Estamos viendo palmariamente como China se ha convertido en el líder indiscutible de muchos sectores industriales o se encuentra ya muy próximo a ello. Lo podemos observar en la producción de aceite, naranja y un largo etcétera, por poner tan sólo unos ejemplos de productos de consumo universal. Pues evidentemente, se pueden señalar otros sectores como el tecnológico, en el que es líder en 5g, reconocimiento facial etc. o en el sector financiero, en el que se encuentra a la vanguardia de medios de pago.
Además se están destacando en el sector militar, pues por citar un ejemplo, pronto van a ser, y de muy largo, la potencia que posea el mayor número de portaaviones del mundo, superando a los Estados Unidos de América.
También es un hecho que el capital de que dispone, apoyado además en la compra de deuda soberana que realizó ya en el crash del 2007, es enorme, al igual que sus reservas de oro, que indefectiblemente, la erigen en la primera potencia mundial. Pues desde que Occidente ha ido transladando su fabricación allí, China se ha ido potenciando hasta llegar a ser la que posee un mayor número de patentes que son registradas en el mundo en la actualidad, del orden de entorno al 80 % anual de todas ellas.
Lo cual deja claro que el Imperio norteamericano ha dejado paso a la Era China. Aunque se debe tener en cuenta que en esta Era nueva, las expectativas de crecimiento van a ser limitadas. Pues ya hemos podido ver que las autoridades chinas ya han puesto los límites. Sólo hay que pensar en el imperio Alí, de Jack Ma o más recientemente, en el freno a tik tok y a ant financial, que ya han sido limitados con normativas al respecto.
Lo cual obviamente, debería hacer pensar en todo lo expuesto en este nuevo paradigma. Pues esto mismo ya lo estamos ya experimentando aquí, con por citar un ejemplo, en el ámbito de los salarios de los jugadores de fútbol, que se están viendo ya limitados. Por lo que todo parece indicar que las expectativas de crecimiento van a verse limitadas, ya no por el devenir de los Mercados, sino por las propias leyes de los países.
Economista
Estos países de América Latina cuentan con el mejor salario mínimo