La ONU y la Fundación española FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) coinciden cada una por separado en reconocer la cohesión social como una suerte de pegamento que hace posible mantener unida a la sociedad.
Desde hace muchos años intento comprender mejor ese concepto, que como bien afirma el catedrático Fernando Rey Martínez, está huérfana de precisión conceptual, que no ha encontrado espacio en el derecho, pero que se presenta de manera regular como un concepto técnico propio de las políticas públicas y muy común en los programas europeos; y si revisamos a través del internet distintos portales web de noticias en España encontraremos su frecuente uso en el lenguaje político español.
El Consejo Nacional de Evaluación de Políticas Sociales de México, CONEVAL, destaca que a pesar de la polisemia del concepto y la diversidad de su enfoque, hay un conjunto de dimensiones asociadas al concepto que son constantes a saber: los vínculos sociales, valores compartidos, confianza y sentido de pertenencia o comunidad.
Además destaca que las grandes diferencias surgen cuando se busca identificar los factores económicos, sociales y políticos que promueven o erosionan la cohesión social, el peso asociado a cada uno de ellos y la manera como deben ser medidos.
Para Mónica Biffarello, Profesora Titular de Política Social de la Universidad Nacional del Rosario, Argentina, la Cohesión Social es un valor, un principio que se presenta como el horizonte el cual orientar la acción política; es un intangible que generalmente se aprecia más por su ausencia.
Biffarello también afirma que la cohesión es un desafío permanente, es de todos, no sólo de los gobiernos, sino también de los ciudadanos y nos plantea que la cohesión social se expresa a través de dos grandes dimensiones, la primera la dimensión es la económica y social, la segunda dimensión es la política e institucional.
Sobre la dimensión económica y social, Biffarello nos dice que para lograr cohesión social es necesario al menos tener un equilibrio macroeconómico y estabilidad, que permita a los ciudadanos vivir dignamente; pero además, agrega, se requiere que exista la percepción de pertenencia de un proyecto colectivo que -aun con diferencias- incluya a todos.
Sobre la dimensión político institucional, la profesora hace referencia a la necesidad de contar con la confianza de los ciudadanos hacia sus autoridades y la legitimidad de las instituciones.
Resalta que en numerosas experiencias ha logrado evidenciar cómo la calidad institucional es una fuente de cohesión social que contribuye a fortalecer los lazos sociales y se potencian las redes asociativas, evitando así sociedades fragmentadas y particularista.
La confianza en las instituciones y sus autoridades es fundamental para enfrentar los efectos del Coronavirus, que claramente se perciben en la dinámica económica y social, en ese sentido resulta fundamental valorar las respuestas institucionales que el Estado español impulsa en todas sus instancias, identificando cómo ellas logran atender los factores económicos, sociales y/o políticos, que según cada realidad, se han visto afectados por el Covid-19 y que ponen en riesgo la cohesión social.
Importancia de la Cohesión Social
Valorar la cohesión social exige particularizar cada realidad, en ese sentido y considerando la proximidad de los Municipios a sus vecinos, es indudable que las autoridades locales y las decisiones de los Ayuntamientos juegan un papel clave en esto de mantener la cohesión social, en muchos casos tal vez no son los protagonistas de las decisiones, pero siempre son la primera puerta a la que acuerden los ciudadanos.
En ese sentido los Acuerdos o Planes que algunos Ayuntamientos lograron aprobar, en algunos casos con una votación unánime como es el caso del Acuerdo de la Villa del Ayuntamiento Madrid y con procesos participativos importantes como es el caso del Acuerdo Marco para la Recuperación y la Reconstrucción de la Ciudad de Valéncia y el Acuerdo por el futuro de Zaragoza.
Estos acuerdos representan un importante instrumento técnico-político para trabajar la cohesión social, pero no pareciera entenderse de esa manera en todos los casos que he podido revisar, pues se aprobaron algunos documentos y hasta ahora no pareciera haber sobre esas acciones concretas una estrategia orientada a sembrar confianza y enfrentar la incertidumbre desde las instituciones locales.
De las 17 ciudades capitales de las Comunidades Autónomas, para el momento de escribir este artículo, sólo Zaragoza y Sevilla tienen su plan de reactivación en la plataforma web.
Valéncia la presenta en su portal de información especial sobre el Covid-19, todas las demás no lo tiene a disposición del usuario de la web, ¿qué significa eso?, un indicador preocupante.
En el caso de Madrid, el Acuerdo de la Villa tiene un valor político importante pues su aprobación fue por unanimidad, pero que no sea divulgado, que no se conozca, evidencia que no se comprende el valor de esa hoja de ruta hacia la recuperación como instrumento para mantener la cohesión social.
Interesa eso al ciudadano, lo más probable es que la respuesta sea negativa, pero es que el tema debe interesar más a las autoridades porque conducen un proceso político, social y económico de reactivación de las ciudades que exige de la confianza y del acompañamiento ciudadano.
Con una adecuada estrategia podría enfrentar la incertidumbre y aclarar las expectativas de los vecinos en cuento a la ruta que hay que recorrer para la reactivación de nuestra dinámica local.
Cada vez estoy más convencido que los Ayuntamientos son actores naturales y estratégicos de cohesión social, para ello hay que entender que cohesión social no es un concepto que no es propiedad de ningún sector ideológico, que es una metodología que permite profundizar en la fotografía social de una realidad que complementa y se complementa con los indicadores económicos.
La cohesión social es compleja porque exige valorar cada realidad en particular, por lo tanto está casada con la diversidad como principio y por ello en Alemania y Canadá, por mencionar dos casos, ha resultado una efectiva forma para poder levantar un mapa de la realidad socio-política y económica de ciudades y regiones en tiempos determinados.