Los datos del Ministerio de Sanidad permiten conocer cuántos médicos provenientes del exterior de la Unión Europea han cursado la formación sanitaria especializada.
Los médicos extranjeros confían en los beneficios de cursar el MIR. Cada año, miles de aspirantes extracomunitarios se inscriben para participar en la prueba de acceso al sistema de formación sanitaria especializada del Sistema Nacional de Salud (SNS). A pesar de que sólo disponen de un cupo del 4 por ciento de las plazas ofertadas, la restricción no ha menguado el interés de los profesionales sanitarios por viajar hasta España para intentar obtener su especialización.
Los datos del Ministerio de Sanidad revelan que, entre 2013 y 2017, el Sistema Nacional de Salud ha formado (hasta completar todo el proceso de residencia) a un total de 6.284 médicos extracomunitarios. Una cifra que se seguirá creciendo durante los próximos años con la finalización de la especialidad de los MIR que, actualmente, se encuentran en los últimos años de su formación.
Al conocer el volumen de médicos extracomunitarios formados por el SNS, la pregunta más común que surge es cuáles son las opciones que tienen para acceder al mercado laboral en España. No obstante, son conocidas las dificultades para la obtención de los permisos de residencia, así como de la permanencia legal en el país. No obstante, desde el Ministerio de Sanidad se recuerda que la formación al MIR extracomunitarios siempre ha tenido por finalidad “posibilitar el retorno de un mayor nivel de calificación y poder aportar en sus países de origen la experiencia obtenida para fortalecer sus Sistemas de Salud”.
Los datos del ‘Tercer Informe Descriptivo MIR-R1’, publicado por el Ministerio de Sanidad, revelan la incertidumbre que padecen los MIR extracomunitarios tras el fin de su residencia. Específicamente, el 45,6 por ciento de los encuestados aún no ha decidido cuál será su futuro profesional una vez que terminen la especialización, a los que se suma un 30 por ciento que tiene el deseo de permanecer en España, un 12,9 por ciento que está dispuesto a volver a su país de origen y, finalmente, el 11,5 por ciento restante que apuesta por una tercera opción: ni España ni su país de origen.