Jorge Martínez Solano obtuvo el primer lugar en la convocatoria 2016-2017 y un año después cuenta su experiencia como R1 de Cardiología en el Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
“Ser el número uno del MIR no cambia nada”. Así lo ha aprendido Jorge Martínez Solano durante su primer año como residente en la especialidad de Cardiología en el Hospital Universitario Gregorio Marañón. “Aunque al inicio recibía alguna felicitación por parte de los residentes de Cardiología o de Urgencias, dentro del centro todos somos iguales y trabajamos para lo mismo”, afirma a IberoEconomía.
Como una pieza más en el engranaje del Sistema Nacional de Salud (SNS), Martínez da inicio a su jornada laboral con las sesiones del servicio a las 8 de la mañana. “Nos reunimos todo el servicio y, según el día, se abordan diversas temáticas como pueden ser los casos de los pacientes, los mejores tratamientos que se pueden aplicar o si son candidatos para un trasplante cardíaco”, afirma el residente de Cardiología. Asimismo, esta reunión de unos 30 minutos sirve para que los MIR tengan una participación activa y adquieran un mayor número de conocimientos y competencias.
Cuando termina la sesión, Martínez Solano continúa con su rotación por la planta de hospitalización, donde tiene entre 10 y 12 pacientes a cargo (junto con su adjunto). “En la especialidad de Cardiología, durante el primer año se hacen rotaciones por especialidades vinculadas como Endocrinología, Medicina Interna y Urgencias”, matiza el número 1 del MIR.
Aunque aún le queda mucho por crecer en su residencia, el joven médico afirma: “Cardiología está cumpliendo con mis expectativas, aunque aún no la he podido saborear del todo. He puesto en práctica muchos conceptos, pero siento que la Cardiología aún me queda un poco lejos”.
En sólo unos días comenzará su etapa como R2 y entrará de lleno en la especialidad que deseaba cursar desde que estudiaba en la facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. “Pronto me tocará exponer en las sesiones del servicio, una oportunidad para aprender más y sacar el máximo provecho de esta residencia”, matiza.
Vértigo a la práctica clínica
Martínez Solano reconoce que “existe un pequeño vértigo al pasar de la teoría a la práctica clínica. Aunque es cierto que la práctica es una aplicación de la teoría, en la realidad es un poco más complejo, ya que no se trata de una aplicación de algoritmos o de saber cómo responder un caso clínico, como ocurría en la facultad”. No obstante, es un paso que ha conseguido con total naturalidad.
“Unas de las experiencias que más he disfrutado durante la residencia ha sido mi primera cardioversión y vía central, ya que fue mi primer contacto con la Cardiología”, recuerda. En medio del proceso de aprendizaje también ha aprovechado para “mantener una buena relación con los pacientes, adjuntos y otros residentes. Es muy satisfactorio cuando recibes los agradecimientos de un familiar, incluso cuando no se pudo salvar al paciente”.
La temible guardia MIR
“Las guardias sí son tan terribles como parecían”, bromea Jorge. Durante su primer año como residente también ha aprendido que “si bien dependen del hospital y de la especialidad, las guardias suelen ser malas, con mucho trabajo y pocas oportunidades de dormir. Además, la comida no es que sea lo mejor que suceda durante la guardia”. A pesar de todo, cree que “hay que sobrellevarlo con mucha ilusión y ganas de trabajar. De lo contrario, será imposible de aguantar”.
Pero no todo es negativo. Las guardias han dejado al R1 algunas anécdotas. “Al ser un hospital tan céntrico, es común que acudan turistas a Urgencias, lo que nos obliga a poner en práctica nuestro inglés. Sin olvidar que, en más de una ocasión, han llegado chinos que nos indican sus síntomas a través del traductor del móvil”, afirma entre risas.
Su experiencia le permite recomendar a la próxima generación de R1 que “se peguen a sus adjuntos, que aprendan todo lo posible y que vengan con muchas ganas de aprender”. , fin de cuentas esto es lo más importante y no el número de orden con el que lleguen a la residencia.