El devenir de las relaciones exteriores de España conducidas por el gobierno «progre-socialista» de Pedro Sánchez, sólo pone de manifiesto el papel cada vez más secundario que tenemos a nivel internacional.
En la España de los últimos años, muchas son las cargas que tenemos que llevar los ciudadanos, así como muchos son los obstáculos que debemos sortear para mantener una salud mental y económica que nos permita seguir viviendo lo más dignamente posible.
Y así como nos afecta y preocupa lo que pasa dentro de nuestras fronteras, también nos debe preocupar lo que pasa fuera de ella, lamentablemente, con este gobierno caben varios ejemplos. Valga este artículo para opinar sobre algunos de ellos.
Los españoles tenemos que ver cada día cómo a pesar del trabajo que realiza La Corona para representar la unidad de España dentro y fuera de nuestro país, el gobierno de Sánchez desperdicia esa oportunidad por una agenda internacional que deja mucho que desear.
El último episodio presentado por el gobierno fue vender una reunión bilateral entre Joe Biden y Pedro Sánchez, una reunión que estrecharía las relaciones entre España y los Estados Unidos para afianzar el papel protagonista de España en las relaciones internacionales; sin embargo, los esfuerzos de Moncloa por forzar esta reunión y darle tanta propaganda tenían como objetivo quitarle fuerza al tema de los indultos a los golpistas catalanes y a la concentración que se llevó a cabo en la madrileña plaza de Colón rechazando dichos indultos.
Después de la concentración, el gobierno se dispuso a posicionar la idea de que Sánchez había salido bien librado del tema catalán y se enfocaría en la reunión bilateral que tendría lugar durante la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN y; sin embargo, pasó como suele pasar con casi todo lo que anuncia el gobierno, que no era verdad lo que habían anunciado.
La dichosa reunión bilateral no llegó siquiera a encuentro informal, fue un burdo asalto de pasillo por parte de Pedro Sánchez a Joe Biden mientras éste se dirigía a una de las conferencias, asalto que a duras penas pasó de los treinta segundos y que demostró de forma contundente el papel real que juega esta España en el concierto de las naciones.
Sin embargo, esta actitud por parte de Estados Unidos no es contra España, sino contra quienes la gobiernan actualmente y para muestra, un botón.
El debilitamiento de las relaciones con Marruecos es un punto importante; Sánchez, con su actitud hacia el líder del frente polisario, irritó a Marruecos que estaba – y seguirá estando- a la espera de cualquier oportunidad para hacer presión y reclamar la soberanía de Ceuta y Melilla.
Marruecos, cual drama queen, hizo alarde de su situación de víctima ofendida y dejó pasar por sus fronteras a modo de retaliación a nada más y nada menos que a casi diez mil personas, -jóvenes en su mayoría- hacia la ciudad de Ceuta. Ante esta agresión, el gobierno de Sánchez respondió tarde y con tibieza demostrando falta de liderazgo y de carácter.
No contento con esto, Marruecos llama a su embajadora en Madrid y excluye a España de los ejercicios militares que tendrían junto a -sorpresa- Estados Unidos y otros países en en mediterráneo pocos días después.
Hay que destacar que Marruecos se siente fuerte por el apoyo de Washington gracias a se está convirtiendo en un aliado clave de Estados Unidos para las relaciones con África y con Oriente Medio, basta recordar el hito que significó el establecimiento de relaciones entre Marruecos e Israel y el apoyo por parte de EEUU a las pretensiones de Marruecos en el Sáhara Occidental contra el frente Polisario, ambos hechos durante la administración Trump.
El gobierno es el único responsable de la delicada relación con Marruecos y de la deficiente relación con los EEUU; y en mi opinión, su relación de simpatía con el gobierno de Maduro en Venezuela tiene mucho que ver.
El juego protagonizado por el gobierno con la entrega a Estados Unidos del «pollo» Carvajal ante la solicitud de extradición por tráfico de drogas entre otros delitos del ex jefe de contra inteligencia militar de Hugo Chávez, no sentó bien, ni a los americanos ni a los venezolanos, ni a nadie que crea en la justicia.
También está el caso de Alex Saab, otro personaje del oscuro régimen chavista tan estimado por el gobierno de Sánchez. Este personaje está acusado de lavado de dinero y de ser testaferro de Nicolás Maduro, fue detenido en Cabo Verde en junio de 2020 por solicitud de Estados Unidos -¿de quién si no?-.
Y claro, en este caso, Saab no se encuentra en España, pero asumió su defensa el bufete de abogados donde trabaja el ex juez Baltazar Garzón, figura principal pero en las sombras del gobierno de Sánchez y que ha evitado por los momentos, la extradición de Saab, que todavía se encuentra detenido en Cabo Verde.
Así que no importa cómo intenten vendernos el carro ni cuántas explicaciones pueda dar el presidente o sus ministros sobre las relaciones exteriores de España, la verdad es que en Europa nos ven como unos pedigüeños que no somos capaces de tener una economía sólida y los EEUU nos ven como… mejor dicho casi ni nos ven, y así seguirá siendo mientras tengamos a Sánchez y compañía en el gobierno, ojalá y esta legislatura pase lo más pronto posible.