Juan Martín venció el temido cupo para extranjeros y se convirtió en residente de Cirugía General en el Hospital Universitario de Fuenlabrada (Madrid). Ahora, se enfrenta al final del MIR y al ingreso al mercado laboral.
Juan Martín Rodríguez preparó el examen MIR a más de 10.000 kilómetros de distancia. El médico argentino, que obtuvo su plaza en 2013, asegura que fue todo un desafío tanto personal como profesional. “Mientras los aspirantes suelen dedicar un año entero a sus estudios, yo estaba trabajando para conseguir el dinero que me permitiese costear el curso a distancia de una academia y hasta tres viajes de ida y vuelta a España para poder cumplir con los procesos de la convocatoria”, explica aIberoEconomía.
En concreto, Martín tuvo que viajar hasta Madrid para presentarse al examen de acceso a la formación sanitaria especializada, “como la adjudicación de plazas es después de dos meses, tuve que volver a Argentina a seguir trabajando y regresar para el acto de asignación” y, finalmente, un tercer viaje hasta su país de origen “ya que sólo desde ahí se puede tramitar el visado de estudiante”.
El profesional sanitario de la Universidad de Mendoza logró superar las restricciones del cupo MIR para extracomunitarios con un número de orden 1.200, lo que le permitió acceder a la especialidad de Cirugía General. “Estaba convencido de que quería tener una experiencia profesional en el exterior. España fue la opción más clara, no sólo por la relación histórica o lingüística, sino por la gran variedad de recursos y de infraestructuras que tiene”.
¿La clave para vencer al MIR? “Contar con una academia que te guíe sobre qué temas hay que estudiar y cómo estudiarlos. Es fundamental esa aproximación a las preguntas que se suelen hacer, por lo que hay que conocer el examen y sacar el máximo provecho de los simulacros”, apunta Martín. Justamente, en su caso personal afirma haber realizado más de 30 simulacros, “lo que hizo que el examen MIR fuera como uno más de las prácticas”. No obstante, advierte que “siempre hay que intentar rendir al máximo y, aunque es muy difícil, vale la pena lograrlo”.
Ahora, en su último año de residencia, el médico argentino asegura que Cirugía General ha cumplido con sus expectativas. “Es una disciplina que, además del área quirúrgica, permite ejercer otras partes de la Medicina. Estoy muy satisfecho con las labores diarias de mi profesión, así como con la relación que se ha generado con los pacientes y con el resto de profesionales sanitarios”, afirma. Incluso bromea con que “al principio, los pacientes oían mi acento y preguntaban de dónde era. Ahora, ya no me pasa tanto. Supongo que lo habré perdido un poco”.
El R5 destaca que «he percibido una sociedad tolerante que me ha hecho sentir en casa”, está preparando su salto al mercado laboral. “Me gustaría volver a Argentina, pero tras unos años ejerciendo en España. Una vez terminada la residencia tendré los tres meses de turista para encontrar un empleo que me otorgue la visa, sino tendría que volver a casa, pero no creo que eso suceda”, afirma.
Aunque reconoce que su inserción al mercado laboral es más compleja que la de un MIR español, asegura que “en las grandes ciudades es difícil encontrar una plaza, pero existen hospitales muy buenos en localidades más pequeñas, lo que representa una oportunidad”. Un camino que prevé emprender en los próximos meses, con la convicción que otorga el mirar hacia atrás y saber que, “si pudiera regresar en el tiempo, lo volvería a hacer”.