La inmigración ilegal se ha convertido para Europa -aunque no lo quiera aceptar-, en un problema que amenaza la seguridad y la integridad no solo de los países que la sufren, sino de toda la unión.
El pasado sábado veintinueve de mayo vimos, por un lado, como el Real Madrid vencía al Liverpool, para proclamarse por decimocuarta vez campeón de Champions League, por el otro, algo que muchos no nos esperábamos, el ataque de cientos de personas residentes del barrio de Saint-Denis a las vallas del estadio, para poder colarse sin entrada -lo que retrasó media hora el comienzo del juego-, y luego, el ataque de estos personajes a los asistentes al partido.
Golpes, robos, tocamientos a mujeres y demás acciones violentas, esperaban a aquellos que salían de presenciar el partido de fútbol. Las denuncias, relatos, fotos y vídeos subidos por algunos de los asistentes así lo demuestran, sobre todo, que los asaltantes eran inmigrantes.
Tuvo que pasar este incidente para que supiéramos que el barrio de Saint-Denis es una no-go zone, es decir, una zona a evitar por todo aquel que no sea residente, debido a los altos índices de criminalidad.
Hay barrios por toda Francia, Suecia y otros países de la unión, en los que ni la policía puede entrar, a veces, deben pedir permiso a clérigos musulmanes para que les autoricen el paso. En estos barrios, la vida es regida por la sharía o ley musulmana, preceptos que organizan la vida del individuo en su totalidad, por encima de las leyes o costumbres occidentales.
Este tipo de inmigrantes también vive en España, y cada día son más. Hace unos días, la diputada regional y coordinadora de VOX-Madrid Rocío Monasterio, en debate televisivo, demostró la relación que existe entre los altos índices de violencia que se presentan en algunas zonas de España y el aumento de la inmigración ilegal, ambos mapas calzaban de forma perfecta. Por cierto, Andalucía, Cataluña, Ceuta y Melilla, están entre las Comunidades Autónomas más peligrosas de España.
Como he dicho en reiteradas ocasiones, no se trata de raza o país de origen, se trata de valores, cultura, voluntad de integración y ser agradecido con el país que te brinda una nueva oportunidad y que se convierte en tu nueva casa.
Así como los europeos debemos adaptarnos y cumplir con las leyes de los países musulmanes cuando visitamos o vivimos en ellos, lo mínimo es que ellos cumplan con las regulaciones, leyes y costumbres que tenemos nosotros. Y muchos están de acuerdo, y lo hacen y se adaptan, creciendo y prosperando en Europa, lamentablemente, otros no.
Es esa inmigración, la ilegal y la que no quiere cumplir las normas, sino que se creen por encima de ellas, aquellos que además imponen sus costumbres aquí, contra quienes debe actuar la ley. Lamentablemente, los gobiernos progresistas se muestran débiles y complacientes ante esta situación, simplemente para ganar adeptos y votos, sin importarles el daño que están haciendo al futuro de Europa.
Por cierto, al parecer PODEMOS, ha registrado una petición en el Congreso de los Diputados para exigir una política de puertas abiertas a la inmigración ilegal que llega por mar, agilizando el asilo y las ayudas como se hace con los refugiados ucranianos.
Pero no es lo mismo, en Ucrania hay una guerra, y en cambio, en la mayoría de los países africanos y árabes, hay malos gobiernos y mafias dedicadas al tráfico de personas. Una cosa es la solidaridad y otra muy distinta la docilidad y el sometimiento ante otros, por no hacernos respetar y saber defender nuestros intereses.
Como dice el refrán «cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo», tomemos acción, tenemos una oportunidad de oro en las elecciones de Andalucía, si escuchan a los candidatos, sabrán que Macarena Olona, es la única candidata que habla claro sobre el tema y ofrece soluciones al mismo.