Muchos de los profesionales sanitarios han apostado por colgar la bata para iniciar su propio proyecto empresarial.
Los médicos no están exentos de tener en su ADN el gen emprendedor. Son muchos los profesionales sanitarios que han colgado la bata para emprender su propio negocio. En muchas ocasiones, en sectores ajenos al cuidado del paciente. Una idea que, para algunos, podría parecer inconcebible tras los arduos sacrificios académicos y económicos que hay detrás del grado y la especialización en Medicina; mientras que, para otros, representa un nuevo comenzar, el nacimiento de un proyecto que por años fue cocinándose dentro de su pensamiento.
Una de las historias más conocidas es la de Andoni Goicoechea, un médico venezolano que abandonó el MIR en España para emprender su propio negocio: Goiko Grill. Dejando atrás su plaza en Geriatría del Hospital Universitario La Paz (Madrid), el emprendedor empezó su restaurante de hamburguesas gourmet en un pequeño establecimiento con sólo tres meses y una terraza, al que bautizó inicialmente ‘La terraza de Goiko’. Ahora, seis años después, ya cuenta con 18 establecimientos en Madrid, cinco en Barcelona, dos en Zaragoza, Sevilla y Alicante, y uno en Murcia, Málaga, Almería, Salamanca, Santander, Córdoba, Vigo, León, Valladolid, Oviedo.
Con un negocio que sigue creciendo en España, Goicoechea no se ha visto en la necesidad de reinventarse más veces. Un camino que sí ha recorrido con éxito Izanami Martínez. La profesional sanitaria fue la CEO y fundadora de Nonabox, una firma que vendía artículos para bebés en cajitas regalo y que, durante los primeros tres años de vida del proyecto, logró una facturación superior a los 1,5 millones de euros. A pesar de haber conquistado unos buenos resultados y contar con una plantilla de 36 personas, el proyecto tuvo que acabarse por inviabilidad económica, lo que le llevó a reinventarse de nuevo. Esta vez con Doctor24, una plataforma que permite la práctica de la telemedicina.
La creatividad ha sido una pieza fundamental para el emprendimiento de Mónica Lalanda. La profesional sanitaria, que hizo el grado de Medicina en la Universidad de Valladolid y la especialidad de Urgencias en Reino Unido, es la autora de ‘Con-ciencia Médica’, una adaptación al cómic del Código de Deontología Médica de la Organización Médica Colegial.
“Era una propuesta difícil porque la Medicina suele estar vinculada con la completa seriedad y las viñetas no entran en este concepto. Sin embargo, logré demostrar los beneficios del uso del cómic, así como de las ilustraciones, para transmitir mensajes. Tal y como ocurre en otros países como Estados Unidos”, apunta a IberoEconomía Lalanda, quien está trabajando en otros proyectos. Uno de los más ambiciosos es la creación del Grupo de Medicina Gráfica, una asociación conformada por 10 profesionales de la sanidad que se encargan de recopilar y reseñar los cómics y viñetas relacionados con la Medicina.
No sólo los médicos españoles
El pediatra de origen argentino, Jorge Nasanovsky, es el CEO y fundador de Citaldoc. Un servicio digital que permite conectar a los profesionales médicos con los pacientes de acuerdo con su cercanía, la especialidad demandada y el horario de trabajo. La solución permite, además, reducir el ausentismo de los pacientes a las consultas médicas, cifrado en un 30 por ciento por la inasistencia del paciente.
Desde Jalisco (México), Inés Jiménez Palomar lidera la empresa inMateriis, Una firma que está desarrollando un material a base de polímero e hidroxiapatita para crear implantes óseo maxilofaciales mediante impresión 3D a la medida de cada paciente y a bajo costo.
Indiferentemente de la región geográfica, los sanitarios con el gen emprendedor logran ir por sus sueños y destacar aunque no vistan la bata blanca, estén en una consulta o concentrados durante una operación de quirófano.