Todo lo que necesitas saber sobre la incapacidad permanente: tipos, requisitos y proceso de evaluación

Una de las plazas ofertadas estará destinada a profesionales sanitarios con discapacidad.

La incapacidad permanente es la situación en la que un trabajador, tras sufrir un accidente laboral o ser diagnosticado con una enfermedad profesional, y seguir el tratamiento médico adecuado, presenta secuelas definitivas que le impiden realizar su trabajo o disminuyen su capacidad laboral de manera significativa.

Existen distintos tipos de incapacidad permanente, según su gravedad. Esta puede ser parcial, total, absoluta o, en algunos casos, derivar en una gran invalidez, tal como lo establece el artículo 194 de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS).

Proceso de concesión y revisión

Todas estas incapacidades son otorgadas por la Seguridad Social, pero pueden ser revisadas por el tribunal médico en función de la evolución del estado de salud del solicitante. Dichas revisiones se basan en el criterio médico y pueden ocurrir si hay una mejoría o un empeoramiento de la condición del trabajador, dentro del plazo establecido en la notificación de la incapacidad.

Requisitos para acceder a la incapacidad permanente

Para tener derecho a una incapacidad permanente, es necesario cumplir con ciertos requisitos:

  1. Estar dado de alta en la Seguridad Social o en una situación asimilada.
  2. Presentar limitaciones anatómicas o funcionales que, en principio, sean definitivas o irreversibles, o que no tengan posibilidad de mejora a corto plazo.
  3. Cada tipo de incapacidad exige un tiempo mínimo de cotización, excepto en los casos en los que la incapacidad sea consecuencia de una enfermedad profesional o un accidente laboral, en los cuales no se regula un período mínimo de cotización.

Evaluaciones médicas y preguntas frecuentes

Las evaluaciones de incapacidad, así como sus revisiones, son realizadas por un Tribunal Médico del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Este organismo evalúa la situación del trabajador mediante la elaboración de informes que luego son utilizados por la Seguridad Social para decidir sobre la concesión de la prestación.

Es importante que los solicitantes se preparen adecuadamente para las evaluaciones médicas, proporcionando información clara y detallada sobre su estado de salud. Durante la evaluación, los miembros del tribunal pueden hacer diversas preguntas para valorar el grado de incapacidad, algunas de las cuales incluyen:

  • ¿Cómo te encuentras? Esta pregunta busca conocer el estado físico y emocional del solicitante.
  • ¿Dónde te duele? Para identificar las áreas afectadas y evaluar el grado de limitación.
  • ¿Has venido solo o acompañado? Determina el nivel de autonomía del solicitante.
  • ¿Has mejorado durante tu baja? Indica si el tratamiento ha tenido algún efecto positivo.
  • ¿Qué tareas desempeñabas en tu trabajo? Analiza si el trabajador puede realizar sus actividades laborales.

Estas preguntas, junto con una exploración física detallada y un cuestionario psicológico, ayudan a los médicos a realizar una evaluación exhaustiva y a determinar si el trabajador es apto para recibir la pensión por incapacidad permanente.

Este proceso asegura que los trabajadores que realmente necesiten la prestación reciban el apoyo necesario para mejorar su calidad de vida y adaptarse a su nueva situación laboral.