Atrás queda enero, avanza el año 2024, un año que desde la perspectiva de varios estudios realizados, coinciden en afirmar que estará marcado por la inestabilidad, la incertidumbre, con una sociedad mas polarizada y un mundo más fragmentado; la recuperación post covid y el desarrollo sostenible parecieran reducirse a buenas intenciones, en un momento en el cual la mitad de la población mundial está llamada a participar en procesos electorales; las oportunidades de cambio político están presente, pero habrá que esperar a ver el impacto de esos resultados.
Mirando hacia atrás, en el 2022 y 2023 la firma de consultoría estratégica Zorraquino, en su informe anual Consumer Trends, advertía del tiempo volátil que enfrentaríamos como sociedad, y específicamente en su informe 2023 advertía que nos estábamos acostumbrado a vivir en un entorno de inestabilidad (1); por su parte, el Foro Económico Mundial, en su informe Global Risk Report 2022, también había advertido que a partir del año 2022 y por 3 años, la dinámica global estaría marcada por la volatilidad, la inestabilidad y la incertidumbre.
En su edición 2024, me ha llamado la atención, que el Consumer Trends nos presenta un escenario en el cual afirma que se ha dejado atrás el pesimismo para abrazar la acción y destaca que la incertidumbre ya no se percibe como obstáculo, sino como un desafío que la ciudadanía está dispuesta a enfrentar.
No obstante -advierte el informe- la determinación por tomar partido ha dado lugar a una polarización sin precedentes. Voces muy opuesta se alzan con fuerza, generando conflictos que parecen no tener fin. Las ideologías se desatan y se vuelve a asuntos de debate público que se creían archivados.(2)
En ese contexto Zorraquino, agrega que la agenda social 2024 estará determinada por la obsesión de producir, la sensibilidad a flor de piel y la búsqueda de diferenciación, en una dinámica en la cual la desigualdad económica se convierte en un problema complejo debido a la interrelación de multitud de factores, más allá de los tradicionales “ricos” y “pobres”.
Para la firma de consultoría estratégica, son 3 los principales riesgos que la sociedad enfrenta para este año 2024 y que impactan nuestra vida personal y la dinámica de los negocios: la posverdad, la carrera tecnológica y la creciente polarización de la sociedad, los cuales, es oportuno destacar, están presentes entre los 10 riesgos globales que presenta el Global Risk Report 2024 (3), veamos aquellos que el mencionado informe identifica a corto plazo:
- Desinformación.
- Efectos de un clima extremo.
- Polarización en la sociedad.
- Cyberinseguridad.
- Conflictos armados entre estados.
- Menos oportunidades económicas.
- Inflación.
- Movilidad humana forzada.
- Caída económica.
- Contaminación.
A largo plazo, los 10 riesgos que identifica el Global Risk Report 2024 son:
- Efectos del clima extremo
- Cambios críticos en el planeta.
- Perdida de biodiversidad y colapso del ecosistema.
- Escasez de recursos naturales.
- Información engañosa y desinformación.
- Efectos adversos de la tecnología.
- Movilidad humana forzada.
- Cyberataques.
- Polarización social.
- Contaminación.
Si comparamos con el Reporte del 2023, persisten los riesgos en materia medioambiental, por la inmigración forzada y el aumento de los cyberataques; se introducen en la lista de riesgos a corto plazo el tema económico, que en el 2023 estaba en la lista de riesgos a largo plazo y la polarización social.
Para la firma de consultoría estratégica Zorraquino, en su informe 2024 (4) la búsqueda de un crecimiento sostenible emerge como un faro de esperanza entre las personas consumidoras y las empresas hacia un futuro más equitativo y saludable para la humanidad y el planeta; por cierto, una sostenibilidad que si valoramos los avances en la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, el balance no es tan positivo, a 8 años de su aprobación, se estima que para el 2030 sólo se podrá alcanzar el 15% de las metas previstas (5).
Por su parte, la firma de investigación de mercado, IPSOS (6), también presenta un estudio anual que titula Predicciones, y cuando valora si el año 2024 será mejor que el 2023, el 70% de los participantes del estudio son optimistas en ese sentido y ese optimismo se reduce a un 50% cuando se valora la percepción sobre una economía que será más fuerte este año en comparación con el año anterior; oportuno mencionar que este estudio registra la encuesta de más de 20 mil ciudadanos en 34 países.
Cuando IPSOS valora el balance del año que inmediatamente termina, registra por tres años seguidos una valoración negativa, en relación al 2023 fue de un 70% de sus encuestado, el 2022 la valoración negativa registró un 73% y el 2021 registró el 77%.
Igualmente, por tres años consecutivos, el balance es negativo cuando IPSOS valora el año que inmediatamente termina en cuanto a la realidad personal y familiar de sus encuestados: para el 53% el balance del año 2023 fue malo, el 2022 registró 56% y en relación al 2021 se registró un 58%.
Podría interpretarse que en los últimos 3 años hay una leve percepción de mejoría, que podría ser resultado de una recuperación de la normalidad post covid, pero al mismo tiempo, resultan un importante insumo sobre el cual profundizar para comprender la crisis que experimenta la democracia a nivel global, porque esos porcentajes sobre el balance de los años que han pasado, son sin duda consecuencias de errores o ausencias en las respuestas institucionales a los desafíos del presente que impactan nuestra calidad de vida
Precisamente sobre la democracia, es importante revisar el Reporte sobre Democracia 2023 de V-Dem Institute, que de manera categórica advierte que los avances de la democracia a nivel global de los últimos 35 años, para el año 2022 se han esfumado, destacando que el 72% de la población mundial viven en autocracias desde el 2022.7
Es importante no perder de vista, que la democracia sigue teniendo altos niveles de confianza, según nos dice el estudio realizado por la Fundación Open Society en el 2023 que sistematiza información recogida de encuesta realizada en 30 países con más de 20 mil entrevistado; en ese estudio, se registra que entre las personas con más de 56 años, la democracia es vista como la mejor forma de gobierno en un 69%, reduce cuando responden las personas de edades comprendidas entre 35 a 55 años en un 61,4% y cuando se enfoca la mirada en la percepción de los jóvenes desciende a 55%.
Para Natalie Samarasinghe, Directora Global de Incidencia Política de Open Society Foundations, es preocupante que entre los jóvenes de 18 – 35 años haya menos confianza en la democracia, pues la mitad del mundo tiene menos de 30 años. Así mismo agrega Samarasinghe, que cuando se crece en época de inestabilidad y crisis, se confía poco en los políticos, por lo que califica que vivimos tiempos de “escepticismo sobre el sistema en su conjunto”, en el cual ni los Estados autoritarios ni las democracias han sabido gestionar la crisis.8
Para cerrar, es claro como lo afirma Zorraquino que la incertidumbre es nuestro principal desafío como individuos, pero como no vivimos aislados, además de definir nuestras propias estrategias, es necesario, reconociendo que vivimos en una sociedad cada vez más fragmentada, buscar aquellos elementos que nos cohesionen como sociedad y que no pueden ser otros, que aquellos valores que nos han unido y seguirán uniendo en nuestra comunidad, para que nos inspiren en el reencuentro con esos objetivos que nos son comunes, procurando identificar en ellos, las oportunidades para reivindicar esos valores que son propios de la democracia, para entonces, marcar la diferencia en la búsqueda efectiva por respuestas a las necesidades básicas de los ciudadanos.
Cierro recordando a Giovanni Sartori, quien en su obra La Democracia en 30 lecciones, nos presenta la democracia como una máquina, que siempre ha estado, está y estará en potencial riesgo, en ese sentido, nos dice que el problema no es la máquina, que es hasta ahora la mejor que se ha inventado, el problema está para Sartori, en los maquinistas.
¿Están los maquinistas conscientes que para enfrentar la inestabilidad, además de superar los tiempos de guerra, es necesario recuperar la confianza en la democracia?
Carlos Romero Mendoza.
@carome31