Luego de 100 horas de las elecciones, la sociedad civil es la protagonista

Han pasado 100 horas  desde la elección presidencial en Venezuela, nuevamente muy a pesar de las dificultades, amenazas e intolerancia política del régimen los ciudadanos venezolanos demostraron que a pesar de 25 años de asfixia progresiva y sistemática de las libertades, mantienen vigente el compromiso con la tarea de restaurar un modelo político donde las libertades y la dignidad del ser humano sean bases fundamentales en un ambiente donde todos tengamos espacio, y prevalezca el respeto, el reconocimiento mutuo y la convivencia pacífica.

Ese compromiso se ve reforzado y potenciado, cuando la coherencia en el discurso político se concreta con acciones, publicando en 24 horas el total de actas que para ese momento poseía la oposición democrática, un 73% de actas, que permiten evidenciar que Edmundo González Urrutia ha ganado con una diferencia de 4 millones de votos a su favor.

Y aquí hay un detalle que no pude ignorarse, esas actas fueron recogidas de forma directa, voluntaria por la ciudadanía que comprometida con los valores de la democracia decidió ser parte actora de las mesas electorales, y que en el marco de esas 100 primeras horas luego de las elecciones ha terminado perseguida, amedrentada, detenida y arriesgando su propia vida en medio de un ambiente de alta intolerancia política.

Cuando la OEA fracasa en adoptar una Resolución para reclamar la publicación de las actas, racionalmente se puede entender el juego político y de intereses que allí se mueven, pero también, permite comprender una de las razones por la cual las democracias pierden espacio en el contexto global.

Sede OEA
La sesión arrancará en el salón Simón Bolívar de la sede

Los principios fundamentales de libertad, respeto por la dignidad de la persona y de libre participación ciudadana, ha quedado para la letra y el papel de la Declaración de los Derechos Humanos; en la OEA el no poder concretar una Resolución sobre la crisis Venezolana luego de 48 horas en las cuales el Consejo Nacional Electoral no ha cumplido con su obligación constitucional de presentar resultados definitivos, y aún así, ignorando esa formalidad, el mismo Consejo ha decidido proclamar a Nicolás Maduro Moros como presidente electo, representa un lamentable evento que aún cuando no hay votos en contra, expresa la debilidad política de la OEA en su tarea de reivindicar y defender la Democracia y sus valores.

Pero más allá de ello, ese fracaso de la OEA en esa sesión, da la espalda a miles de ciudadanos venezolanos, que de manera libre y voluntaria, ejerciendo la participación ciudadana, han sido los responsables directos de un hecho sin precedentes en la historia política de Venezuela y que no dudo, será un detonante de los hechos que lleven a la implosión del régimen de Maduro, se trata de la capacidad real de recoger, publicar y divulgar las actas de resultados electorales, en un contexto inexplicable en cualquier cultura política, la omisión del órgano electoral en presentar y publicar el resultado final y definitivo de unas elecciones presidenciales.

María Corina Machado y Edmundo González, han demostrado su capacidad de cohesionar a la sociedad y han logrado que en equipo, desde el terreno de lo electoral no haya duda alguna que el presidente electo legítimo en Venezuela es Edmundo González y que la representante que lidera la oposición, legítimamente electa sea María Corina Machado, por lo tanto, Nicolás Maduro Moros, sigue siendo desde su elección 2013 el único ilegítimo y ahora con pruebas en la mano se puede demostrar aún más que es el usurpador del poder político.

Uso el termino de usurpador, porque en el año 2019, la Asamblea Nacional legítima aprobó un Acuerdo sobre la declaratoria de usurpación de la Presidencia de la República por parte de Nicolás Maduro Moros y el restablecimiento de la vigencia de la Constitucióny entonces se fundamentaron en los artículos 333 y 350 de la Constitución, hoy no es necesario buscar argumentos en la Constitución, la realidad política ha desbordado la propia norma suprema, y a través de la participación, un significativo equipo humano ha logrado recoger, preservar y demostrar el fraude electoral con las actas electorales.  Si en el pasado se decía «acta mata voto», ahora podemos estar en presencia de un hecho inédito en el cual acta implosionará progresivamente a un régimen.

Pero, tal y como lo afirmó, en un oportuno escrito que recorrió las redes sociales, Roberto Casanova, «no está sucediendo lo de siempre», y prueba de ello es que ahora no es necesario argumentar la usurpación, está está demostrada, ha habido un golpe electoral, hay un régimen que ha tomado el poder de facto, al proclamarse como presidente electo por un Poder Público Electoral, que en 100 horas no ha logrado cumplir su responsabilidad constitucional de presentar resultados definitivos.

Nuevamente, utilizando la frase de Casanova, «no está sucediendo lo mismo», porque aún cuando Nicolás Maduro intente buscar una narrativa política, manipulando a extremo al Tribunal Supremo de Justicia, específicamente a la Sala Electoral, cualquier decisión que emane de ese Tribunal, no podrá ignorar y menos aún silenciar unos resultados electorales que han sido, repito, recogidos, presentados y publicados por la oposición democrática gracias al ejercicio de participación de la ciudadanía en las mesas electorales.

Hay un liderazgo que conduce una hoja de ruta y que ha generado confianza en la ciudadanía, cohesionándola, sin discriminación, creando un movimiento cívico, pacífico que va más allá de los partidos políticos y que ha logrado dejar al desnudo un golpe en el que han sido cómplices el Poder Legislativo, el Poder Judicial, el Poder Electoral, el Poder Ejecutivo y el llamado Poder Ciudadano.

El principio de participación ciudadana se reivindica, asume la tarea que muchos esperaban de las Fuerzas Militares, en cuanto a la defensa de la Constitución y la Soberanía Popular, pero sin armas y con la verdad que aporta demostrar las actas electorales; aquella participación que Chávez manipuló y confiscó, hoy recupera su libertad para aportar los elementos necesarios para evidenciar el robo electoral que ha contado con el respaldo de los distintos órganos del Poder Público Venezolano.

No es posible saber cómo terminará esta lucha que lidera María Corina Machado y Edmundo González, con una sociedad que les sigue, sin recursos económicos y de forma pacífica, es decir sin armas, sólo con la verdad y la vocación democrática que inspira estas acciones, en un ambiente de intolerancia en la cual aquello que llaman Ley contra el Odio, se convierte en lo que realmente es, un instrumento político para el control social.

 

 

Más allá de los argumentos válidos que se puedan hacer para interpretar la votación en la OEA en el caso de Venezuela, la ausencia de un rechazo categórico no sólo debilita la tarea en defensa de la democracia en el continente americano, sino que además, reitero, le dio la espalda en ese momento a la sociedad civil, demostrando como organización internacional, una gran debilidad para defender de forma contundente y en colectivo los valores fundamentales de la libertad, el respeto a la dignidad de la personas y el valor de la participación ciudadana.

Hay momentos, en los cuales la diplomacia se convierte en cómplice de todos aquellos hechos que hoy en el mundo nos impone una realidad en la cual la incertidumbre y la inestabilidad se imponen, abriendo el espacio a la intolerancia y al odio.

Sigo confiando en la hoja de ruta que lidera María Corina Machado y Edmundo González, no importa si usan el término de resguardo o clandestinidad, lo más importante, es que la ciudadanía tanto en Venezuela como fuera del país no pierdan la fe y esperanza.
Por último, es inevitable en estos momentos, consciente que la historia no se repite, recordar que cuando en el año 1957 el dictador Marcos Pérez Jiménez se robó las elecciones de un Plebiscito buscando legitimarse en el poder, tiempo después vino su caída, obviamente como lo explica muy bien Rafael Arráiz Lucca, esa caída fue producto de una suma de hechos, uno de ellos ese proceso electoral cuyo resultado no fue reconocido.  Esta vez es diferente, hay pruebas del fraude, hay pruebas del golpe y hay una inacción del órgano electoral que deja en evidencia luego de 100 horas esa realidad.
Carlos Romero Mendoza
@carome31
https://iberoeconomia.es/emprendedores/venezuela-emprendedores-que-resisten-a-la-dictadura-y-a-la-crisis-economica/
Acerca de Carlos Romero 170 artículos
Director de Asociación Civil Eccos de Paz. Estudioso e investigador de temas locales y de participación ciudadana, con experiencia en docencia universitaria y autor de varios libros y artículos sobre institucionalidad local.