La especialidad tropezó durante la última convocatoria, donde sólo han sumado tres representantes entre los primeros 500 números de orden.
Nueva oportunidad para Medicina de Familia y Comunitaria. La especialidad tropezó en la última convocatoria 2016-2017 del MIR, cuando sólo sumaron tres representantes entre los primeros 500 números de orden. Un registro muy inferior al récord alcanzado en la convocatoria 2015-2016, cuando alcanzaron el hito de nueve residentes en el primer día de asignación de plazas; justamente el volumen que buscan retomar este 20 de abril.
Los datos del Ministerio de Sanidad indican que, desde el año 2010, Medicina de Familia y Comunitaria había logrado pasar de un aspirante en la convocatoria 2010-2011 a tres un año después, una tendencia positiva que ascendió un peldaño más entre 2012-2013, al sumar cuatro MIR entre los primeros 500. En las últimas tres convocatorias registraron cinco, ocho y nueve candidatos, respectivamente. De ahí que, para mantener el ritmo de crecimiento, necesitasen el año pasado de una decena de MIR, pero sólo sumaron tres. En este sentido, se percibe un retroceso a la época de 2012 o de 2006.
La última vez que Medicina de Familia registró una caída similar fue en 2010, cuando sólo lograron un representante, frente a los 5 del año anterior. No obstante, la recuperación no fue rápida, ya que en 2011 volvieron a repetir con un único representante entre los primeros 500 puestos y no fue hasta 2012 cuando comenzaron a crecer con tres MIR. En esta nueva oportunidad, habrá que medir cuál será la capacidad de reacción de la especialidad para despertar el interés entre los futuros residentes.
Desde las sociedades científicas de las especialidades se han venido realizando diversos esfuerzos para captar el interés de los futuros residentes. Una línea de trabajo que, si bien ha venido ofreciendo sus resultados de forma constante durante los últimos cinco años, ahora se ha encontrado con su primera traba y medirá su capacidad de reacción. Ahora las labores se intensifican, ya no para romper su mejor marca, sino para recuperar todo el territorio que, de golpe, se ha perdido.