¿Cuidamos a los MIR?

Hace unos días, llegó a mis manos un artículo de opinión escrito por un exsecretario general del Ministerio de Sanidad que hablaba sobre la formación MIR. Actualmente, y a punto de comenzar esta etapa, el artículo provocó en mí numerosas incógnitas y, como buen millenial, traté de intentar resolverlas por twitter.

El artículo citado tenía como esencia un mensaje que el propio autor reflejó en el tuit donde lo citó: “Cuidemos a los MIR. Son un activo necesario e imprescindible”. Tras una rápida lectura, pude comprobar como en el mencionado texto se hacía alusión a las bondades de nuestro sistema de formación y cómo este había sido eficaz para garantizar una formación acreditada y reconocida internacionalmente.

La palabra utilizada era, efectivamente, eficaz. Para los que tenemos reciente esto de habernos presentado al examen MIR, conocemos un truquillo para diferenciar la palabra eficaz, de efectivo y de eficiencia. Éste dice así: eficaz en el matraz, efectivo in vivo y eficiencia para la gerencia. Tras esa reminiscencia de mis largas horas de estudio del examen MIR, me paré a pensar si esa palabra había sido escrita adrede o simplemente había sido fruto de la casualidad. Sin embargo, el resto del mensaje que subyacía bajo las líneas escritas por el autor me hacían sospechar algo que ya había sentido anteriormente…¿se cuida de los MIR durante su formación?

De nuevo, algunas alusiones a sistemas de acreditación de unidades docentes y a sistemas de garantías estructurales me hizo recordar algún miedo del pasado… No, no podía ser así… No debería ser así… No debería afirmarse la calidad de un proceso en base a un check list de competencias escritas en un papel, no por favor, no quiero recordar otras palabras de mi pasado como VERIFICA, ACREDITA O DOCENTIA. Estamos hablando de Medicina, de la ciencia del ser humano. Nuestra formación debe estar enfocada a la vocación de ayudar, de curar y de, al menos, aliviar lo que sufren nuestros pacientes. Eso es lo que esperamos los que nos enfrentamos a esta nueva etapa formativa.

Toda esta a vorágine de miedos e incertidumbres hacia esta nueva etapa, la intenté aplacar con la ilusión y el entusiasmo que he ido cultivando durante mis años de formación. Quizás tan solo sea una mala imagen proyectada del cansancio y ‘burn out’ de ciertos profesionales, o la visión de un paso previo poco inclusivo por las instituciones sanitarias; la que hayan hecho surgir en mí todas estas incógnitas y dudas hacía a esta nueva etapa en la que comienzo…

Sea como fuere, y tal como hice en el tuit original, deposito aquí las dudas que dieron forma a este artículo. ¿Apagamos la energía y vitalidad de los residentes que entran al Sistema Sanitario? ¿Gestionamos emocionalmente bien a los MIR? Durante nuestra residencia, ¿trabajamos y estudiamos?, ¿estudiamos a través del trabajo?, ¿se nos hace valorar la formación?, ¿evaluamos esta formación?… En definitiva, ¿cuidamos a los MIR y los hacemos valorar su formación?

En fin, espero que el tiempo me vaya dando respuestas y que cuando vea un artículo alegórico que rece: “Cuidemos a los MIR”, no tenga dudas y mi interpretación sea: ¡Sigamos cuidando a los MIR!, y que esto implique una plena instauración de la cultura del cuidado tanto en la formación como en la práctica médica. Por nuestra parte, los nuevos profesionales que comenzamos en el sistema sanitario pondremos toda la carne en el asador y toda nuestra ilusión para que así sea.


Domingo A. Sánchez Martínez
Residente Oncología Médica HCUVA, exvicepresidente del CEEM y expresidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Murcia.