Nissan deja Barcelona después de 42 años fabricando coches en sus centros de Zona Franca, Sant Andreu y Montcadal y las administraciones siguen buscando alternativas para los 1.400 empleados directos que ahora se quedan en paro.
Los operarios de la empresa automovilística japonesa han acudido este jueves por última vez a sus puestos de trabajo con tristeza por el cierre definitivo y su intranquilidad por la incertidumbre que reina tres días después de que la china Great Wall Motors (GWM) haya retirado de manera definitiva su candidatura para reindustrializar los centros de Nissan.
«Hoy es un día de despedidas, lágrimas y abrazos, a pesar de la pandemia, pero es que no lo puedes evitar. Hay gente con la que has convivido toda la vida, son trocitos nuestros», afirmaba Pedro, uno de estos trabajadores, con los ojos vidriosos.
Los trabajadores se van a sus casas con un permiso retribuido hasta el 31 de diciembre, fecha en que se hará efectiva su baja de la compañía, porque es el día fijado para el cese definitivo de la actividad de Nissan en Barcelona. Los sindicatos esperan que se avance con alguno de los proyectos en la siguiente reunión de la mesa convocada para el próximo viernes sobre las 12 horas; concretamente, con el conglomerado de empresas que forman el hub de electromovilidad y, paralelamente, con ‘Silence’.
El pasado jueves, dejó de producir la línea 1 de la planta de la Zona Franca, en que se producía la furgoneta eléctrica e-NV200, mientras que la línea 2 ha sido la última en cesar su producción, con el montaje de la última unidad de la ‘pick-up’ Navara, según ha informado el secretario de UGT Nissan, Manel Sanz, en declaraciones a Europa Press.
De hecho, la última planta que quedaba con actividad era la de Zona Franca de Barcelona, dado que las de Montcadal y Sant Andreu de la Barca (Barcelona) «se encargaban de fases más tempranas del ciclo de producción» y terminaron el pasado viernes y miércoles, respectivamente.
Los trabajadores culpan a la directiva
«Lo hemos dado todo y hemos hecho todos los sacrificios posibles, pero las multinacionales son así. Cuando les interesa, cuando deciden poner la chincheta en otro punto del mapa se marchan y punto. La han dejado caer», ha dicho Fernando, con 32 años en Nissan a su espalda.
Cuando Nissan anunció en mayo de 2020 que cerraba sus plantas en Cataluña, la plantilla, que había llegado a sumar 5.000 efectivos en sus tres centros, era ya solo de unos 2.500, una cifra que a día de hoy se ha reducido a 1.700, tras producirse las últimas prejubilaciones y salidas voluntarias con indemnizaciones.
A partir de este viernes solo quedarán en Nissan unos 300 trabajadores del área de continuidad (compras e ingeniería), que no están despedidos, y otro grupo de 200 que se encargarán de la limpieza y el desmontaje y a los que se aplicará más tarde el ERE.
Otros 20.000 puestos de trabajo en riesgo
El impacto del cierre de la compañía japonesa es aún mayor si se tiene en cuenta los empleos que genera entre proveedores y subcontratas, unos 20.000 que están ahora en peligro si no se concreta una alternativa industrial viable, según advierten los sindicatos.
En los últimos meses, el sector auxiliar de la automoción vinculado a Nissan ha ido perdiendo empleo, sin la visibilidad pública que tiene la multinacional nipona, y en las próximas semanas se espera que se intensifique esta sangría, sobre todo si no se encuentra una alternativa asentada en la automoción.
Entre las empresas que han recortado empleos o que están en negociaciones con los sindicatos para ello destaca Gestamp, Marelli, Magna o Tachi-S, mientras que ya lo han hecho Acciona Facilities Services, que destruyó medio millar de empleos.
Así las cosas, los 1.400 trabajadores directos y los miles indirectos de Nissan tendrán que esperar en sus casas la concreción de los planes de futuro, algo que los sindicatos esperan que ocurra en la reunión oficial de la mesa de reindustrialización que tendrá lugar este viernes.
La propuesta alternativa
Tras la renuncia de la china Great Wall Motors (GWM) a quedarse con Zona Franca, la consultora KPMG está elaborando una propuesta alternativa con las propuestas que están sobre la mesa, entre las que destaca el hub de electromovilidad que lidera QEV.
Se trata de un compendio de proyectos diversos que estaba pensado para la planta de Sant Andreu, pero se espera que crezca y pueda instalarse también en parte de Zona Franca, mientras que el centro de Montcada sería para el fabricante de motocicletas eléctricas Silence.
Una de las incógnitas es ver qué espacio se le da en Zona Franca a las propuestas logísticas que han llegado y si se acepta la del fabricante de tanques Tess Defence, que rechaza la Generalitat, pero que los sindicatos reclaman que se estudie.