La actualidad española es una abrumadora avalancha de información, aprovechada por algunos para ocultar la preocupante realidad que vivimos.
No importa a dónde vayamos o a dónde miremos; escondida entre toda esa información que a
diario nos acribilla, se encuentran noticias que pasan desapercibidas y que son determinantes
para nuestro futuro como ciudadanos y para el de España en general.
Porque si lo importante no pasa desapercibido, lo quieren hacer pasar desapercibido y, quienes
deberían trabajar en debatir, enseñar, proponer y explicar los intentos de pasar bajo la mesa
noticias que a todos nos afectan, están enfrascados en sus propias peleas, sin darse cuenta de
las consecuencias de sus acciones.
Por ejemplo, la Ley de Seguridad Nacional, otorga más poder al Consejo de Ministros en
detrimento del Congreso de los Diputados, y da la potestad al presidente de disponer de los
bienes privados que considere necesarios en un momento determinado.
Además, forzando para que la historia sea más la conveniencia del presente que la realidad del
pasado, la Ley de Memoria Democrática, impone una visión limitada y deforme de la historia
reciente española, creando confusión y jugando con los sentimientos de una gran parte del
país.
Tratar de imponer un relato por sobre la realidad de los hechos, es una temeridad malsana que
a todas vistas busca la crispación y el enfrentamiento, pero sobre todo, busca saciar un
sentimiento de odio, dominación y venganza.
Y mientras se tratan de tapar estas noticias con otras y otras y otras, nos enteramos de que la
primera causa de muerte entre los jóvenes españoles es el suicidio, ¿hay acaso peor noticia
que ésta?. El futuro de España se suicida frente a nosotros, sin que instituciones o sociedad
hagamos algo real para evitarlo.
Pero no todo está perdido, porque durante su gira por EEUU, nuestro querido presidente -sí,
también es el suyo- aunque no haya sido recibido por ninguna autoridad política de relvancia, ni
por los CEO's de ningún conglomerado industrial (por aquello de atraer inversiones y crear
empleo), ni de ninguna farmacéutica (por aquello de la pandemia), sí se reunió con el
presidente de una cadena de contenidos de streaming y además, le dijeron que estaba «hot»; y
que parecía un Superman latino.
Y como si el bochorno no fuera suficiente, luego de la visita de Súper Sánchez, EEUU
desaconsejó a sus ciudadanos viajar a España por la pandemia, lo que supone un duro golpe a
la economía de temporada española; además, tampoco incluyeron a España dentro del grupo
de países que va a trabajar para poder encontrar una solución a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, lo que denota la poca importancia internacional de peso que tiene España hoy en día.
Obviamente, para esconder esta realidad se anuncia con bombos y platillos el haber salvado
las pensiones de nuestros mayores y también, la mayor convocatoria de empleos públicos de
los últimos tiempos.
Lo que no anuncian, es que la primera se logró subiendo más impuestos y la segunda más de
lo mismo, porque al ser empleo público, son empleos que generan gastos públicos -que vamos
a pagar todos con lo que nos quede después de pagar la luz-, pero que no generan riqueza real
para España, no multiplican puestos de trabajo, ni nuevas técnicas de I+D+I ni nada de nada.
Y claro, ante esta realidad uno dice: «bueno, para eso está la oposición ¿no?». Pues sí, pero no;
es decir, la oposición está -porque es verdad que denuncian y se quejan e interponen
demandas y demás-, pero también está a lo suyo; vamos, a los intereses propios de los
partidos.
Envalentonado por las encuestas y por la marca Ayuso, el PP parece olvidar que faltan dos
años para las elecciones y refuerza su estrategia de acabar -o desgastar- a VOX, cuanto antes
y pareciera que a como de lugar; esa misma estrategia que causó estupor con el dicurso de
Pablo Casado durante la moción de censura del año pasado y que ha quedado nuevamente a
la vista con lo ocurrido en Ceuta la semana pasada.
Si nos fijamos un poco, con la declaración de persona non grata de Santiago Abascal por parte
del Ayuntamiento de la Ciudad Autónoma de Ceuta y gracias a la abstención del PP de la
ciudad, se desata una especie de contradicciones entre distintos voceros del PP, pero los
voceros nacionales se mantienen en que nadie ha apoyado la declaración de persona non
grata; es decir, un lavado de cara y de manos digno de unas olimpiadas.
El PP sabe que VOX responderá rápida y airadamente -con razón- ante estos ataques y demás
escaramuzas, pero también sabe que al final VOX terminará cediendo y seguirá apoyando la
mayoría de las decisiones en los gobiernos donde son socios, lo que al final mostrará una
actitud contradictoria por parte de los de Santiago Abascal.
En realidad, la pelota está en el tejado de VOX, ya que si VOX desea seguir siendo una
referencia nacional y una opción seria de gobierno, debe definir una estrategia a largo plazo
para lidiar contra las trampas y zancadillas del PP, que no buscan más que desgastar y minar
la credibilidad de VOX durante estos dos años antes de las próximas elecciones.
Los puntos que unen a VOX y al PP son muchos más que aquellos que los puedan separar, es
necesario que ambos partidos se enfoquen en esto ya que el enemigo que tienen es común a
los dos.
Los tiempos que vive España demandan una sociedad políticamente madura y una élite política
seria, hombres y mujeres de estado capaces de plantear y ofrecer un futuro de desarrollo y
bienestar para todos.
Pero ¿estamos a la altura de este reto?, ¿lo está usted?, ¿lo están ellos?.