En un mundo en el se puede ya percibir que la tendencia existente es que se tienda a que se «alquile» todo lo que sea susceptible de poder hacerlo, sean bienes o lo que sea transformado en servicios. Porque sólo hay que pensar en como por ejemplo, entretenimiento, en concreto películas, pues antes se tenían en propiedad vídeos, a diferencia de ahora que son alquiladas en plataformas a tal efecto como Netflix. O también en el ámbito del transporte, ya que ahora es más posible que nunca poder acceder a casi cualquier vehículo personal o no, sin que tenga que ser propietario de él.
Piénsese en la posibilidad de acceder, además con facilidad, a los alquileres de múltiples vehículos utilitarios, a través de las numerosas empresas dedicadas a eso que existen, por todo el mundo. Por citar sólo y de manera simple dos ejemplos que lo ilustran perfectamente. Soslayando lo que ocurre en la vivienda, en estos momentos en este país. Y que indudablemente llevaría a entrar en polémicas que nos son el objeto de este articulo. Lo cual se puede llegar a decir que va en aras de lo que fue señalado en un Foro de Davos, en el que se expresó que : No tendrás nada y serás feliz. Aunque el no tener algo en propiedad, indefectiblemente provoca que por ese activo que se pudiera tener, sea imposible que puedas tener ninguna plusvalía de precios en él. Y que se deba estar siempre teniendo que emitir algún flujo monetario de salida, si es que se desea poder disponer del bien en cuestión.
Además hay que tener en consideración que actualmente, desde el año 2020, en el que se hizo más patente, convenía que las cadenas de suministro se acortaran en su longitud. Ya que tener sus eslabones a tanta distancia ocasionaba unos perjuicios, sobre todo en todo lo relativo a las obligadas dependencias que se hallan fuera del control de las empresas productoras finales. Y que lógicamente, abocaban a que incluso se pudiera colapsar la producción, tal como llego a ocurrir.
Por eso, ahora parece que en lo tocante a la globalización, tal y como la veníamos conociendo, se está repensando. Por lo que ya se puede percibir que ahora se está intentando que la tendencia sea una regionalización. Dado que ya se puede observar que se están elevando todos los impedimentos al alcance, cada día más, para poder realizar el comercio internacional. Y se plantean grupos de países que pretenden configurar Zonas en las que sea difícil franquear el blindaje que tratan de dar a dichas zonas, por parte de los demás países, entendidos como forasteros.
Y si ya descendemos a algo más reducido, se puede también exponer que en esos niveles, a dónde pueden llevar, como escenario estrictamente económico, la propuesta de las ciudades de quince minutos (en un principio), que indefectiblemente, hará que esa reducción de espacios, conlleve a que por lógica, se cree algo parecido a lo que ha sido expuesto relativo a los países.
Por lo tanto vamos hacia un cambio enorme del mundo en el que hemos vivido hasta ahora y que está por ver si redundará en unas sociedades distópicas. Aunque lo que si se puede asegurar es que será muy diferente a la actual.