La pandemia Covid-19 fue calificada por la firma consultora Gartner, en su estudio sobre las tendencias de consumo 2022, como “un experimento social involuntario” que promovió en los consumidores un proceso de reflexión individual que les llevó a explorar nuevas alternativas de vivir.
Los consumidores, afirma el estudio sobre las tendencias de consumo de Euromonitor Internacional, se vieron “sacudidos y revueltos” por la pandemia y ello promovió cambios drásticos que no sólo impactó la esfera individual de cada consumidor, sino que también generó un reinicio colectivo de valores, estilo de vida y de metas, que de manera integral ese estudio calificó como un proceso de “gran renovación de la vida”.
Para Euromonitor Internacional, la tendencia para el 2022 nos presenta como resultado de ese experimento social involuntario, un consumidor que es más consciente sobre su aspiración de vivir de forma sostenible y más comprometido a minimizar la huella medioambiental; además, un consumidor con una tendencia a darle mayor valor a todas aquellas actividades y productos que de manera positiva impacten en su salud física y mental.
Los distintos estudios coinciden en afirmar que en la actualidad el consumidor es mucho más consciente de su responsabilidad individual frente a los llamados desafíos globales, pero ello no quiere decir que seamos más responsables; precisamente la firma Zorraquino, en su estudio sobre las tendencias de consumo 2022, afirma que entre los activadores post pandemia o drivers de la recuperación, está la existencia de una mayor sensibilidad social y medioambiental, es decir una mayor consciencia, pero invita a reflexionar si ello supone estar más implicado.
Por lo tanto hay evidencias que en el 2022 hay un gran potencial para trabajar nuestra responsabilidad como consumidores, brindando así una oportunidad para profundizar la comprensión sobre el modelo de economía circular y su impacto en la sociedad en general, promoviendo mayor implicación de cada uno de nosotros a través de un mayor compromiso a tomar decisiones sobre productos y servicios valorando criterios no sólo económicos, sino también sociales y ambientales.
Hay mayor consciencia pero enfrentamos tiempos complejos
Todos los estudios sobre las tendencias de consumo para el año 2022 dibujaron un escenario en el cual este año sería el tiempo de la recuperación, pero la Guerra en Ucrania frena ese escenario e impone progresivamente, en la medida que se extienda en el tiempo, una realidad principalmente económica que impacta directamente la dinámica de consumo, además de una realidad social en algunos países que resulta de la movilidad humana forzada.
Por lo tanto, los efectos de la guerra dejan sin efecto la “rápida recuperación” que advertía en las tendencias 2022 la firma Zorraquino, que valorando el origen sanitario de la pandemia, consideró que superada la crisis entonces experimentaríamos un camino hacia la recuperación.
Euromonitor Internacional en su estudio sobre las tendencias de consumo, resaltó que sobre ese deseo a retomar la vida prepandemia, si bien había consumidores con gran ansiedad de recuperarla, también habían otros, que por el contrario, dudaban sobre es posibilidad, situación que calificó como “paradoja de la socialización”.
En ese sentido, tal vez se deba decir, que algunos podrán volver a esa rutina previa a la pandemia, de la que también hace referencia el estudio sobre las tendencias de consumo 2022 de Webloyalty, refiriéndose a ejemplos como: volver al bar de siempre, retomar las reuniones con los amigos de toda la vida o ir al supermercado habitual, pero el impacto de la guerra en las realidad económica de cada familia, según sea el caso, afectará a muchos y ello dificultará en mayor o menor medida, la capacidad real de retomar algunas rutinas.
El virus invisible, nos recordó lo vulnerable que somos; ahora la Guerra, un “virus” conocido por la historia, nos impone unos efectos que ya poco a poco vamos experimentando, como por ejemplo, los efectos en precios de gasolina, las alertas sobre la crisis energética y los efectos que ella misma trae en la producción de bienes y servicios, se percibe la inflación y claramente todo ello dibuja un escenario de crisis y de incertidumbre para cada uno de nosotros.
El consumidor que busca un Plan B.
Euromonitor Internacional en sus tendencias globales de consumo, registra en una de ellas, la existencia del consumidor Buscador del Plan B, haciendo referencia a quien explora otras alternativas buscando superar las alteraciones de la cadena de suministros para lograr encontrar productos o servicios similares a los habituales o deseados.
Precisamente en ese estudio, bajo la premisa que superada la crisis sanitaria la recuperación era el paso siguiente, se estimó que las cadenas de suministros deberían comenzar a estabilizarse a finales del 2022, lo que llevaría a garantizar un acceso a los productos a niveles anteriores al Covid-19, escenario que sin duda debe ser revisado porque se ve alterado por el efecto de la Guerra en Ucrania.
Por lo tanto ante la escasez en la cadena de suministro, advierte el estudio, las empresas se han visto obligadas a girar y proporcionar nuevas soluciones para que los clientes accedan a productos y servicios, un escenario que en tiempos de guerra resulta muy probable y que lleva a valorar esa tendencia del consumidor buscador del Plan B.
Tal vez la búsqueda del Plan B se convierta en una regla para muchos consumidores, pero es importante advertir y no olvidar que muy a pesar de la Guerra, los efectos del cambio climático siguen su curso y frente al deterioro del Planeta no hay otras alternativas que no sea implicarnos en frenar sus efectos, con acciones cotidianas, sencillas y que nos lleva a mirar nuevamente hacia nuestro papel como consumidores y al modelo circular como una forma de ser parte de las soluciones que se deben diseñar a tal fin.
Inevitable mirar estos tiempos como una oportunidad para mirar el futuro
“Puede que los desafíos que se nos presentan sean más graves de lo que hasta ahora hemos querido pensar, pero también puede que nuestra capacidad de reinicio sea mayor de lo que creíamos”, afirmaron en el 2020(5) Klaus Schwab, Fundador y presidente del Foro Económico Mundial y Thierry Malleret, CoFundador de Monhly Barometer y ello me lleva a preguntarme:
¿Será que en esa “gran renovación de la vida” a la que se hizo referencia y que para la consultora Gartner, previamente señalada, fue una “revolución personal” podremos encontrar y trabajar con esos valores necesarios para se promotores de ese reinicio o reseteo del modelo económico del cual ha venido hablando el Foro Económico Mundial en los últimos años?
Si la pandemia fue, según Schawb, una oportunidad para “reflexionar, reimaginar y reiniciar nuestro mundo y forjar un futuro más sano, más equitativo y más prospero”(6), la guerra y sus efectos deben servir para reafirmar el compromiso global de asumir esa oportunidad; y en ese contexto, comprender el modelo de economía circular representa una necesidad para poder valorarla como una alternativa para repensar el crecimiento, tal y como nos la presenta la Fundación Ellen MacArthur.
Carlos Romero Mendoza
@Carome31