Álvaro González Rocafort y Javier Arteaga, el director y el coordinador de la academia AFIR, analizan las necesidades de la prueba de acceso a la residencia de Farmacia Hospitalaria.
El brote de Ébola o la crisis de la Hepatitis C han pasado desapercibidos en el FIR. En las últimas convocatorias para acceder a la formación sanitaria especializada, la actualidad del sector no se ha ‘colado’ en el temario del examen para optar a las plazas de residencia de Farmacia Hospitalaria. Así lo consideran Álvaro González Rocafort y Javier Arteaga, el director y el coordinador de la academia AFIR, quienes apuntan a IberoEconomía que “el examen FIR debe modernizarse y alejarse de lo estrictamente catedrático”.
“Durante los últimos 15 años, hemos mantenido un temario casi idéntico. Quizá, la única diferencia que se ha percibido es un leve incremento en el número de preguntas sobre el área de fisiología, así como una reducción de aquellas relacionadas con tecnología farmacéutica”, ha precisado Javier Arteaga. “Es más común encontrar preguntas sobre la historia de la Farmacia que sobre teorías que se podrán utilizar durante la residencia o el ejercicio profesional”, ha matizado Álvaro González.
La necesidad de una modernización del examen FIR no pasa solo por su contenido, sino también por su propia estructura. “En los últimos años se han sumado algunas preguntas con casos prácticos, un número que debería crecer para próximas convocatorias”, han solicitado. A esto suman otro aspecto fundamental, como es la incorporación de las imágenes dentro del examen. “Si bien es algo que aún no ha ocurrido, en los simulacros que realizan nuestros estudiantes les colocamos algunas imágenes para que puedan estar preparados en caso de que sean incorporadas”.
Conscientes de la férrea competencia por la adquisición de una plaza de residencia, AFIR no solo ha optado por incorporar imágenes en sus simulacros, sino en cambiar el modelo de preparación previo al examen. “Hemos apostado por alargar la duración del curso a 11 meses, donde los candidatos puedan profundizar en todos los temas del examen y afrontar un total de 27 simulacros que les permita recrear la experiencia del día del examen FIR”, ha puntualizado Javier Arteaga.
Plazas insuficientes
“Aunque el Ministerio de Sanidad ha incrementado el número de plazas ofertadas en el FIR, se trata del aumento porcentual más bajo de toda la convocatoria con respecto al año pasado. Por eso, creemos que sería recomendable aumentar el número de vacantes en, al menos, unas 40 plazas en los próximos años”, ha indicado Álvaro González Rocafort. No obstante, admite que las oportunidades para acceder a la residencia no están directamente vinculadas con el número de plazas, sino con la “disciplina y constancia que se adopte en el proceso de preparación”.
En este sentido, el director advierte que “percibimos con preocupación que los candidatos al FIR se toman con menor intensidad la preparación ya que, a diferencia de lo que ocurre con los médicos, no es necesario cursar la residencia para optar por las salidas laborales de la titulación”. Es decir, los meses de estudios pasan con una menor implicación y “si bien es cierto que solo el 8,4 por ciento de los candidatos se quedan por debajo de la nota de corte, no se trata de una calificación muy alta si se compara con otras disciplinas de la formación sanitaria especializada”.
Estudiar con ímpetu
Desde la academia recomiendan que, para lograr el máximo rendimiento, los aspirantes a la residencia deberán ser capaces “de organizar y gestionar su tiempo para abarcar todos los temas a estudiar del temario ofrecido. También tendrán que aprender a dominar el examen, comprendiendo que no se trata de una evaluación de desarrollo sino de tipo test. De ahí que sea fundamental mantener la mente fría para que les permita afrontar con paciencia y evitando el agotamiento los largos meses de preparación”, apunta el coordinador.
En la otra cara de la moneda, las prácticas que conllevarán a una mala puntuación en el FIR son “ampliar el contenido del temario de estudio por vía propia, ya que se dedica un tiempo importante para la adquisición de unos conocimientos que probablemente no serán preguntados en el examen o tendrán un peso muy poco significativo”, ha explicado. Sin embargo, precisan que “la falta de práctica y de simulacros también podrá desencadenar en un número de orden muy bajo”.
Aún quedan meses hasta el próximo examen de acceso al FIR, una evaluación en la que se podrá continuar con el mismo temario de los últimos 15 años o, por el contrario, dar la sorpresa definitiva con casos de actualidad o la incorporación por primera vez en su historia de imágenes.