Sanidad prohibirá fumar en el coche, terrazas y playas, y subirá los impuestos al tabaco

Dinamarca es el país que presenta el mayor indice de descenso de fumadores diarios, un 20 por ciento.

El Ministerio de Sanidad ha decidido dar una importante vuelta de tuerca a la legislación sobre el tabaco y retomar la cruzada contra esta sustancia que tuvo que aparcar por el estallido de la pandemia de Covid-19, en marzo de 2020.

Finalmente, será Carolina Darias la ministra de Sanidad que tomará el testigo de los pasos que dieron antes que ella en el cerco al humo sus antecesoras Elena Salgado, en 2006, y Leire Pajín, en 2010. Y lo hará a través de un Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo para el período 2021-2025 de próxima aprobación.

El último borrador, que data de hace sólo unos días, incorpora novedades de calado en la lucha antitabáquica en España. Por ejemplo, propone elevar la fiscalidad y concienciar y abordar la ampliación de los espacios libres de humo “haciendo que sea posible desarrollar una rutina diaria alejada de un ambiente” afectado por esta sustancia. A nivel público, propone como objetivo aumentar dichos espacios.

“Si bien se han conseguido grandes avances en este sentido en revisiones normativas previas, es importante continuar haciendo un esfuerzo para seguir incrementando estos espacios libres de emisiones y así conseguir que una persona no fumadora pueda desempeñar su día a día sin verse expuesta”.

Además, subraya en su página 46 que “otro caso es el del ámbito privado. En este sentido, cabe hacer hincapié en la concienciación sobre fumar en espacios privados cuando se convive con alguien más (tanto en el hogar, coche, etc.) y especialmente en el caso de niños y niñas, y personas con problemas de salud”.

Más explícito es el anexo del documento al que se denomina Meta 3, dirigido a reducir la exposición ambiental a las emisiones de tabaco y productos relacionados en espacios públicos y privado, y reducir la huella ecológica.

En él se establece como línea de actuación la “ampliación legislativa de los espacios sin humo de tabaco y sin aerosoles de cigarrillos electrónicos y productos relacionados en determinados ambientes comunitarios y sociales al aire libre, y en ciertos espacios del ámbito privado”, citando de nuevo “los vehículos particulares”.

Los expertos en deshabituación tabáquica dan por hecho que entre esos espacios al aire libre en los que estará vetado fumar figurarán, por ejemplo, las terrazas de los bares.

De hecho, el Ministerio de Sanidad ya ha aprovechado el llamado “semáforo Covid-19″ para recomendar la prohibición de fumar en los espacios no cerrados de la hostelería como forma de evitar la propagación del virus SARS-CoV-2 y de sus variantes, y numerosas autonomías ya lo han puesto en práctica. También figurarán las playas. Sobre ellas apunta que las que tienen vetado el humo “han visto un importante incremento en nuestro país durante los últimos años”.

El borrador que ha elaborado el Ministerio insiste en la necesidad de “reducir la prevalencia del consumo de tabaco de manera continua durante los próximos años”, con el fin de reducir en un tercio en 2030 la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y recalca la importancia del “mantenimiento de un hogar y lugar de trabajo libre de humo ambiental de tabaco”.

Como objetivo intermedio para España, “se plantea alcanzar la meta establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de una reducción relativa del 30% del consumo de tabaco para el año 2025.

También busca que en 2040 menos del 5% de la población consuma tabaco, frente al 25% de media actual en Europa.

El plan de Sanidad trata de atacar también el consumo por medio de los tributos, aplicando el principio de que a mayores impuestos menor será la compra de estos productos.

En el anexo denominado Meta 1, referente a la prevención del inicio del consumo de tabaco y productos relacionados, insiste en esta idea y remarca la necesidad de “impulsar la revisión de la fiscalidad para lograr un incremento y aproximación del precio de todos los productos del tabaco y de los dispositivos de calentamiento utilizados para su consumo”. Además, añade el objetivo de “promover que se graven los cigarrillos electrónicos con impuestos especiales”.

Con respecto a estos productos, el borrador se muestra tajante: “en el contexto actual, hay que ser conscientes de las nuevas formas de consumo de nicotina como son los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado. El objetivo de estos productos es intentar hacer un lavado de cara al consumo de nicotina debido a la mayor concienciación por parte de la población sobre los riesgos del tabaco tradicional. Estas nuevas formas de consumo son especialmente atractivas para la juventud al dar una imagen más tecnológica y transmitir la sensación de que disminuyen el riesgo de consumo”.

Ante ello, añade que “es importante equiparar su promoción y publicidad ala de las formas de consumo más tradicionales tanto en los dispositivos que utilicen líquidos, cartuchos o recambios con nicotina, como los que no la contengan, pues estos últimos son los más últimos son los más utilizados por la población joven y son la puerta de entrada al consumo de tabaco y la adicción posterior”.

En línea parecida se pronuncia sobre las pipas de agua, shishas o cachimbas. Sanidad también introducirá el empaquetado genérico de las cajetillas.

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