No todas las recomendaciones son beneficiosas para alcanzar un buen número de orden que ayude a acceder a la especialidad anhelada del Sistema Nacional de Salud (SNS), por lo que los MIR tendrán que ignorar los falsos mitos que existen.
A pocas semanas de celebrar el examen MIR. Los candidatos a la residencia confían en algunos de las recomendaciones para aumentar su rendimiento y alcanzar un número de orden lo suficientemente alto para optar a la especialidad anhelada dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Sin embargo, no todos los consejos son beneficiosos, sino que, al contrario, aumentarán la incertidumbre o estrés del aspirante a la formación sanitaria especializada, quien podrá no alcanzar su objetivo.
El primer mito a ignorar es que, en la recta final de la preparación MIR, si se puede estudiar a memoria los contenidos que quedan.
Una fórmula que, supuestamente, es más rápida, pero que deja atrás el esfuerzo de compresión. Ese que permite relacionar conceptos y solventar los casos clínicos planteados en el examen.
De ahí que sea importante tomar en cuenta el resultado de los simulacros y aprender en base a las equivocaciones cometidas, en lugar de buscar atajos.
Otra de las equivocaciones más comunes es pensar que todos los candidatos tienen un margen de error similar.
Aunque algunos podrán arriesgar más que otros, cada aspirante tendrá que conocer su capacidad individual al momento de contestar aquellas preguntas en las que tenga dudas durante el examen.
Es importante tomar en consideración que las respuestas fallidas serán penalizadas. Una situación que, desde la decisión de eliminar un distractor de la prueba, es más fácil sencilla.
Aunque después de meses de esfuerzo es normal aspirar a un buen número de orden, no hay que escuchar a quienes insisten que la única opción para cursar la residencia está en los primeros 1.000 números de orden.
Si bien es cierto que algunas especialidades son más demandadas que otras, también hay que considerar que, en convocatorias previas, tan solo siete de ellas se habían agotado antes del número 3.000, dejando la posibilidad de escoger en 40 especialidades tras ese número.
En este sentido, hay que evitar el sumar presiones externas o estrés al día del examen.
El mismo efecto contraproducente del estrés y cansancio lo percibirán aquellos aspirantes que rehúsen a los días de descanso.
Lejos de avanzar en el estudio, lo único que lograrán es una sensación de agotamiento que les impedirá demostrar su máximo potencial.
De ahí que lo idóneo es alternar las fases de preparación con otras de descanso y actividad física; o lo que es igual un equilibrio entre mente y cuerpo sano.
No obstante, es importante no caer en el otro extremo, donde se aconseja tomarse la preparación al MIR con total calma, debido a que la longitud del temario requiere de meses de preparación y organización.