El gobierno adoptó una medida para tratar de paliar en cierta medida la inflación y a la vez desahogar, aunque sea nimiamente, a las personas de esta subida de precios generalizada que son consumidores de combustibles. Además esta medida la implementó de manera universal, como no puede ser puesta en marcha de otro modo. Pues técnicamente resulta imposible hacerlo ya que la complejidad e incluso la protección de datos, impide que se pueda realizar una identificación del hecho de efectuar una compra por parte de cualquier persona, sin que el gasolinero pueda llegar a conocer ciertos datos concretos de ese cliente. Esta medida, dispuesta por unos pocos meses, viene a finalizar el 31 de Diciembre de este año. Y como bien es sabido consiste en el descuento de 20 céntimos de euro por cada litro de combustible comprado.
De la redacción de ese documento, se puede colegir, con absoluta claridad, que del monto del importe se ha de minorar esos céntimos por cada litro. Aunque se viene produciendo una práctica bastante extendida por muchos gasolineros, que es que esa minoración del importe es suplida por el canje de añadir más combustible a la compra de él, en vez de minorar la cifra a pagar.
Esta práctica que se viene dando casi desde el inicio de la puesta en práctica de la medida, ha sido obviada por todos ( Gobierno, consumidores e incluso por los que tienen como objeto hacer cumplir las leyes ). Todos han mirado para otro lado. Con esta mala praxis, los gasolineros están aumentando sus beneficios de manera ilícita, evidentemente. Pues así ellos facturan de más unos litros, que a efectos de cumplir con la subvención de los 20 céntimos que tiene derecho el consumidor, reciben ese importe sin haber realizado esa minoración del precio de esos litros que están canjeando y que además el consumidor no se beneficia, en modo alguno, de dicha bajada de precios en esos litros de más que obligan los gasolineros a comprar a los consumidores, como debería ser, según lo decretado por el gobierno.
Sería bueno que esos que ahora para intentar rizar el rizo, por decirlo coloquialmente, arguyendo que se debería realizar alguna discriminación a la hora de ser acreedor de esa subvención en los combustibles, se fijaran ya de una vez, después de todo este tiempo que lleva vigente en ésta martingala que hace que el Erario sea esquilmado y además, sin beneficio alguno para el consumidor, salvo para los gasolineros que realizan estas prácticas, pues evidentemente, no son todos los que están perpetrando estos hechos.
Josu Imanol
Delgado y Ugarte. Economista