Un estudio sobre la evolución de la prueba de acceso a la formación especializada indica un retroceso en la representación extracomunitaria y en la dificultad del examen
Los médicos extracomunitarios han ido perdiendo terreno en el examen MIR. Esa es, al menos, una de las conclusiones a las que llega el estudio ‘Evaluación de los parámetros dificultad y discriminación en ejercicio del examen MIR. Análisis de las convocatorias 2009 a 2017’. Informe que, además, establece que la dificultad de la prueba de acceso a la formación sanitaria especializada ha ido reduciendo su dificultad en los últimos años.
En concreto, la investigación indica que “los presentados al examen en la convocatoria 2017, un 74,44 por ciento eran médicos españoles, mientras que en la de 2009 fue del 55,82 por ciento. Como los resultados promedio en el examen MIR son mejores para el grupo de españoles presentados que para el grupo de extranjeros, este cambio en la composición de la población MIR puede ser uno de los factores responsables de la aparente mayor facilidad de los exámenes de las últimas convocatorias”.
Ahora bien, no solo los médicos extracomunitarios han influido en la dificultad del examen. Desde el punto de vista de los autores, “otro motivo que ha contribuido a la menor capacidad discriminativa de los ejercicios de examen de las convocatorias de 2016 y 2017 ha sido la anulación de un menor número de preguntas respecto a lo que suele ser habitual. En el examen de estas dos últimas convocatorias se anularon sólo tres y cuatro preguntas, respectivamente, frente a las siete en 2014 y ocho en 2013”.
Sobre este punto aclaran que “un número bajo de preguntas anuladas no sería problemático en sí, salvo porque en la plantilla activa del examen se dejaron siete preguntas sin anular con una discriminación pésima, es decir, aquellas cuya probabilidad de ser acertada no se correlacionaba con el conocimiento médico expresado en el resto de preguntas del examen”.
Una mejor discriminación MIR
El informe asegura que la tendencia iniciada en los últimos años de disminución del número de médicos extranjeros que se presentan a la prueba, así como el aumento en términos absolutos y proporcionales del número de médicos españoles recién egresados, con unos conocimientos más homogéneos que el de los médicos que se presentaban en 2009-2010, hacen cada año más difícil para los examinadores el conseguir un examen suficientemente discriminativo.
De ahí que “desde nuestro punto de vista constituye todo un reto, y a la vez una necesidad, intentar aumentar la capacidad discriminativa del examen MIR, como mínimo hasta los valores previos al examen de la convocatoria 2016”.
En la misma línea, destacan que “la confección de un examen de alta calidad se hace cada año más exigente para el examinador, que debe seleccionar o elaborar un conjunto de preguntas con una dificultad y discriminación adaptadas a una población formada por un mayor número y una mayor proporción de médicos recién egresados de facultades de medicina españolas”.
“Si esto no se tiene en cuenta, la prueba podría perder calidad. Una de las herramientas de la que se dispone para mejorar la calidad psicométrica sería la anulación a posteriori de algunas de las preguntas propuestas”, sentencia.