Ambas organizaciones han planificado su hoja de ruta para los próximos 12 meses, con la mira en cuatro aspectos fundamentales para el futuro de la formación sanitaria.
Los médicos y estudiantes de Medicina tienen su hoja de ruta 2018 cerrada. Con la mejora constante de la formación sanitaria en la mira, la Organización Médica Colegial (OMC) y el Consejo de Estudiantes de Medicina (CEEM) han trazado las grandes áreas a trabajar en el nuevo año, siendo aspectos donde colaborarán de forma estratégica y buscarán dar pasos agigantados para permanecer en la vanguardia del sector sanitario.
El presidente del CEEM, Alejandro Iñarra, apunta a IberoEconomía que no cesarán en su lucha contra la apertura de nuevas facultades de Medicina. Según explica, “cada nueva facultad que se abre es un golpe a nuestra formación, provocando masificación de las prácticas hospitalarias y condenándonos a una emigración forzada”. En este sentido, cree que el incremento en la oferta de grados responde “a un negocio o al marketing político, sin ninguna planificación”.
Así como lo ha sido en años previos, los estudiantes y la OMC se mantendrán firme contra la apertura de nuevas facultades. Una iniciativa que, si bien no logró impedir la creación del grado de la Universidad de Islas Baleares o de Vic, sí esperan que tenga un mayor peso en las propuestas de la Universidad de Alicante, Canarias, Navarra y Deusto. Una meta en la que cuentan con el apoyo del Foro de la Profesión Médica y del Ministerio de Sanidad.
El segundo ‘frente’ para 2018 será esperar el desarrollo del nuevo modelo de formación sanitaria especializada para “defender la elección única” dentro de la ‘nueva troncalidad’. No obstante, no mantendrán una postura pasiva, sino, por el contrario, ambas instituciones buscan tener una presencia activa para la mejora constante del sistema y la elaboración del nuevo real decreto.
En un enfoque más centrado en las facultades de Medicina, el CEEM recuerda que “no queremos ser un ficus en nuestras prácticas”. En este sentido, reclaman un estatuto del estudiante de Medicina para “que se defina la importancia del estudiante en sus prácticas universitarias”, al mismo tiempo que se definirían cuáles son las competencias que deberá adquirir, “asegurando una formación médica y una calidad asistencial”.
Finalmente, se promoverá la igualdad efectiva de género en el grado sanitario. Una meta que pasa por una mayor concienciación social y sanitaria capaz de transformarse tanto en iniciativas como en un cambio real. “Queremos una #MedicinaFeminista”, apunta Iñarra, quien explica que el objetivo es “tener una adecuada formación de género en nuestro currículo formativo”.