¿Qué consecuencias económicas tendría un conflicto en la frontera de Rusia con Ucrania?

Gonzalo Bernardos, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona nos cuenta cómo afectaría a la economía mundial un conflicto de estas características.

¿Cómo afectaría a la economía mundial un conflicto entre Rusia y Ucrania?

Según nuestro especialista «la recuperación que estamos viviendo en estos momentos quedaría abortada«, entre otros motivos «por un aumento de la inflación consecuencia de las sanciones económicas que se le impondrían a Rusia y que le dificultaría importar gas natural y petróleo«.

Las materias primas de uso comunitario sufrían una subida generalizada de sus precios, afectando, especialmente, a países como Alemania u otros del centro y el este del contienente.

Este escenario de incertidumbre «llevaría a las personas a gastar menos y a las empresas a invertir menos, lo que ser reflejaría en la caída de las bolsas y la subida de la prima de riesgo«.

En conclusión, el profesor asegura que «es mejor que no ocurra«, ya que, aunque no se haya desencadenado el conflicto aún, ya estamos sufriendo algunas consecuencias.

La subida del precio del petróleo

Una de las más graves es la subida del precio del petróleo que, según Bernardos «no se debe únicamente al conflicto«.

Lo que está sucediendo es que los productores de petróleo de EEUU «no están aumentando su producción como deberían, ya que hay poco dinero para invertir en fracking a consecuencia de la estrategia de descarbonización y de la incertidumbre de si las inversiones actuales serán rentables en el futuro«.

Mientras, en España, se han hecho públicos los datos del IPC del mes de enero, situándolo en un 6,1%. Sobre esta cuestión, Bernardos afirma que «puede tener efectos positivos siempre y cuando no se desencadene el conflicto en la frontera ucraniana».

Según las previsiones del profesor, «en febrero marcaremos un máximo histórico en la inflación en los últimos veinte años a causa de la subida del precio del petróleo».

Comparando los datos con el año pasado, la aceleración será más lenta, pero la previsión es que a partir de septiembre las cosas cambien y «la situación empiece a mejorar«.

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