el consentimiento.
Con la vigencia del nuevo Reglamento General de Protección de Datos construir una base de datos deja de suponer una tarea fácil, si bien es cierto que ya se había legislado al respecto, habían muchos vacíos que daban espacio para que muchos datos relevantes se manejaran sin control e incluso en contra de la voluntad del interesado.
En el presente se evidencia la capacidad que tenemos para llegar de igual a igual hasta cualquier persona en todo el planeta, con una simple herramienta informática y una conexión, se puede emprender cualquier actividad, por lo cual, proteger los datos personales es uno de los aspectos de la vida diaria que los gobiernos deben tutelar con mayor recelo para evitar que el derecho de cualquier persona se vea vulnerado.
Esta nueva legislación no solo exige un ‘sí’ expreso como si fuera un matrimonio civil, sino que además castiga con dureza a quien no se adecúe a los nuevos parámetros del tratamiento, también evoluciona en las formalidades permitiendo que ciertos procesos como el registro de actividades y la función de control que ejerce el Delegado de Protección de Datos se descentralicen y que los responsables del tratamiento administren de forma más efectiva la conformación y uso de los ficheros que contienen datos personales sin perder tiempo en trámites administrativos.
Los modelos económicos de la actualidad se basan en la confianza, la desintermediación y la información, por ello la legislación ha avanzado partiendo del principio de presunción de la buena fe y la simplificación de trámites, con lo cual se abre la posibilidad de que las instituciones que regulan y controlan la materia, puedan ser más eficaces sin quedarse rezagados ante el crecimiento acelerado de la actividad, con lo cual, la gama de Derechos consagrados en favor de los afectados del tratamiento, tiene mayor posibilidad de tutela.
Tratar datos hoy implica muchas responsabilidades y esta característica cimenta la confianza que necesita la nueva realidad económica para su desarrollo y crecimiento.
Marco Antonio Núñez Corao, consultor en Protección de Datos.