A lo largo del mes de septiembre, la asociación civil Eccos de Paz divulgó a través de sus redes los aspectos más importantes de la publicación de la ONU titulada: Documento de Políticas del Secretario General sobre el Covid y las personas en movimiento, buscando con ello sensibilizar a muchos sobre los efectos que la pandemia está dejando como herencia a todas aquellas personas que por distintas razones abandonaron sus hogares y dejaron sus países de origen para buscar protección en otros lugares como por ejemplo España.
La Comisión Española de Apoyo a los Refugiados, CEAR, en un informe publicado sobre el impacto del Covid particularmente en los refugiados, advirtió que el futuro post-covid se perfila poco halagüeño; por su parte Carmen González Enriquez, investigadora principal del Real Instituto Elcano, afirmó que “el efecto a largo plazo de la pandemia sobre la migración dependerá de la profundidad y la duración de la crisis económica que ha provocado“.
Para CEAR, en lo inmediato hay un gran desafío que consiste en evitar que “que la imposibilidad de buscar protección internacional se convierta en una normalidad”, pues advierte que de esa forma se debilitará el derecho a protección que muchas personas necesitan; en ese sentido, alerta que la crisis que experimentamos no debe servir de justificación para imponer controles migratorios más rigurosos que pongan en riesgo no sólo a las personas en movimiento sino también a los países de origen y de destino.
Por cierto, esta alerta resulta muy oportuna en estos momentos cuando se plantea en la Unión Europea el debate sobre el Pacto Europeo de Asilo y Refugio.
Por su parte, Carmen González Enriquez, del Real Instituto Elcano, identifica otro elemento importante a considerar sobre el efecto de la pandemia en la movilidad humana y que tiene ver con las prioridades que el Estado español defina para los gastos orientados a la recuperación y reconstrucción social y económica de la sociedad, pues claramente en esa definición los recursos orientados a los procesos de integración de los inmigrantes a la sociedad española se ven significativamente reducidos, no porque no sean importantes, sino porque en lo inmediato hay otras prioridades que responden a la estabilidad económica y social.
Ante esa compleja realidad, en Eccos de Paz, al igual que en el Informe de CEAR, hemos reflexionado sobre el cómo y en qué términos podemos asumir la invitación a imaginarnos una nueva movilidad en beneficio de todos a que nos hace referencia el Secretario General de la ONU en el Documento identificado al inicio de este artículo.
La respuesta a esa inquietud tal vez podría encontrarse a través del Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, que según el Real Decreto 3/2006, de 16 de enero, por el que se regula la composición, competencias y régimen de funcionamiento del Foro para la integración social de los inmigrantes, es un órgano colegiado de consulta, información y asesoramiento, adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a través de la Dirección General de Integración de los Inmigrantes, y que entre sus funciones, está la de promover la integración de los inmigrantes y refugiados.
El Foro identificado representa el espacio institucional idóneo para abordar los desafíos de la movilidad humana en tiempos de pandemia, valorar los diferentes informes e interpretarlos en el marco de la crisis para buscar alternativas y propuestas que hagan posible hacer del inmigrante o de las personas en movimiento actores efectivos de la recuperación y reactivación social y económica.
En este sentido, es importante destacar como valor agregado para visibilizar el papel de los inmigrantes en tiempo de pandemia, el reconocimiento que hace el Informe de CEAR, sobre la oportunidad que ha brindado la pandemia de evidenciar el aporte de los inmigrantes en muchos sectores de las comunidades de acogida; que además, se ve reforzado en el contenido de la Declaración de agradecimiento a inmigrantes y refugiados que el 17 de agosto 2020 publicó el Foro para la Integración Social del Inmigrante y en cuyo texto se puede leer lo siguiente:
“Gracias héroes y heroínas invisibles, gracias por formar parte de la sociedad española, una sociedad que con vuestra presencia, indudablemente, es más rica y diversa”, dice el comunicado del Foro que además identifica las áreas en las cuales los inmigrantes se han involucrado con responsabilidad y solidaridad para ser actores efectivos en la lucha contra la pandemia.
Pero además, Carmen González Enríquez, en su articulo publicado por el Real Instituto Elcano, destaca que la pandemia ha dejado en evidencia la dependencia del sector agrícola al capital humano inmigrante, tanto en Europa como en los Estados Unidos, lo que representa un reconocimiento al papel del inmigrante en un sector específico de la economía.
Creo que esa visibilidad del aporte del inmigrante y su presencia como mano de obra fundamental en el sector agrícola son dos elementos concretos que permiten concretar, valorar y trabajar uno de los 4 principios que António Guterres, Secretario General de la ONU ha presentado como claves para enfrentar en colectivo los efectos del covid-19 en la movilidad humana, ese principio es el que plantea que las personas en movimiento son parte de la solución, y además, creo que cuando el Foro para la Integración Social del Inmigrante en la Declaración previamente señalada, reconoce que los inmigrantes son parte de la sociedad española está correspondiendo directamente al principio que hemos señalado.
Entonces, en conclusión, ¿Cómo y en qué términos podemos imaginarnos una nueva movilidad humana?, tal vez, si hay voluntad política y un espíritu humanitario en el que nadie se quede atrás, el Foro para la Integración Social del Inmigrante en España pueda contribuir con una respuesta y con acciones para enfrentar los enormes desafíos que presenta la movilidad humana en lo inmediato como consecuencia del coronavirus.