António Guterres, secretario general de la ONU, ha afirmado que la tecnología digital pareciera que se está saliendo de control y en consecuencia, exhortó a la responsabilidad colectiva para orientarlas a maximizar los beneficios y reducir las consecuencias no deseadas y su uso malicioso. (1)
Las plataformas sociales, creo que no hay duda de ello, se han convertido en un poder fáctico potente, tal y como lo afirma el profesor Ciencias de la Comunicación en la Universitat Oberta de Catalunya, Ferran Lalueza, quien además, agrega que aquellas expectativas idealistas del principio de las redes sociales han sido sobrepasadas por la realidad y hemos ido adquiriendo conciencia de algunos de sus efectos negativos. (2)
Precisamente en ese uso malicioso de las redes sociales está el hecho que esas expectativas a las que hace referencia Lalueza sean sobrepasadas y ello se puede apreciar en concreto con la historia que Evan Spiegel, CEO y cofundadora de Snapchat compartió en su comparecencia ante el Senado de USA el pasado mes de enero 2024 en una comisión designada para abordar el tema de los efectos de las plataformas sociales en los niños y adolescentes.
Spiegel en su exposición, que luego dejó registrada por escrito en la web, advierte que el origen de la red social está vinculado en primer lugar con los mismos efectos de las redes sociales, en tal sentido expuso que tanto su experiencia personal, como la del cofundador Bobby Murphy, en su crecimiento con redes sociales, se sintieron “miserables: un concurso de popularidad público, permanente y lleno de juicios constantes. Las redes sociales estaban hechas para fotos perfectas, en lugar de para los momentos cotidianos que creemos que fortalecen las amistades reales.”
En segundo lugar, nos recuerda que Snapchat se creó en el 2011 y que la principal motivación fue la idea de ofrecer algo distinto, una nueva forma de comunicarnos con amigos y familiares, compartir momentos y ayudar a las personas sentirse juntas aún cuando estén físicamente alejadas; pero muy a pesar de esas buenas intenciones, hay una realidad que amenaza esas expectativas idealistas, que en el caso particular de Snapchat, expone Spiegel, son tres: la extorsión, la distribución de material de abuso sexual infantil y las drogas ilícitas.
Reconoce Spiegel que si bien, no es posible eliminar todos los riesgos relacionados con el uso del servicio en línea, su compromiso es que a través de Snapchat la “interacción en linea sea más segura que la interacción fuera de línea”.
El hecho de reconocer que no es posible eliminar todos los riesgos, reafirma la importancia de esa «responsabilidad compartida» para abordar los peligros de las redes sociales, por un lado el Estado a través de las necesarias regulaciones, sin menoscabar los derechos fundamentales; las empresas responsables de los espacios digitales, garantizando que los mismos lo más seguro y confiable posible, y nosotros como usuarios, ejerciendo una función de control permanente, denunciando y usando un juicio crítico a la hora de aportar información o replicar información.
Por cierto el hecho que Snapchat haya hecho pública en la web su declaración ante el senado de USA el pasado mes de enero 2024, es un importante aporte para conocer sobre las medidas que ha adoptado en materia de protección de menores y también, le permite trabajar la confianza hacia su plataforma digital, que como bien lo ha expresado Spiegel en ese escrito, en Snapchat se busca que “sea lo más dificil posible que una persona sea contactada por alguien que aún no conoce”. (3)
Pero los efectos negativos van más allá de los niños y adolescentes, también los sistemas democráticos se están viendo afectados y sin duda, como lo destacan todos los estudios sobre la materia, luego del año 2016 los hechos ocurridos con las elecciones de USA con Donald Trump; en UK con el Brexit y principalmente en el 2018 con el escándalo de Cambridge Analytica, se marca un antes y un después en la valoración al papel de las plataformas sociales.
Esos hechos mencionados, junto a otros escándalos hace que se empiecen a reconocer que las plataformas online pueden llegar a ser un «poder factico potente» como ya se mencionó, por los efectos negativos en el sistema democrático, la democratización de la participación a través de las plataformas, pasa de ser vista como fortaleza y oportunidad a valorarse como amenaza
La desinformación es una expresión de esas amenazas, de hecho es reconocida como uno de los principales riesgos globales de las democracias actuales; en ese sentido, y en respuesta a la preocupación por la desinformación, en marzo 2024 la comisión europea presentó (4), una serie de directrices a las plataformas sociales para enfrentar la desinformación durante las elecciones europeas, entre las medidas recomendadas destaco:
- Identificar claramente todo aquel contenido que se genere con inteligencia artificial y por tanto, esté manipulado, como pueden ser los ‘deepfakes‘.
- Destinar recursos suficientes para identificar los mensajes que aparezcan en las redes en cada una de las lenguas de la Unión Europea y hacer frente así a los riesgos específicos que puedan surgir en cada Estado miembro.
Previamente, debemos recordar el Parlamento Europeo en febrero 2024 (5) adoptó normas más estrictas para la publicidad política, destinadas a restringir la injerencia extranjera, sobre todo en Internet. Así mismo, la Comisión Europea reafirmó la necesidad de cumplir con la Ley de Servicio Digital y presentó en ese contexto en marzo 2024.
Y en ese contexto, debemos mencionar el caso TikTok, que por sus vínculos con China está amenazado a desaparecer en las redes de Estados Unidos, luego que el Presidente Joe Biden, firmara la Ley mediante el cual se le exige en 270 días cambiar de inversor, porque en estos tiempos geopolíticos, su relación con China se convierte en un tema de seguridad nacional; en esta materia, como era de esperarse, TikTok ha actuado ante la Corte de Apelación del Distrito de Columbia contra esa Ley y habrá que esperar esa decisión para conocer su contenido y alcance.
Recordemos que países como Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Nueva Zelanda, el propio USA y la Comisión Europea han prohibido el TikTok entre sus funcionarios públicos. Pero ahora TikTok vuelve a ser noticia, y en este caso porque junto a las medidas extraordinarias dictadas por las protestas violentas desde el 13 de mayo 2024 en Nueva Caledonia, archipiélago Frances, el Gobierno de ese país, a adoptado la suspensión de TikTok en ese territorio argumentando que por esa vía se organizaban los manifestantes violentos. Las medidas de emergencia han sido adoptadas por al menos 11 días, pero no hay referencia alguna sobre el tiempo de la suspensión de TikTok.
Según reporta INFOBAE (6), la agencia francesa responsable de luchar contra las interferencias digitales extranjeras, Viginum, ha detectado «maniobras de desinformación» en redes sociales respecto a los disturbios en Nueva Caledonia y que han sido orquestadas desde cuentas relacionadas con el azerí gubernamental Partido Nuevo Azerbaiyán (YAP). Curiosamente la nota de prensa destaca que Viginum ha detectado «cientos de publicaciones», pero mencionan de forma expresa sólo a las redes sociales de Facebook y X, no se hace referencia a TikTok.
No podemos demonizar la tecnología digital, menos aún rechazarla, más cuando a diario la misma sociedad nos obliga a utilizar las plataformas online para cualquier gestión personal o laboral, lo importante es claramente comprender cómo se desarrolla esa relación con las tecnologías digitales, conscientes y críticos frente al uso malicioso de la herramienta online, por la extensión tan amplia de su impacto.
Debemos reconocer que son un poder factico potente, que como afirmó el profesor Lalueza, previamente mencionado, en su corta historia ha demostrado que necesitan regulación, frente al cual los estados van “a remolque de la realidad”, reclamando “cierta dejadez y negligencia a la hora de regular y controlar”.
Por último, cito nuevamente a António Guterres, destacando su llamado a la responsabilidad colectiva de orientar la tecnología digital para maximizar los beneficios y reducir las consecuencias no deseadas y su uso malicioso. A través del móvil y del wifi en casa abrimos las puertas de nuestros hogares y facilitamos el acceso a todos los miembros de la familia a las plataformas digitales, nuestra corresponsabilidad pasa por comprender las bondades y riesgos que impone la relación directa con la tecnología digital, de manera que podamos abordar en familia las medidas para contrarrestar esos riesgos.
Como usuarios y consumidores de las redes sociales, estamos llamados a ejercer un control permanente sobre las plataformas de servicio digital, como componente de esas acciones que debemos asumir desde nuestro hogar para contrarrestar los riesgos existentes; y como ciudadanos, es nuestra tarea exigir a las autoridades y partidos políticos, que no sean parte de ese uso malicioso de las plataformas digitales.
Y en ese sentido, el Reglamento de Servicio Digital en el caso particular de Europa, representa un importante aporte para responder de manera institucional a esa situación en la cual, según António Guterres, las plataformas digitales parecieran estar fuera de control, su implementación nos permitirá reafirmarlo o no; así mismo, nos permitirá valorar si esa responsabilidad compartida, a la que hace referencia Guterres, es posible materializarla en la práctica a través del marco institucional que se ha definido en Europa, de forma que como usuarios y consumidores, podamos contribuir con la necesidad de hacer que las plataformas sociales sean más seguras.
Carlos Romero Mendoza
@carome31